jueves, 14 de noviembre de 2013

Exaltación de la mediocridad

A la Unión Europea, además de no gustarle que los de fuera produzcan más y mejor, que sean más competitivos en según qué bienes, tampoco le gusta que los de dentro destaquen. Riñe a quienes lo hacen mal y se enfada con quienes lo hacen demasiado bien. Se ve que les encanta la libre competencia.

Piden a Alemania que suban los salarios y que sea menos competitiva. Así, mejorará la demanda interna de los alemanes, que consumirán más y, o bien el resto de los países podremos venderles nuestros productos más caros, o ese incremento de la demanda interna absorberá parte de sus exportaciones disminuyéndolas, o ambas cosas. Resultado: se reducirán las exportaciones y aumentarán las importaciones alemanas, empeorará por tanto su balanza comercial y, en la misma medida, mejorarán las balanzas conjuntas del resto de los países. Pero no porque estos mejoren, sino porque aquél empeore. Simultáneamente, empeorarán las exportaciones alemanas por ser más caras y el resto de los países, menos competitivos, podrán quedarse con ese trozo de la tarta que perdería Alemania, lo que reforzaría aún más la consecución del objetivo: que Alemania reduzca sus exportaciones para que se incrementen las del resto de países.

Lógicamente, esto sólo funcionaría si la UE cerrara muy bien sus fronteras exteriores a los bienes que Alemania exporta al resto de Europa, porque se corre el riesgo de que las exportaciones perdidas por Alemania no las vendan sus vecinos europeos, sino otros países más competetivos. Y entonces, nuestro gozo en un pozo porque el resultado real sería el deterioro de la balanza comercial global de la UE.

En definitiva, si los de allende nuestras fronteras lo hacen mejor, dificultemos que nos vendan. Y si los de aquende lo hacen peor, igualemos por abajo.


9 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Si tu profesores de economía te leyeran!
¡Qué argumentos más lúcidos!
(en Europa, actualmente, los países de economía más débil facilitan al gigante las armas para que su superioridad sea aún mayor. Eso es lo que está pasando, y lo que se está tratando de paliar. Zo pedazo de ...)

Er Tato dijo...

Un par de preguntas sencillitas, amigo Anónimo.

1-. Los países más débiles, ¿por qué son más débiles?

2-. En mi entrada no desarrollo ninguna teoría económica, constato hechos y reproduzco los argumentos de Europa para sancionar a Alemania por excesivo superávit, ¿cuál de las afirmaciones que hago es incierta?

Se ve que sigues sin hacer los ejercicios de comprensión lectora y claro, después pasa lo que pasa, que respondes cuando no se te pregunta, y a lo que se te pregunta no respondes. ¡Ay, qué cruz...!

Saludos chavalín

Anónimo dijo...

Si Alemania sigue así, contribuyendo al empobrecimiento de los países más débiles (insisto, porque éstos contribuyen, a la fuerza, a su superioridad económica), finalmente se le volverá en contra: tendrá que mirar a exportar a otros países fuera de la Unión, que ni por asomo se lo podrán tan fácil. Creo que esto es sencillo de comprender, incluso para ti.
Adiós, lumbreras

Er Tato dijo...

¡Ah, vale, que la UE lo hace por el bien de Alemania...! Haber empezado por ahí, hombre.

Anónimo dijo...

¡Ah, me olvidada...tus preguntas!
La primera, por su sesgo infantil, me niego a contestarla (es lo que suelo encontrar, entre otras cosas peores, teoremas mentales infantiles, en tus comentarios).
La segunda es patética, no son los hechos, sino tu lectura de los hechos, como siempre extravagante, lo que ocasiona vértigo en el sentido común.

Anónimo dijo...

Pues sí, por el bien de ... Europa. Aunque quieres aplicarte sigues sin entender.
¡Qué lumbreras!

Er Tato dijo...

Ya, claro...

Oye, que si es porque no las has entendido te las puedo reformular...

Anónimo dijo...

Ya que insiste...contestaré tu primera pregunta.
Los países más débiles (España, por ejemplo) lo son por tener gentes como tú, por la clase de empresarios que ha tenido, tiene y tendrá, por su clase dirigente (la derecha sobre todo, tipo Azanar, Rajoy, Cospedal Arenas, Camps, Aguirre), por la contaminación ideológica (de derecha) de una gran parte de sus enseñantes, por desenlaces judiciales como el del Prestige, Garzón... Sigo...

Rosa Ortega Díaz dijo...

Agradezco tu bienvenida y esa primera ronda que ahora comparto con estas opiniones, la controversia siempre es objeto de interés.
El riesgo de Europa no viene de esta posible sanción a Alemania a cuenta del superávit de sus exportaciones, y no comparto que se pueda traducir como un bajar el listón a los brillantes germanos.
Mas que un listón es una línea roja de Bruselas, porque el riesgo, el peor riesgo es que Alemania se salga de madres (aún más). No debe ser esta entendida esta llamada de atencíon bajo el unívoco prisma económico, más desde el político. Un "No todo vale" al cualitativo y competitivo Made in Germany, que neutralizaría los enormes ajustes impuestos por Alemania a los de abajo (que también lo son y están ahí por méritos propios) de cuyos esfuerzos Alemania se ha beneficiado (a la vista queda).
¿Es saludable para Europa esa competitividad germana o sería un exceso que contribuiría aun más al desequilibrio y las desigualdades cuando se están cumpliendo religiosamente (en demasía, diría yo, pues el débil lo es porque se quiebra y/o se pliega) con las imposiciones Mérkel?
Son los medios los que justifican el fin, y esta medida creo que está justificada y fundada en eso que se echa tanto en falta: la Política.