Durante sus largos paseos matutinos nunca apartaba la vista del suelo. A pesar de ese dolor en la nuca que le acompañaba el resto del día. A pesar de no disfrutar nunca del paisaje. Pero lo prefería, murmuraba mientras limpiaba el polvo de la cómoda y lavaba sus calzoncillos por tercera vez aquella mañana. Aún lo recuerda con angustia y taquicardia. Hace dos años, un mes, tres días, dos horas y cuarenta minutos, su zapato derecho paseó por toda la casa una porción de incivilidad amarronada y olor a mierda.
El sufrimiento de un genio
Hace 5 horas
14 comentarios:
Que buena suerte...
Hasta cuándo?????? Yo tampoco puedo levantar la mirada....cada vez me llama más el suelo. Bss, Pilar
Hola, Tato, hace tiempo que no te comento, pero la escatología me llama. Hay algo aún más terrible, relacionado con "la pata abajo". Te podría inspirar otro microrrelato.
Un abrazo.
Si eres artista: " Mucha mierda"
y si nó: " limón y agua.
Un beso purificador.
Eso es ir por la vida pisando fuerte, seguro que vive en mi barrio.
Besos grandiosos.
Pues sí, hay que tener suerte, mucha suerte, para no pisar una mierda en el estercolero en el que se han convertido las aceras de mi barrio, amigo JL Martínez. Que por cierto, no recuerdo haberte visto antes por la taberna, así que a la primera ronda estás invitado.
Querida Pilar, me temo que el asunto no tiene solución mientras la malaeducación campe a sus anchas.
Reversado anda usted, señor Ridao
entre sonetos, ripios y combate
¿quién con dos pares de huevos le rebate
sus versos desfaciéndole el sarao?
No se pierdan amigos parroquianos los duelos de don José Miguel con mi profe favorito y su alter ego. Realmente fantásticos.
Pues no, no soy artista, querida Veridiana, así que me quedo con el limón, te cambio el agua por ron y me hago un mojito con algnos aditamentos más.
Podría vivir en cualquier barrio de Sevilla, queridísima Dama.
Besos a las damas y abrazos a los caballeros
¿Era humana o canina? No sé qué da más asco. Algún día, espero, dirán en el siglo XXIII: ¿Sabes tú, hijo mío, que las ciudades del siglo XXI estaban llenas de mierdas?
Me temo que canina, amigo Jesús. Por cierto, como nunca viene mal rescatar escritos antiguos, me autocito con un cuento que viene a cuento.
Un abrazo
Jajaja… Me ha recordado a un buen amigo mío y grandísimo poeta, vigilante incansable de la endecasílaba idoneidad del suelo. Y un día… Bueno, como tu excelente microrrelato más o menos.
Saludos.
Por cierto, el de la autocita, buenísimo: la fidelidad de un perro es consecuencia de su canina comprensión del hombre. Y preocupación por sus antepasados, claro.
La sensación es siempre de dudoso gusto. Tiembla el pulso del pie y sientes que el suelo se mueve. No llegas a resbalarte pero el pavimento carece de solidez. Entonces te das cuenta. Otro dueño incívico ha dejado el regalito de su perro preparado para ser untado con las suelas de tus zapatos.
Genial querido Tato.
Un abrazo.
Ya lo leí, pero buscando otra significación que la elemental he pecado de rebuscada. No daba con la idea y era tan sencillo al final.
Merece la pena pisar una caquita de perro para poderte leer un micro tan macro o majo.
No pensará lo mismo la fregona, claro.
Besos, Tato.
Este fin de semana estaré en Sevilla y compraré un sombrero en una tienda preciosa "Cherubina", según me han dicho.
Pasaré por tu Taberna, te llevaré la hierba buena y si quieres la mala también...
Un b.
Muchas gracias Antonio por tus palabras. La endecasílaba idoneidad del suelo..., ¡vaya metáfora de mierda!¡y qué frase más ambigua, ésta última!
Gracias, querido aguaó. Imagina un penitente descalzo...¡Qué repelús!
Bueno Parsimonia, ese cuento tiene varias lecturas, y no lo escribí pensando precisamente en la elemental, así que no has pecado de rebuscada.
¡No me digas que vienes a la feria, Veridiana! La yerbabuena me viene bien, y la mala también, así que quedamos en la portada.
Besos, abrazos y farolillos de colores
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