A veces, cuando te importa alguien tanto como te importas tú, conviene replantearse tan agotador compromiso, alejarse de él antes de tropezar en la indiferencia o encenagarse en la mezquindad de celebrar sus fracasos. Sobre todo si a ese alguien le ofende y le asfixia que te importe. Aunque sepas que no podrá respirar bajo las aguas en las que su soberbia ciega le ha hundido. Y que tendrás que dejarlo allí a tu pesar y por su bien porque, al final, no habrás conseguido que te deje de importar tanto como te importas tú.
Bemoles
Hace 21 horas
4 comentarios:
Desahogo...
Suerte con la decisión.
Y un abrazo.
Las decisiones ya se tomaron. O eso creo.
Ya no importa ni es tan grave. Sólo es la vida que transcurre con sus ruidos inesperados, sólo eso.
Y otro abrazo
Hayq ue quererse mucho, don Tato. Eso dicen...
Salu2.
También dicen que hay que dejar que a uno lo quieran...
Saludos
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