lunes, 26 de abril de 2010

De cuando las tripas se suben a la cabeza

Hace un rato, en el desayuno, he tenido que zanjar con un mejor hablamos de mujeres una discusión con un compañero de trabajo que se iba calentando por momentos. No me apetecía comenzar el lunes de mal rollo. Y menos con él. Me sentí impotente ante su agresividad verbal, que llegó a su máximo cuando intenté explicarle que partía de premisas falsas, que estaba equivocado. Objetivamente equivocado. ¡Claro, y sois vosotros los que estáis en lo cierto!, me respondió ya algo alterado. No sabía muy bien a quién se refería con ese vosotros. Es posible que se refiriese a nosotros, los franquistas. O conmigo o contra mí, parecía decirme con una mirada iracunda que le desconocía. Entonces me vino a la cabeza el comentario de una de mis parroquianas -"...los democrátas de corazón y por instinto siempre sabemos lo que es justo y lo que no...es...como un gen pegado a la piel...."(sic)-, y lo entendí todo.

El asunto era -¡cómo no!-, Garzón. Intentaba explicarle que, aunque no la comparto, me parece consecuente con el respeto a la libertad individual de cada cual la opción de apoyar al juez, de manifestarse en su favor, de no creer en la Justicia -bueno, realmente de no creer en la que no nos da la razón-, de aspirar a un proceso penal contra el franquismo. Lo que ya no me parece tan legítimo es que todas esas cuestiones se defiendan apoyadas en la manipulación de unos pocos, que es comprada por unos muchos sin siquiera cuestionar si la mercancía que le están vendiendo está o no averiada.

Decía mi compañero, y sin embargo amigo, que es inadmisible que no se respete el derecho de las víctimas a enterrar a sus muertos, a restituirlos en su honor, a dejar claro que el franquismo fue una aberración. Y le di la razón. Pero no sin antes preguntarle qué tenía eso que ver con lo que le estaba ocurriendo a Garzón. Pues por eso lo han procesado, ¿o qué te crees?, me dijo subiendo el tono de voz. Menos mal que en ese momento entraron en el bar un par de chavalas -¡y qué chavalas!-, de una empresa vecina. Nada como la primavera para cambiar de conversación.


16 comentarios:

Lisset Vázquez Meizoso dijo...

Bendita la belleza que se lleva conversaciones absurdas como esas. Un abrazo.

María dijo...

Lo están consiguiendo. Abriendo zanjas entre amigos que piensan distinto. Me da miedo.

Gracias por la primera invitación. Ponme un vinito dulce para quitarme el amargor.

Panduro dijo...

"...los democrátas de corazón y por instinto siempre sabemos lo que es justo y lo que no...es...como un gen pegado a la piel...."

Había oido hablar de la democracia orgánica, pero esto de la democracia genética es nuevo para mí.

Paso de inventos parafascistas. Me quedo con la vieja democracia liberal.

Conservador que es uno.

Er Tato dijo...

Bueno Lisset, la conversación no era absurda, aunque empezó pronto a serlo. Sin duda, la belleza siempre será bendita. Con o sin conversaciones.

Besos

Er Tato dijo...

Espero que no lo consigan, María. Por mí no va a quedar, desde luego. Estoy dispuesto a hablar permanentemente de mujeres... ;-)

Y ahí va ese vinito dulce con unos pastelitos.

Besos

Er Tato dijo...

Mira que eres cabroncete, Panduro ;-)

Un abrazo

P.S.: Espero que a Mangeles no le haya molestado que usara su frase. Es que hay que reconocer que es impactante. Un beso para ella

mangeles dijo...

Jjejee....tonterías que dice una de vez en cuando...o cuando no sabe que decir.

Pero a Garzón le están imputando en un proceso por prevalicación por intentar hacer justicia. Los familiares de las víctimas han interpuesto una denuncia reclamando justicia, y él es el Juez instructor y comienza la instrucción. Eso es así.

A Garzón le están imputando un delito muy grave, por realizar su trabajo e intentar dar respuestas a unos justiciables.

Yo aún sigo sin entender que la Ley de Amnistia del 77 sirva para que los crímenes del franquismo no se juzguen. Es inaudito, es antinatural y no es justo, no es justo de esa justicia en la piel, que yo tan malamente argumenté. Esa justicia que no necesita de saber de leyes, sino de que percibes que no es justo.

Como puede ser justo, que los vivos (en sustitución de las víctimas) perdonemos a los criminales.

Yo me niego rotundamente, a que si soy asesinada, nadie pueda perdonar a mi asesino. Si le perdonais hacerlo en vuestro nombre y con cargo a vuestra conciencia, pero desde luego no en mi nombre, y si con toda mi oposición.

Los muertos tienen derechos, derecho a ser enterrados, a que se oficien los respetos que el muerto deseara, a que no se profane su cuerpo.

Pero es que además, los muertos y desaparecidos, como víctimas de actos de violencia, tienen derecho a que se les busque y se juzgue el crimen que se ha cometido contra ellos.

No puedo entender que los Tribunales de Justicia españoles, no estén dispuestos a hacer nada, y que el Juez que intenta hacer justicia, acabe imputado de un delito tan grave como prevalicación.

Esa es mi opinión, Tato.

Besos

mangeles dijo...

Ah...y no me he molestado..pero si voy a recacitar en mi forma de comentar de forma expontánea. Creo que a partir de este (que resulta tan expontáneo como los anteriores), estudiaré mis comentarios jejeje..

Más besos, Tato

mangeles dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Er Tato dijo...

La verdad es que ya me da pereza repetir siempre lo mismo, Mangeles, pero como me da en la nariz -y suelo tener buen olfato-, que eres una tía cojonuda, aunque a mi juicio confundida en este asunto, voy a esforzarme un poco más a ver si ahora lo consigo.

En primer lugar, a Garzón lo han imputado por prevaricación -con erre-, como mañana te pueden imputar a ti por robo o a mí por injurias, lo que no quiere decir que él, o tú o yo seamos culpables. ¿Te parecería bien que porque a mi familia y a mis millones de amigos y admiradores no les pareciera justa mi imputación no se me juzgara? Entiendo que no. El hecho de que después me declarasen inocente no significaría que no fuese legal y correcta la admisión a trámite sobre indicios racionales. Lo contrario implicaría que los miles de ciudadanos que todos los años son declarados penalmente inocentes hubiesen sido imputados ilegalmente, lo que nos llevaría a un absurdo.

En segundo lugar, como bien dices y se puede comprobar en el auto por el que le han acusado de prevaricación, él comienza la instrucción a partir de 22 denuncias, legítimas por supuesto, en la que se denuncia un presunto delito de detención ilegal. Atención a este detalle porque, a diferencia de lo que se está argumentando con la intención de confundir, esas denuncias no piden reconocimiento para sus víctimas o la exhumación de cadáveres o la apertura de fosas, cuestiones a las que tendrían derecho moral y legal, sino la iniciación de un proceso penal contra los responsables de aquellos actos. En contra del fiscal -hecho tercero del auto-, se declara competente, ignorando la Ley de Amnistía y nuestra Constitución.

En cuanto a la Ley de Amnistía, cada cual puede atribuirle la calificación moral que le merezca. Puede parecerle justa o no, oportuna o no, generosa o no, pero lo que no puede parecerle es ni ilegal ni inaplicable. Por dos razones puramente objetivas:

1-. Es una ley aprobada democráticamente por nuestro Parlamento y por una mayoría aplastante del centro-derecha y de la izquierda.

2-. Ningún tratado internacional puede derogarla si antes no se modifica nuestra Constitución: La celebración de un tratado internacional que contenga estipulaciones contrarias a la Constitución exigirá la previa revisión constitucional" (art. 95.1 CE). Es decir primero habría que modificar nuestra Constitución que en su art. 9.3 dispone la irretroactividad de las disposiciones sancionadoras no favorables, para después derogar la Ley de Amnistía.

Er Tato dijo...

A partir de ahí, cualquier postura sobre la inmoralidad o no de esta situación o de la Ley del 77 me parecerá respetable, pero lo que me parece una aberración y puro fascismo es que la aplicación de la ley y de nuestras reglas de juego lleve a calificar de franquistas y antidemocráticos a nuestro poder judicial, y con él, a todos los que consideramos que hay que dejar trabajar a la justicia. El poder judicial no puede ni debe dictar sentencias a golpe de manifestaciones, ni saltarse las leyes promulgadas por el Parlamento. ¿Qué Estado de Derecho sería aquél que permitiera que la turba dictara sentencias o derogara leyes? O como dice el descerebrado de Tierra y Mar de la entrada anterior, "...tomen nota las autoridades correspondientes de la voz de la
calle
". ¿Acaso la voz de la calle debe promulgar leyes o decidir lo que es jurídicamente justo? Hay quienes se confunden con eso de que la soberanía reside en el pueblo.

Resulta de una obviedad insultante que a Garzón no se le ha imputado por pretender restituir el honor de las víctimas, o dar satisfacción a las aspiraciones de sus familiares de ofrecerles un entierro digno y un reconocimiento a su sacrificio. En primer lugar, porque las denuncias que iniciaron la instrucción de Garzón no solicitaban eso. Y en segundo lugar porque una lectura de la Ley de Memoria Histórica, sobre todo de su preámbulo y sus primeros cuatro artículos, deja bien claras las cosas.

Para más sobre mi opinión al respecto, aquí y aquí.

Y Mangeles, la espontaneidad no tiene por qué estar reñida con la reflexión y la seriedad de los argumentos.

Un puñado de besos

mangeles dijo...

Gracias, Tato.

Juanma dijo...

Efectivamente, mangeles es una mujer de puta madre. Aún está por ver que moleste por algún comentario o que no sea capaz de encajarlo todo con su puntito de sentido del humor. Es, además, una bloguera soberbia. En esta casa, por ejemplo, se traga (valga la expresión) todo lo que cuelga el Tato, desde un vídeo que dura una hora hasta esos microrelatos (¿una "r", dos? ¡joder!) soberbios e imprescindibles que uno echa de menos (indirecta).

Dicho lo cual, querida mía, es sumamente delicado defender eso que dices de "la justicia que no necesita saber de leyes, sino de que percibes que no es justo". Si la Justicia es una percepción, amiga, mejor empezamos a correr.

Besos para todos. ¿Ya se puede tomar uno una copa? ¿Por dónde anda El Manteca?

Juan Carlos Garrido dijo...

Es que se está tratando de convertir el caso Garzón en una dicotomía (o estás a favor de Garzón o, en caso contrario, en su contra y, por ende, a favor de los falangistas que le denunciaron). A algunos les resulta inconcebible que alguien pueda ser simplemente partidario de permitir que la justicia haga su trabajo.

Y coincido en que la primavera hacer ver todo, especialmente ciertas cosas, con otro brillo.

Saludos.

Er Tato dijo...

Sin duda, Juanma, si hubiera que dar un premio a la parroquiana más leal y persistente de las que comentan -imagino, o me gustaría imaginar, que las hay tan leales como ella, pero que se dejan ver menos-, sin duda sería para Mangeles. Y eso que soy consciente de que a veces respondo con cierta dureza dialéctica, pero que conste que eso sólo lo hago con los amigos, a mis enemigos les dejo disfrutar de sus errores. Y por cierto, este mes ya van cuatro microrrelatos -con dos "r", Juanma, siempre con dos "r"-, que es el mínimo que me he planteado escribir al mes, así que no te quejes.

Ahí va esa copita. Se la apunto al Manteca para que se acuerde de ti cuando me pida la cuenta de madrugada.

Un abrazo

Er Tato dijo...

Es que la primavera en Sevilla, querido Juan Carlos, es mucha primavera.

Saludos