martes, 6 de octubre de 2009

Historias de la taberna (VI)

A veces transitan por la taberna madrugadas tan breves y oscuras como la sombra de unos zapatos con la prisa en los talones y en las que el aliento de la vieja barra asemeja el bostezo de un cadáver con resaca. Y aquélla parecía ser una de ellas. Una de esas calurosas madrugadas de otoño en las que el verano pide la enésima espuela al tabernero mientras el grueso de la parroquia se bate en retirada como un ejército derrotado al que le pesaran los harapos del alma. Una de ésas en las que antes de echar el cierre apenas quedan los restos de los de siempre y en las que el Letri martillea por deblas los versos de su pena con el compás del palo seco de los nudillos contra el yunque de la barra. Una de ésas en las que la música de fondo parece la acojonada banda sonora de un entierro en el que el muerto acabara de resucitar y convidase sonriente a la última copa antes de volver a palmarla. Y una de ésas en las que siempre ocurre algo y aparece un tipo raro haciendo preguntas extrañas. ¿Siempre? Aquélla sólo parecía ser una de esas madrugadas.

20 comentarios:

Juan Carlos Garrido dijo...

Muy poético está Ud.

saludos.

Anónimo dijo...

Ya sabes, amigo, que la última intención del Letri cuando se arranca es batir una plusmarca de velocidad.

Por lo demás, doy fe: esas madrugadas en las que pones una tapa de aire viciado y sirves las copas como si torearas por naturales son siempre inolvidables. ¿Siempre?...bueno, son madrugadas y con eso nos conformamos.

Te veo luego.

Juan "El Manteca".

Er Tato dijo...

Es que el exceso de trabajo me pone sensible, Juan Carlos. ;-)

Bueno Manteca, tu estabas esa madrugada en la que hasta el sueño bostezaba de puro aburrimiento, pero una madrugada siempre es una madrugada... y nunca se sabe en qué copa van a cantar las cuarenta.

Un par de abrazos

Juanma dijo...

Ya echaba yo de menos estas historias tabernarias. Ésta hasta me huele a noche, a soledades y todo eso.
Como siempre, me ha encantado. Literalmente.

Un abrazo.

Er Tato dijo...

Gracias Juanma. Tienes un olfato muy fino...

Por cierto, se me había olvidado ponerle música a la melancolía.

Un abrazo

pilar dijo...

Me ha sabido a poco...esta vez el breve se me ha hecho corto...sigue. Precioso. Estupendamente escrito.
Besos, Pilar

Er Tato dijo...

Gracias Pilar. A ver si respiro un poco y le puedo dedicar algo más de timepo a la taberna, pero ya sabes, primero está la obligación...

Un par de besos, guapetona

Capitán dijo...

"Bostezo de un cadáver con resaca", tremendo.

Reyes dijo...

El Letri es el sabio de su taberna, en él deberían de buscar las respuestas.

(me encanta, me encaaaaaanta)

Er Tato dijo...

Sí, la imagen es tremenda, mi Capitán, ¡pero anda que el aliento!.

Que se me enfadan el Manteca, Pepe el Papa, el Dientoro y Sven el Pichita, chiquilla. Que ellos también tienen su corazoncito, mi querida Dama.

Un beso tabernario y un saludo marcial

Karol_a dijo...

Genial forma de expresar la tuya, me ha gustado mucho Tato, de vez en cuando me encanta encontrar estos post en tu bareto, anda ponme un agua de sevilla que desde que conozco tu tabernita, me he aficionado a ciertas cositas.
Un beso para el tabernero de más carisma.

Karol_a dijo...

Por cierto Tato, la taberna existe o es producto de tu buen hacer?... jeje

Er Tato dijo...

Muchas gracias, querida Karol_a. Ahí llevas una jarrita de Agua de Sevilla fresquita. Con tantas visitas a esta tasca vas a terminar pervirtiéndote. ;-)

Y ya me gustaría que esta taberna existiera más allá de mi imaginación, pero...

Otro beso tabernario

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Buena historia, el otro día pasé por tu Taberna y te habías ausentado.

Er Tato dijo...

Es que había salido a avisar al de la Cruzcampo para que me trajera treinta cajas de botellines, pero vamos, que cuando volví me dijo el Letri que había preguntado por mí un tío con cara de buena gente y hambre de poeta de los de antes.

Un abrazo

mangeles dijo...

No puedo poner la música ¿?¿?¿

A veces, hay madrugadas aterradoras. Yo, hacía mucho que no tenía pesadillas...pero hace un par de días tuve unas horrorosas..aún me dan escalofríos al recordarlas....

Madrugadas...de perderse...en la niebla, o en las blumas, o entre el cemento de una gran ciudad.

Besos, Tato.

Y ponme ...ponme...un bayles de esos de señora con un hielo...

Er Tato dijo...

Hija, ¡es que me pides unas cosas! Mejor te pongo un Miura con mucho hielo y un rato de cháchara para relajarnos de las pesadillas.

En cuanto a lo de la música, ¿tampoco puedes escuchar los audios de las otras Historias de la taberna? A mí me va bien, así que podría ser tu navegador. Prueba con otro (yo tengo instalados tres, Explorer, Firefox y Chrome, y cuando tengo problemas con alguna página normalmente se soluciona usando otro anvegador).

Besos y que sueñes con angelitos, pero antes peca un poquito para que te entre sueño. ;-)

mangeles dijo...

Con las otras músicas no tuve problema...con esta...tarda en cargar...pero ya la he escuchado...

Venga, vale , vaya ese Miura (a parte de un toro enorme, ...¿qué es un Miura?...)

Más besos

Anónimo dijo...

Ahora que Alvite tiene cerrado el Savoy, es un gustazo leer sobre La Taberna.

Er Tato dijo...

¿Un Miura? Es una crema de guindas que se hace en Cazalla de la Sierra, aunque la puedes encontrar en cualquier supermercado importante. En copa grande con mucho hielo es un buen digestivo y una fantástica excusa para alargar la sobremesa hasta la hora de la cena. Es similar al pacharán, aunque el tipo de anis y el fruto (la guinda en lugar de las endrinas) lo hacen algo más suave.

No creo que Ernie haya cerrado el Savoy, querido Maese, pero, aunque nunca fue mi intención, sería un honor ejercer de telonero del maestro Alvite hasta que decida volver por el Savoy, que sin duda lo hará.

Besos y abrazos