lunes, 11 de julio de 2011

Blanco y en botella

"La burbuja inmobiliaria no hubiera sido posible sin legislación favorable a la especulación y crédito fácil y ahí está el reparto de responsabilidades. Nadie es obligado a suscribir una hipoteca, pero nadie tenía más responsabilidad y capacidad que la banca en el análisis del riesgo y en la tasación inflada de las viviendas. Quien promovió eso y nos llevó a un endeudamiento masivo de las familias alguna responsabilidad tiene." (Pepe Blanco, 7 de Julio de 2011)

¿Cómo es posible que sea la banca la que más responsabilidad tenga en la burbuja inmobiliaria si "la burbuja inmobiliaria no hubiera sido posible sin la legislación favorable a la especulación y crédito fácil"? Y siendo la legislación, la regulación bancaria, el tipo de interés legal, el mecanismo de reserva fraccionaria, los Bancos Centrales y la Cajas de Ahorros dependientes de las decisiones que toman nuestros políticos, adivina adivinanza, ¿quién tiene más responsabilidad que la banca? ¿y quiénes, pensando como piensan que la banca es la máxima responsable, no han permitido que sus accionistas purguen sus culpas en euros contantes y sonantes? ¿No son acaso los ciudadanos -ellos eligen a los gobiernos, ellos deciden libremente pedir un préstamo, comprar una vivienda, ser crédulos- los responsables últimos de la burbuja inmobiliaria? ¿Dónde queda el libre albedrío, la libertad individual y su imprescindible alter ego, la asunción de responsabilidades? ¿No debiera estarnos vedado el ejercicio de nuestras libertades si aspiramos a que aparten de nosotros sus consecuencias?
 
Estas mismas preguntas se las hice en su blog al señor Blanco hace varios días. Pero claro, como era de esperar, ni publicó el comentario ni, por supuesto, lo respondió. A lo mejor es que no tiene claros los concetos. Blanco y en botella...

16 comentarios:

José Miguel Ridao dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices, la responsabilidad es del gobierno, la banca no hace más que aprovecharse de las facilidades que se le dan y, no lo olvidemos, de su posición de poder. En las relaciones de la banca con el usuario el desequilibrio es abismal, y no podemos pedir que funcione el libre mercado en esas condiciones. Hay que regular, pero aún así las injusticias y los abusos seguirán produciéndose, perjudicando siempre a los mismos.

La banca siempre gana. ¡Un mojón para ellos!

Un abrazo antibancario.

Er Tato dijo...

La verdad, José Miguel, es que resulta cansado y antipático tener que estar constantemente rebatiendo la demagogia y las mentiras de nuestros políticos, sobre todo cuando en el intento de clarificar la situación y poner cada responsabilidad en su sitio parece, aunque sólo sea por contraste, que uno defiende a ultranza a la banca.

Ya sabes de sobra lo que opino sobre el papel del Estado como garante del libre mercado y no como sustituto del mismo. Escuchar una y otra vez cómo se demoniza al libre mercado y se le culpa de todos nuestros males, y cómo aplaude todo el coro -siempre será mejor que otro sea el culpable...-, cuando el libre mercado ni está ni se le espera es descorazonador.

Y por cierto, la banca siempre gana precisamente porque el mercado financiero está en las antípodas del libre mercado. ¿Y gracias a quién? Blanco y en botella... ;-P

Otro abrazo, pedorro reprimido

José Miguel Ridao dijo...

Venga, Tato, si hubiera libre mercado la banca seguiría ganando, incluso más. El desequilibrio es evidente: los ahorradores se arruinan y Botín se enriquece, con y sin este gobierno de ineptos.

¡Prrrrrropopopop!

Er Tato dijo...

Imagino que no hablarás en serio...

Pero por si acaso. Si hubiera habido libre mercado en los mercados financieros, los tipos de interés no hubieran sido tan bajos como lo han sido en la última década, los depósitos a la vista no hubieran sido utilizados para crear dinero de la nada, no hubiera existido el enorme exceso de liquidez que ha existido, ni los Estados ni el sector privado hubieran llegado al desorbitado nivel de endeudamiento que hoy tienen y algunos bancos habrían cerrado ya y sus accionisas habrían perdido todo su dinero.

Y sí, la banca seguiría ganando dinero, como cualquier otra empresa, porque sólo sobrevivirían las que hubieran gestionado bien su riesgo y fueran competitivas, y cerrarían las que pierden dinero, como cualquier otra empresa, porque no existiría riesgo moral.

Espera que voy a por el ambientador...

José Miguel Ridao dijo...

Supongo que no hablas en serio cuando dices que la banca ganaría dinero como cualquier otra empresa, pero por si acaso...

Dices las ventajas del libre mercado en la banca, pero obvias las muchas desventajas: los bancos serían aún más poderosos, paradójicamente sólo sobrevivirían unos pocos, que crearían un oligopoolio mucho más duro que el actual. Esto del dinero y los bancos tiene mucha miga: en períodos de libre mercado en el XIX se crearon situaciones escandalosas en Inglaterra y EEUU, es un mercado que hay que regular intensamente e incluso intervenir en él. Hay un libro buenísimo de Galbraith que habla de todo esto y te recomiendo: "Money, whence it came, where it went". Creo que tienes razón en lo que dices, pero la conclusión que hay que sacar es que se ha actuado mal, no que no deba actuarse.

¡Prooooooooooop-pop-pop chofff!

Er Tato dijo...

Me temo que no me he debido explicar bien, Ridao ;-)

En las más de 200 entradas sobre economía que hay en la taberna no me habrás leído nunca defender la desregulación de los mercados -ni del financiero ni de ningún otro-, sino más bien al contrario: la necesidad de que el Estado regule los mercados para garantizar en lo posible que funcionen, al menos tendencialmente, como libre mercado y se fomente la libre competencia. Eso significa vigilar para que no se produzcan situaciones de monopolios y oligopolios, disminuir la asimetría de la información entre los agentes económicos, etc...

También me habrás leído atacar duramente el intervencionismo: fijación de precios y/o cantidades en los mercados, fomento de situaciones oligopolistas, subvenciones discrecionales a determinados mercados...

En definitiva, yo no he concluido que no deba actuarse. Creo firmemente que no es posible el libre mercado sin la existencia de un Estado que lo vigile.

Y sobre Galbraith, escribió buenos best-seller sobre economía... Esas recomendaciones no se le hacen a un liberal, hombre. No me extraña que te vayas de vareta. ;-P

Un abrazo dentro de un rato

P.S.: ¿Periodos de libre mercado en el XIX? Estarás de coña ¿no?

José Miguel Ridao dijo...

¿200 entradas de Economía? Yo llevo casi 300 de Poesía ;-ppppppppp

Menudo liberal estás hecho, con tanta regulación estatal. Como te cojan tus compis te linchan ;-ppppppppppp

En el XIX hubo mucha laxitud. Aunque el Estado lo intentaba, la iniciativa privada campaba muchas veces a sus anchas en el sector financiero, y la desprotección de los ahorradores era total. Hablo de los países desarrollados. Por ejemplo, en la financiación de la construcción del canal de Panamá hubo un gran escándalo, y las empresas de la Revolución Industrial se financiaban de aquella manera.

Citas sólo las actuaciones claramente negativas del intervencionismo, pero algo bueno también se puede lograr, o al menos intentar, ¿no?

No me seas tendencioso ;-pppppppp

Con Dios ;-ppppppppppp

Er Tato dijo...

Está visto que hoy no es mi día. Haré un último intento -tantas entradas de poesía no pueden ser buenas para el entendimiento recto de ciertas cuestiones... -, a ver si consigo hacerme entender.

Defiendo la regulación estatal, que no el intervencionismo, precisamente porque soy liberal. El mercado, dejado a su libre albedrío -el famoso lassez faire-, desemboca necesariamente en situaciones de falta de libertad. En ese sentido, el Estado que corrige los fallos del mercado y vigila, es un medio de garantizar la libertad, no un fin. El otro Estado, el que interviene, el que se convierte en un fin, no es más que un liberticida y un creador de injusticias. Y a mis compis -¿quiénes serán esos?-, que les vayan dando.

Por cierto, ya que me acusas de tendencioso y de citar sólo las actuaciones claramente negativas del intervencionismo, te invito a que expongas algún beneficio del intervencionismo estatal en el mercado. Supongo que sabes distinguir entre regular e intervenir. ;-P

Pues eso, con Dios.

José Miguel Ridao dijo...

Se me ocurren algunos:

- Fijación de los tipos de interés del banco central y de las reservas fraccionarias en política monetaria.

- Utilización de los impuestos con objeto de influir en la demanda agregada, en política fiscal.

Esto a muy grandes rasgos, y reconociendo que son medidas difíciles de aplicar y que los resultados pueden no ser los deseados, pero estimo que si no se interviene en cierta medida las consecuencias son peores. ¿Cómo corregir los fallos del mercado, si no interviene el Estado? Ya sé, con regulación y vigilancia. A mí me parece una utopía.

Oye, qué bien, nos estamos poniendo serios.

Un abrazo intervencionista, pero sin pasarse.

Zapateiro dijo...

Pues ya hacía tiempo que no pasaba a comentar y he de decir que estoy completamente de acuerdo. ¡Qué cansada estoy ya de la política que se hace en este país y de la inmensa mayoría de políticos mediocres que tenemos que aguantar!

Menos mal que dentro de nada llegan las vacaciones y parece que una se relaja :P

Er Tato dijo...

Digamos que estamos intentando pasar de la coña a un poco de rigurosidad, pero vamos, que tampoco es para ponerse serios, aunque la cosa esté como está. Venga, ahí van unas Cruzcampo congeladas con chochitos, a ver si te emborracho y te convenzo. Bebamos, digo, veamos.

La fijación artificial de los tipos de interés, que no deja de ser un precio, provoca cantidades intercambiadas que nada tienen que ver con las que los agentes intecambiarían si la información que reciben del mercado, contenida en ese precio, reflejara la abundancia o escasez real del bien, en este caso el dinero. De esa forma, se engaña a los agentes económicos creándoles una falsa realidad en base a la que toman decisiones erróneas, y luego pasa lo que pasa, que se acusa al mercado de haber provocado burbujas.

Lo de las reservas fraccionarias es ya directamente para nota. El Estado no sólo fija el precio -el tipo de interés-, sino la cantidad del bien que se fabrica -el dinero-, y todo otorgando a determinadas empresas -los bancos-, el privilegio de crear dinero a coste cero mediante meros apuntes contables. Con ello, se espolea la economía financiera, que va a su bola y al margen de la economía real, y que tarde o temprano deberá converger con ésta. Dependiendo de lo que haya volado la primera, así será el castañazo cuando aterrice en la segunda. ¿Qué tal crecer menos, pero de forma más constante y sobre ahorro real?

En cuanto a la utilización de los impuestos para influir sobre la demanda agregada, pues qué quieres que te diga. Retraer parte de la renta de los ciudadanos para sanidad, educación, justicia, defensa, igualdad de oportunidades..., pues lo compro. Hacerlo porque se presume que el Estado sabe mejor que los ciudadanos en qué se debe gastar ese dinero para incrementar la demanda agregada -que coincidiría con la misma demanda, actual o futura, que esos ciudadanos generarían con esa renta que se le retrae- al margen del mercado y de las preferencias de aquéllos, pues me parece un ejercicio de soberbia y paternalismo difícilmente igualable. Si además se incurre en déficit para incrementar esa demanda agregada, apaga y vámonos.

¿La regulación y la vigilancia una utopía? Puede ser, pero desde luego menos compleja de implementar y menos dañina que el intervencionismo.

Un abrazo liberal, pero no libertino

Er Tato dijo...

Pues otra cervecita congelada, para ti, Zapateiro. O mejor dos. Faltaría más.

¿Vacaciones? Yo espero empezar las mías este viernes y a ver si es verdad que me relajo. ;-)

Besos y a relajarse

Anónimo dijo...

Tato, como siempre te olvida de aderezar tus comentarios con algo sentido común. ¿Quizá sea porque no lo tienes?
Estás convencido, que son los ciudadanos los responsables últimos de la burbuja inmobiliaria. ¡Por favor! No sé en que clase de empresa estás trabajando, ni cuál es tu misión en ella, ni a qué clase jefes rindes cuentas, pero no creo que te atrevas a decir delante de ellos semejantes barbaridades y que te permitan seguir a su lado. Si es así...
¿Eres consciente de tus desvaríos, y por eso deseas mantener el ano- nimato?
Supongamos, (un poné) que voy a comprar pan (producto bancario: hipoteca, o financiero, o de ahorro)y el panadero (el banco), me lo envuelve en papel envenenado, y me contagio. ¿Es mía la culpa? ¿tendría que haber previsto tal posibilidad, y haber estudiado del mejor manual de antídotos los que me pudieran servir, por si el panadero (banco) me vendiera veneno,lo que finalmente hizo?
Tú llamas a este envenenamiento ¡ah, se siente! y dices, "si te permitiste tener hambre (necesidad de una vivienda)deberías haber sabido que muchas de las enfermedades provienen de la ingesta de comida que te llegan de los que la tienen en exceso (bancos)".
Afortunadamente, parece que no te ganas el pan dando consejos, o lecciones de economía. Que todo lo que dices son comentarios de taberna, y que una vez que sales de ella, y los grados de alcohol de garrafa se disipan, vuelve la normalidad cerebral. Aunque en tu caso, no sé yo...

Manupé dijo...

Conclusión:

La culpa la tengo yo,que ni tengo hipoteca, ni casa en propiedad ni palo que la aguante.

Eso sí, por malo, por culpable,y al parecer por no haberme leido las 200 entradas sobre economía que has publicado ( con lo que a manera del Génesis se hace la luz en este oscuro arcano) y que me convierte en un ignorante, soy el que paga los desvarios de ¿los bancos?, ¿la política financiera del gobierno?, ¿ la temeridad de los usuarios que hipotecaron su vida mientras el banquero le apremiaba a firmar?, ¿Belén Esteban y su chaletito en Ciempozuelos? ¿ La burbuja inmobiliaria sevillana de pisito a precio de mansión en Chipiona?, por el sencillo procedimiento de rebajar mi sueldo un 10% y pegarme un palo en la extra que me han dejado temblando.

Así que nada, me pondré a estudiar economía, para ver si la próxima vez que me atraquen en el sueldo, que vuelve a niveles del año 2000, al menos sepa a quién debo azuzarle los perros a la vez que asiento gravemente con la cabeza,mientras !!oh gurus de los dineros!! decidís quien tiene la culpa de que me llegue la miseria al mismísimo cuello, o esperamos todos a que el Ministro del negocio, decida contestarte a unas preguntas que son habituales en la cafetería donde desayuno cada día y que se cuelan en las conversaciones entre alusiones a Fernando Alonso y al dopaje de Contador, ante la expectación que ha suscitado tan interesante debate.

Dice un refrán populá:
¿No es extraño? Los mismos que se ríen de los adivinos, se toman en serio a los economistas.

Feliz verano y a más ver.

Er Tato dijo...

Venga, Anónimo, campeón, ahí va un vasito de agua pal susto, que invita la casa.

Saludos

Er Tato dijo...

Y otro pa ti, Manupé.

Feliz verano a ti también