domingo, 3 de junio de 2012

No es por acojonar...

Hoy veía en las noticias cómo unos ciudadanos indignados increpaban -con bastante violencia verbal por cierto-, a unos pobres trabajadores de Bankia en sus puestos de trabajo. Otros, en la puerta de una sucursal, gritaban con pancartas que, como Bankia era ahora nuestra, dejaran de embargar pisos y alquilaran baratos los ya embargados. Ayer, en una tertulia, un famoso progre-periodista reclamaba que, en lugar de darle el dinero a Bankia, se lo dieran a los ciudadanos que no pueden pagar su hipoteca, con el consiguiente aplauso ensordecedor del público.

La indignación de algunos es comprensible, pero la de otros es pura demagogia interesada. En todo caso, la de ambos para bien poco sirve. Quienes piensan que podemos pagar el Estado que hemos tenido hasta ahora viven aún en el espejismo del país rico que nunca hemos sido. Y gritar no paga las deudas, ni recauda dinero, ni hace crecer la economía, ni crea puestos de trabajo. Que se lo pregunten a Grecia.

En fin, que no es por acojonar, pero si nos intervienen, lo que cada vez es más probable, esto es lo que nos espera. Y ya podemos gritar, ya, que se nos irá toda la fuerza por la boca. Como no nos arremanguemos y vayamos todos a una...


2 comentarios:

Zapateiro dijo...

Así es. Creo que el 95% de la población aún piensa que cuando superemos la crisis dentro de no pocos años volveremos a estar donde estábamos al empezar la ecatombe. Más nos valdría ir pensando en cambiar modelos de productividad, de gestión y adquirir nuevas rutinas incluso en los hogares porque ya nada volverá a ser igual.

Al menos, Tato, nosotros ya estamos convencidos y los palos vendrán por otro lado pero no por ahí. ¡Hay tanta gente que necesita un baño de realidad aún!

Ojú la que nos queda...

Er Tato dijo...

Pues sí, Zapateiro, nos queda lo más difícil: poner los pies en el suelo. Y eso es duro cuando uno no ha parado de mirarse el ombligo durante tantos lustros.

En fin, eso que llevamos ganado tú y yo. Y espero que alguno más. Y que nadie confunda este comentario con la resignación. Se trata de reconocer dónde estamos para poder llegar a donde queremos, sin atajos ni trampas en el solitario.

Besos