miércoles, 13 de junio de 2012

De epístolas, fístolas y otras trampas en el solitario...

La semana pasada, justo tres días antes del rescate, nuestro presidente envió una carta al presidente de la Comisión Europea y al presidente del Consejo Europeo, valga la redundancia presidencial. Parece obvio que la política de comunicación de Mariano Rajoy -o mejor, su inexistencia-, resulta difícilmente empeorable. Y la carta no iba a ser una excepción. Fíjense si no en los errores ortográficos, gramaticales y semánticos que pueden apreciarse tras una rápida lectura.

"Es necesario que actuemos de forma decidida, a nivel nacional y como unitario..."

"Todo ello, junto con un sistema de financiero sólido..."

"El alto endeudamiento y la falta de mecanismos internos de corrección de los desequilibrios (...) ha llevado..."

"Las medidas de expansión monetaria que se aplicaron entonces resultaron en fortísimos déficit..."

"El riesgo de ruptura del euro, percibido cada vez mayor, provoca..."

"Esta situación es insostenible, impredecible y podría llevar al euro al límite"

"Son los avances en estas tres áreas, los que garantizaran..."

"Es la incertidumbre sobre el Euro, la que están impidiendo que las medidas de ajuste que muchos Estados Miembros estamos llevando a cabo tengan los efectos positivos que deberían. Como consecuencia de ellos, la presión sobre muchos países...."

"Para ellos es necesario adoptar medidas decididas..."

"Las actuaciones a corto plazo para garantizar la estabilidad financiera de la zona euro son el cuarto punto ámbito de actuación..."

"Pero, y ya me refiero al quinto ámbito de actuación, el compromiso con el euro exige debe ir más allá..."

"Es decir, es necesario deja claro que, a medio plazo, la unión..."

"En el ámbito bancario, es necesario contar con una supervisión a nivel comunitario y uno fondo de garantía..."


Eso en cuanto a la forma. Porque cuesta creer que con lo que nos gastamos en asesores, nadie le haya echado un vistazo a la carta antes de enviarla, sobre todo teniendo en cuenta sus destinatarios y que, más pronto que tarde, se iba a hacer pública.

En cuanto al fondo, me quedo con este mirarse las pelusillas del ombligo: "Nuestro programa de reformas estructurales es ambicioso y así está siendo reconocido. Incluye una reforma del mercado de trabajo pospuesta durante tres décadas, la reforma del sistema financiero, la ley de Estabilidad Presupuestaria, la reforma sanitaria, la educativa o la ley de Transparencia". 

Vamos a ver, Mariano. La reforma laboral no ha llegado ni a mitad de camino de donde debiera haber llegado. En cuanto a la reforma del sistema financiero, en fin, a los resultados me remito. Sobre la ley de Estabilidad Presupuestaria, baste decir que los límites establecidos en ella no serán efectivos ¡¡hasta 2020!! Respecto de las reformas sanitaria y educativa, a ver que piense...¿qué reformas? Respecto de la Ley de Transparencia, pues es manifiestamente mejorable y bastante tacaña, amén de que es un poco exagerado considerarla una reforma estructural. ¿Y qué hay del resto de reformas, tales como la reducción del tamaño del Estado, la regeneración de las instituciones y la vida política, la verdadera separación de poderes o la calidad de nuestra democracia?


2 comentarios:

Zapateiro dijo...

Con la cantidad de gente cualificada y de una validez excepcional en temas de comunicación institucional que las están pasando canutas y la pasta que cobran todos los asesores a dedo de esta partía de ineptos...¡Me pongo mala, Tato! ¡Qué hartura de cutres!

Er Tato dijo...

No te pongas mala, mujer. Venga, una Cruzcampo fresquita para el sofocón...

Besos