Y cada cual dijo lo que tocaba. Lo tenían pensado desde antes, aunque se cuidaron de decirlo hasta después.
Un discurso brillante, valiente, sereno, propositivo, de una enorme sensibilidad y muy concreto, el primero del siglo XXI que se ha escuchado, dicen unos.
Un discurso que asume la implacabilidad y radicalidad democrática contra la corrupción, aunque se echan en falta referencias a una tasa a las grandes superficies, dicen otros.
Un discurso decepcionante, lleno de palabras vacías y sin propuestas concretas, dicen los de más allá.
Un servidor, a pesar de los antecedentes, esperará a ver lo que hace y, de momento, obviará lo que dice. Y hasta cómo lo dice.
Un discurso brillante, valiente, sereno, propositivo, de una enorme sensibilidad y muy concreto, el primero del siglo XXI que se ha escuchado, dicen unos.
Un discurso que asume la implacabilidad y radicalidad democrática contra la corrupción, aunque se echan en falta referencias a una tasa a las grandes superficies, dicen otros.
Un discurso decepcionante, lleno de palabras vacías y sin propuestas concretas, dicen los de más allá.
Un servidor, a pesar de los antecedentes, esperará a ver lo que hace y, de momento, obviará lo que dice. Y hasta cómo lo dice.
2 comentarios:
Lo correcto es esperar cien días ¿no?
Bueno, no necesariamente. Algunos sólo necesitan unas horas para cagarla...
Saludos
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