Al Tato le encanta provocar. Por eso ha abierto esta taberna desde la que vierte sus opiniones, cuenta sus vivencias o reflexiona sobre lo humano, que lo divino le queda algo lejos. Acodado en la vieja barra de madera ennegrecida con aroma a vino rancio, barrica y salitre de altramuces, espera curioso la polémica, el comentario o la opinión de alguien que discrepe, que para alabanzas ya tiene uno su ego.
2 comentarios:
Habrá que decirle a esta señora que "obras son amores, que no buenas razones".
Salu2.
Declarándose heredera de Zapatero como hizo el día de la investidura, mal asunto, pero...
Saludos
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