Es buena noticia, aunque escasa, que Gallardón se haya marchado. Ya arrastraba un problema de credibilidad, por otra parte endémico dentro del desgobierno de Rajoy y de nuestra clase política en general, por lo que el asunto del proyecto de ley sobre la reforma del aborto no deja de ser una anécdota, un nuevo golpe de timón del patrón para intentar sortear con éxito las procelosas aguas electorales que se avecinan. ¡Ay, las elecciones, siempre las elecciones...!
Falerii Novi: una ciudad al descubierto
Hace 5 horas
2 comentarios:
No sé quién es más dañino, si el Gallar o la Espe.
Salu2.
Pues yo no tengo la menor duda...
Saludos
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