Muerto el perro se acabó la rabia, mascullaba siempre el Letri antes de flagelarse el ánimo con el penúltimo latigazo de ginebra, ése que golpea ya en el hueso limpio de los olvidos que indultan el remordimiento. Aquella madrugada en la taberna, la perra vida olía a perro muerto. Y así lo encontró el tabernero, en el suelo del retrete abrazado a sus vómitos, con la rabia casi sin pulso y, encerrada en su puño de nudillos encalados, ella, quebrada y maltrecha. Luego, un trajín de sirenas y monos de color naranja prisa le troncharon dos costillas para resucitarle la tristeza.
Apareció tras dos meses y un día de pensión completa y habitación forzosa en la segunda planta de aquel lugar en el que embridan el dolor y zurcen el forro del alma. Y lo hizo a las cinco de la madrugada, esa deshora taurina a la que aquel fatídico día se le quebró el pecho, citando al personal desde la puerta con diez kilos menos en su sonrisa y la humedad lenta de su mirada. Ahora, después de una década, aún sonríe con ternura cada vez que alza entre sus dedos aquella figura recompuesta con celo y susurra al oído de Juan el Manteca el aliento trabado de un jaque mate con la dama, su querida dama negra.
17 comentarios:
¿Sabes, amigo? Los olvidos que indultan el remordimiento y la deshora taurina merecen una copa de esas que dejan en el paladar más exquisito un regusto amplio a detergente. Aún no sé de qué material está confeccionada la muleta que hay entre el Letri y yo, el caso es que nos vamos apoyando en ella y el alma (la nuestra no es más que una tendencia) va tirando entre madrugadas y reptiles, entre sonrisas ladeadas para que resbalen mejor las lágrimas y taberneros que hace tiempo guardaron su mirada más tierna en formol.
Nos vemos esta noche, siempre a deshoras, sobre el tiempo, esa cosa...
Un abrazo.
Bonita tu historia y también la réplica de tu amigo "el manteca". Besos, Pilar
Duele descarnar el hueso de los olvidos hasta dejarlo limpio, y el indulto no está garantizado; pero no hay otro camino para aquellos a los que el atajo del cinismo está vedado.
Supongo que lo digo por experiencia, o lo habré leído por ahí, ya no sé.
Me ha recordado a ésto: "...y se bebió de un trago un vaso de cazalla como fuego, y se sentó a cantar sin voz, sin aliento, sin matices, con la garganta abrasada, pero... con duende." FGL.
Cojonudo, como siempre, aunque lo siento por tu ego.
Un abrazo
Pues me han traído un mistol con extracto de limón perfecto para los gintonic. Ahora me dice siempre el Letri que le dé los vasos sin enjuagar y me ahorro la rodaja de limón. Ya sabes cómo es... Hasta esta noche, artista.
Un abrazo
Grande el Manteca, Pilar. Y muchas gracias, como siempre.
Besos tabernarios
No conocía ese texto de Federico, Panduro. Y sí, duele descarnar ese hueso, por eso, la gente honesta tiene que anestesiarse de vez en cuando para darle un respiro al ahogo.
Saludos
Gracias, Rafael, de parte de mi ego.:-)
Un abrazo
Y como hoy empiezo mis vacaciones, una ronda para el personal, que invita la casa.
Zurzidos para el forro del alma. Maravilloso.
Y después sale el Dr. House con el "gin pepino"..
¡que torpes!
Felices vacaciones.
No quiero ni imaginar lo que me diría el Letri si le pongo un gin pepino, mi querida Dama.
Besos fresquitos y felices vacaciones también para ti.
P.S.: Por cierto, tengo a un aguaó por aquí que te envía un beso
En relato muy lírico, sí señor.
Saludos.
Bonita despedida y felices vacaciones.
Me apunto a la ronda,que las mias empiezan la semana próxima.
Un beso
Ya sabes, Juan Carlos, explotando mi vena lírica. ;-)
Saludos
Apuntada estás, Veridiana. Y felices vacaciones a ti también, y a todos los parroquianos.
Besos
Espectacular Tato. Espectacular de verdad.
Un fuerte abrazo. Eres un maestro.
Bueno, alegre opinador, para espectacular tu comentario. Aunque te has pasado de generoso, ¡me han entrado unas ganas de escribir...! Pero claro, uno anda lejos de ser un maestro que pueda escribir cosas de éstas todos los días. ;-)
Un fuerte abrazo
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