viernes, 23 de abril de 2010

¡Quién lo ha visto y quién lo ve...!

Dice Santiago Carrillo que hay que reformar la Constitución. Completamente de acuerdo. Pero sólo en eso, no se sonrían con malicia. Imagino que, como en el fútbol, donde cada españolito haría una selección nacional diferente, es más fácil ponerse de acuerdo en que nuestra Constitución requiere algunos retoques que en los retoques mismos.

Pues sí. Dice Carrillo que hay que darle un cepillado -vamos, cepillárselo-, al Título IX de nuestra Carta Magna, ése que habla sobre el funcionamiento de nuestro Tribunal Constitucional. Y no llama tanto la atención que proponga la desaparición de esos siete artículos, como el falaz argumento empleado: si nuestra Constitución afirma que la soberanía reside en el pueblo, representado por el Parlamento, ningún tribunal debiera cuestionar una ley aceptada por éste.

Claro, que olvida una cuestión principal: la Constitución, que recoge el mecanismo -el propio Tribunal Constitucional-, para que todas las leyes que sanciona el Parlamento en nombre del pueblo sean acordes con ella, dimanó de la voluntad popular. ¿Por qué habría de ser más legítimo un estatuto de autonomía que la propia Constitución? Imagino que la línea de reforma a la que apunta Carrillo sería la de admitir que cualquier ley aprobada por el Parlamento sea, por definición, constitucional. Obviamente, ello implicaría que podría reformarse la Constitución por la vía de los hechos consumados sin atender el mecanismo de reforma que se contiene en la misma. Bastaría para ello con aprobar una ley en el sentido deseado. Y ya, una vez abolido el Tribunal Constitucional y las trabas para la reforma de la CE, nuestras reglas de juego fundamentales quedarían al albur de quien gobierne en cada momento, lo que, visto lo visto, nos abocaría al desastre más absoluto. Aunque a lo mejor es eso lo que quiere Santiago Carrillo. ¡Quién lo ha visto y quién lo ve!


5 comentarios:

mangeles dijo...

A mí me parece una grave irresponbilidad hacer leyes que puedan afectar a la territorialidad española. Todo proceso de segregación del territorio debería ser directo, transparente y claro...y no mediante artilugios legales...que crean suspicacía e inextabilidad.

Y no se muy bien si sería adecuado o no que no existiera el Tribunal Constitucional, y que la Constitución se transformara por el propio ritmo de vida y la política. Sinceramente, no tengo ni idea.

Un besazo, Tato....

Y ponme un vinito bueno, que hace mucho que no te invitas a nada...

Cita Franco dijo...

y no estaria borrachito... ? pregunto... tu le pusiste alguna, tato?

Besos

Cita

Er Tato dijo...

Vamos, una Constitución con vida propia ¿no? Pues con el nivelito de nuestros políticos y el cainismo congénito de este país, tardábamos tres días en retroceder al 36. Al parecer, algunos añoran aquellos tiempos pensando en que ahora les toca ganar.

¿Que no me invito a nada, Mangeles? Si no gano ni para reponer... Anda, ahí va es vinito.

Besos, guapa

Er Tato dijo...

Hace ya tiempo que anda un poco desorientado, pero te juro que cuando salió de la taberna aún no iba gatas...

Besos, guapetona

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

No seais malos, son cosas de la edad.
Ponme un cacharrito, por favor.