Empresas privadas -incluso sectores completos-, poco competitivas, salvadas o compradas, bancos socorridos, ciudadanos indolentes sobreprotegidos, alumnos que pasan de curso sin esforzarse. Y todo con dinero público. Un dinero público que no debiera emplearse para igualar prudentes con imprudentes y hacendosos con holgazanes, sino para igualar oportunidades.
A todo eso es a lo que se le puede llamar riesgo moral. Y nuestro presidente, en una propuesta de diez puntos enviada a Londres para discutirla en la cumbre del G-20, muestra su preocupación por que las ayudas públicas concedidas a los bancos puedan generar riesgo moral. Haría bien en mirar para dentro y comprobar que el riesgo moral está instalado en nuestro país por doquier y desde hace mucho tiempo.
6 comentarios:
Querido Tato, para mí cruzar la puerta de un banco y pensar que me hablan en sumerio es todo uno. Así que fíjate lo que yo entiendo, vuelvo a repetirme, de economías imposibles. ¡¡Si no tengo idea de las posibles y domésticas!! Es por eso que tengo una duda: ¿si baja el euribor -Dios sabrá lo que es- por qué no lo hacen las hipotecas? ¿Por algo tan simple como que los bancos no quieren ganar un poquito menos?
Un abrazo.
Interesante, veraz y mordaz crítica.
El primer paso para curar la enfermedad es reconocer que la tienes. Es esperanzador que el Presidente del Gobierno al menos sepa que existe un riesgo moral.
Por algo se empieza y lo único que no debemos perder nunca es la esperanza en un futuro mejor.
Puedo ser muy escéptico sobre la capacidad gestora de la mayoría de los políticos pero si algo no me permito el lujo ni tan siquiera de dudar es sobre sus intenciones. Parto de la base de que todo político ( y no meto en ese saco a los mangantes a nivel local)pretende lo mejor para los ciudadanos y por tanto un futuro mejor. Otra cosa es como creen que nos deben llevar a ese futuro.
A más ver.
Vayamos a la duda, amigo Juanma, aunque no será fácil ser breve.
No hay que confundir el tipo oficial que fija el BCE (antes el Banco de España) con el Euribor (antes el MIBOR). Los bancos obtienen la liquidez para dar créditos de los depositantes como tú o como yo, pidiendo prestado el Banco Central Europeo (BCE), pidiéndole prestado a otros bancos o por otras vías que ahora no interesan.
En el segundo caso, el banco que necesita dinero acude a una especie de subastas que realiza regularmente el BCE y cuyo tipo de interés de partida es precisamente el tipo oficial, el que ha bajado hoy medio punto. Como en circunstancias normales el BCE no ofrece todo el dinero que las entidades piden, el tipo al que al final obtienen la financiación siempre será algo superior al tipo oficial fijado por el BCE por la propia dinámica de la subasta.
Por otro lado, las entidades que no tengan suficiente con lo obtenido del BCE, le piden prestado a otras entidades que tengan exceso de liquidez. A esto se le llama mercado interbancario ¿Y a qué tipo se lo prestan? Pues ese es el Euribor, que lógicamente será algo superior al obtenido del BCE. Bueno, para ser exactos, el Euribor es la media mensual del tipo diario al que se prestan las entidades entre sí. Por tanto, parace razonable pensar que, en circunstancias normales, el Euribor (Euro Inter Bank Offered Rate) evolucionará de manera similar al tipo oficial marcado por el BCE, aunque algo por encima.
¿Qué ocurría hasta hace varias semanas? Pues que el BCE ofrecía una liquidez limitada a los bancos, que estaban muy necesitados de ella, y mediante subasta, por lo que el tipo final estaba más por encima del oficial de lo normal (más competencia en las subastas). Como a los bancos les seguía faltando liquidez, se pedían entre ellos, pero como no se fiaban, el interbancario, y por tanto el Euribor, estaba por las nubes.
¿Qué está ocurriendo ahora? Pues ahora no estamos en circunstancias normales. El BCE comenzó a ofrecer excepcionalmente a los bancos toda la liquidez que necesitaran y sin subastas; es decir, al tipo oficial. Al no tener necesidad de pedir a otros bancos, el interbancario disminuyó sus transacciones y se acercó paulatinamente al tipo oficial. Por ejemplo, ayer estaba prácticamente en el 2%, que era el tipo oficial y ahora se acercará paulatinamente al 1,5% (hoy ya está en el 1,981%). Por tanto, cuando tenemos una hipoteca referenciado al Euribor más un diferencial, teóricamente el beneficio bruto del banco es ese diferencial al que deben restar sus costes de operación (salarios, gastos generales, etc...)
Y ahora, la respuesta a tu pregunta es que sí están bajando las hipotecas porque está bajando el Euribor y de manera espectacular.
Sé que ha salido un poco largo, pero no sé explicarlo mejor en menos espacio y, como la taberna es mía, pues eso. No te quejarás del pedazo de comentario que te he dedicado ¿eh? Probablemente no te habrás enterado de nada -no te preocupes, que será demérito mío-, pero ya que está escrito no lo voy a borrar.
Y a ti Zapateiro, aunque sea más cortita mi respuesta, no es menos agradecida por tus palabras.
Hombre, Manupé, pues yo sí me voy a permitir el lujo de dudar de sus buenas intenciones (de las de los mangantes no tengo la más mínima duda). Y dudo porque, sin negar que la mayoría pueda querer lo mejor para los ciudadanos, lo que sus actos -que por sus palabras ya los conocemos-, me dicen casi todos los días es que sus intereses personales tienen prioridad sobre los del país. ¿Que a veces coinciden? Pues eso que nos llevamos. Y cuando hablo de intereses personales no hablo solo de dinero, hablo de poder. ¿Y es esperanzador que Zapatero al menos sepa que existe un riesgo moral? Con poco te conformas, amigo. Además, si acaso lo sabrá el que se lo ha escrito.
Abrazos y besos a discreción
Cierto, Tato. Bueno, pues a pesar de todo lo que ha caido, está cayendo y caerá. En el ranking de preocupaciones del ciudadano español, la corrupción está en el séptimo u octavo lugar.
¡No llegaré nunca a comprender!
Quizás por ello "El Manué", decidió quedarse en casa.
Saludos.
Doria
Me quito el sombrero ante la explicación. Muchísimas gracias. Y sí, más o menos creo que me he quedado con la copla. Más o menos...tampoco me fío mucho de mí mismo.
Muchas gracias, querido Tato.
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