De bancos públicos y otro mobiliario urbano...

Dice nuestro Vicepresidente, el señor Valderas -toda una eminencia con un currículum a la altura de esta Andalucía moderna y llena de posibilidades-, que en los presupuestos de 2015 de nuestra comunidad se dedicarán 1.428 millones de euros para crear la banca pública andaluza y recuperar el papel que en otro tiempo tuvieron los institutos de crédito en la vida de este país. ¡Toma ya!

La razón de ser de cualquier banca pública es que los ciudadanos -en este caso los andaluces-, asumamos con nuestros impuestos los riesgos que ni la banca privada ni el mercado están dispuestos a asumir. Así, por un lado nos quejamos de que la banca privada no conceda créditos a ciudadanos y empresas cuyos proyectos e inversiones no aportan la suficiente garantía y solvencia como para devolverlos. Y por otro, nos echamos las manos a la cabeza si rescatamos a los bancos con dinero público cuando quiebran por conceder créditos a deudores poco solventes. Pero no se preocupen que nuestros políticos tienen la solución a esa contradicción: crear un banco público que conceda créditos sin ser demasiado exigente con el deudor e ir rellenando sus agujeros con la pasta de nuestros impuestos. Más o menos lo mismo, pero mucho más progre, dónde va a parar. ¿Cómo va a ser igual de rojo y decente explicar a los ciudadanos que se rescata a los bancos privados y a sus accionistas -que no se ha rescatado ninguno, por cierto-, con sus impuestos, que decirles que ahora tenemos un banco que es nuestro, del pueblo, aunque realmente sea de ellos, de los políticos, al que vamos a rescatar todos los años?

En definitiva, que el gobierno andaluz quiere dedicar un 5% de nuestro presupuesto -eso para abrir boca, claro-, a financiar proyectos de alto riesgo mediante un banco gestionado con criterios y por gestores políticos. Debe ser que no ha quedado claro cómo funciona la banca pública después de que hayamos tenido que rescatar, con el dinero de todos, a las cajas de ahorro.