jueves, 24 de septiembre de 2009

Todos contra uno, mierda para cada uno

Imagino que algún día se sabrán las razones por las que prácticamente toda la prensa, la comunidad internacional, y especialmente nuestro gobierno, muy activo contra el nuevo presidente, apoyan al depuesto Zelaya, que intentó dar un golpe de Estado institucional en su país. ¿Por qué llaman golpista al nuevo presidente, si accedió al poder respetando los mecanismos legales existentes en Honduras para casos como éste, con el apoyo del Congreso y de todas las instituciones hondureñas? ¿Por qué esa reacción de todos contra uno?


25 comentarios:

Juan Carlos Garrido dijo...

Porque todos(no me excluyo) nos apresuramos a opinar, incluso a dictaminar, sobre cuanto ignoramos y, en España, se sabe menos de Honduras que de Teruel.

Saludos.

veridiana dijo...

Este mundo corrupto...
O el Poder corrupto...

Un beso

Manupé dijo...

Porque no es cierto que el golpista que se autoproclama presidente de Honduras accediera al poder con el mandato del Congreso. El Congreso, es decir el poder legislativo de Honduras, asumió una politica de hechos consumados o lo que es lo mismo, tu das un golpe de estado y yo te legitimo, cuando debería ser al contrario.
Porque el golpista que depuso al Presidente Zelaya ( su mandato no había finalizado), tampoco lo hizo por orden del Poder Judicial hondureño, lo hizo, como salvapatrias de los buenos y ejemplo de la mejor tradición sudamericana, de motu propio y con la ayuda de una panda de iluminados que se consideran a si mismos la voz del pueblo.

Las formas amigo Tato son tan importantes como el fondo, por mucho que Zelaya pretendiera perpetuarse en el poder a imagen y semejanza de Chaves, lo único que no es válido nunca es utilizar la fuerza y por consiguiente a las Fuerzas Armadas para imponer tu razón.

Estoy totalmente convencido de que si el pueblo hondureño no quería que Zelaya continuara, no lo habrían consentido, pero usando la fuerza que te da la razón.


A más ver.

mangeles dijo...

Yo supongo que Zelaya es el candidato de USA y la UE...y parece que el nuevo ´tiene cierto giro a la izquierda...no sé muy bien.

Pero vamos...tiene que ser por "pasta"...si no hay dinero o materias primas (petroleo...no sé) por medio...Zelaya no estaba apoyado por Brasil en Honduras ahora mismo...

Besos Tato, ponme un fino muy frío, anda...de esos del torito...

Er Tato dijo...

Eso, lo de la ignorancia, puede valer para los ciudadanos, Juan Carlos, porque no tiene por qué interesarnos lo que ocurra en Honduras, pero los gobernantes occidentales no pueden alegar ignorancia. Perdón, quería decir no deberían.

O eso, o puro corporativismo de la peor especie, querida Veridiana.

A ver Manupé, me da mucha pereza rebatir lo que ya se rebate sólo en los enlaces que incluyo en la entrada que escribí allá por Junio, pero haré un esfuerzo por ser tú. El supuesto golpista -extraño golpe de Estado en el que los militares no asumen el poder, se mantienen todas las instituciones legislativas, judiciales y militares-, no se autoproclama presidente, sino que en base a la propia Constitución hondureña (art. 242), el Congreso lo designa presidente provisional hasta las siguientes elecciones. Encuanto a los hechos consumados, es el poder judicial el que ordena al ejército que lo detengan, no el Congreso ni el supuesto golpista, que no se autoproclama presidente, sino que es elegido por el Congreso después de las reiteradas intervenciones del Poder Judicial contra el hasta entonces presidente Zelaya y, en todo caso, hasta las siguientes elecciones. ¿Que las formas no han sido las adecuadas? Ya lo dije en mi entrada de Junio, pero a la vista de lo que está sucediendo ahora ¿no fue prudente expulsarlo del país?. Además, según el art. 42 de la Constitución hondureña, la calidad de ciudadano se pierde "por incitar, promover o apoyar el continuismo o la relección del Presidente de la República", y tras los distintos autos del poder judicial quedaba claro que Zelaya entraba de lleno en ese supuesto. Léete el enlace del expediente judicial. Si te apetece, claro. En fin, que no sigo porque tienes a tu disposición suficiente información como para que yo no tenga que explicarte nada más.

El nuevo, querida Mangeles, es del mismo partido que Zelaya, el Partido Liberal, partido que, por cierto, apoyó la destitución de éste y la elección del actual.

Besos y abrazos

Fernando Sánchez Ortiz. dijo...

Pues sí, qué poca vergüenza, Tato.

Zelaya es el verdadero golpista. Va el tío y convoca una consulta no vinculante preguntándole al pueblo si quiere que se reúna una Asamblea Constituyente para hacer ciertos cambios en la Constitución. Y no contento con tan alevosa -y peligrosa- consulta, pretende viajar hacia atrás en el tiempo. Porque ya me explicarás, Tato, de qué otra manera podría presentarse a la reelección si tal Asamblea Constituyente se reuniría DESPUÉS de las elecciones generales.

Ahora, que en esto de los viajes en el tiempo no va a la zaga del congreso hondureño, que aprobó leyes ad hoc para ilegalizar la consulta DESPUÉS de que se hubiera convocado.

El nuevo gobierno hondureño actúa dentro de una legalidad meridiana. O sea, secuestra al presidente, lo saca del país, y DESPUÉS lo justifica. Y, claro, como el hecho de que los militares secuestren al presidente electo no equivale a su destitución, FALSIFICA su carta de dimisión y la da por válida.

Y comprensiblemente, todos esos países con gobiernos populistas, la OEA, la Unión Europea, los EEUU y esas instituciones de corte comunista, la ONU y el FMI, declaran al unísono que eso es un golpe de estado.

Y lo peor: la nefasta influencia de estos rojazos, el propio Micheletti declara el 4 de septiembre a EFE: "En todos los países del mundo donde hay golpes de Estado y luego ha venido la restitución constitucional, se ha aceptado a ese país; igual tiene que suceder aquí".

Así que estoy contigo, Tato: ni los hechos, ni la comunidad internacional, ni el propio presidente golpista tienen razón: NO HUBO GOLPE DE ESTADO.

Por mis santos cojones.

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

En el caso de España y su gobierno, quiero pensar: ¿querrán venderle algún barquito para ayudar a los astilleros?, ¿querrán venderle algún armamento ligero?, a saber pero algo de esto debe de haber.
Ponme un gintoncito que es una hora estupenda para ello.
Un abrazo

Manupé dijo...

Como bien sabes no acostumbro a entrar más de una vez en el blog, pero por ser vos quien sois:

Vayamos por partes como diría Jack el Destripador.

1º No es necesario que los militares asuman el poder, es suficiente con que en vez de garantizar el orden constitucional y el poder legítimamente establecido apoyen al golpista.

2º El congreso lo designa presidente hasta las proximas elecciones, cierto muy cierto, después de detener y expulsar del pais al único y legítimo presidente de Honduras.

3º Si por asomo, que va a ser que no, esto tuviera algún viso de seriedad, ¿me quieres explicar que está esperando el golpista para convocar elecciones inmediatamente?.
Si sólo le mueve el interés de la nación y es un salvapatrias que no le tiene apego al poder, le está faltando tiempo.

4º Excusatio non petita, accusatio manifiesta, o lo que es lo mismo, todo el interés que muestra Micheletti en que lo acepten en el poder las instancias internacionales, incluso con negociaciones con el depuesto presidente, sólo puede deberse a que sabe perfectamente que su posición no es legítima.

Y por último, tu sostenella y no enmendalla en este tema choca de manera frontal y absoluta con todos los organismos serios que han condenado la actuación de Micheletti, que no quiere decir que todos esten en lo cierto, ojo, pero hombre, lo que es injustificable de todas las maneras es la llegada al poder de un usurpador.

El poder de Zelaya emana del pueblo,que es quién lo votó y sólo el pueblo lo debe destituir. Micheletti no tiene legitimidad alguna por mucho que lo apuntale sobre un mandato del congreso o sobre los edictos de un poder judicial tan corrupto como para darle la razón a alguien que llega al poder por la fuerza y expulsando del país a su presidente. A quién tenían que haber metido en la cárcel es a él.

Y por último, te aseguro que me ha dado la gana leerme los enlaces e incluso tu entrada de Junio antes de mi primera entrada y sigo pensando lo mismo.

A más ver.

Er Tato dijo...

Amigo Fernando, tu ironía sería coherente si te basaras en hechos y no en prejuicios. La Constitución hondureña es la que es y no la que tú o yo queramos que sea. En ella se dice claramente que lo que pretendía Zelaya es un delito y el poder judicial así se lo dijo reiteradamente. Eso es un hecho. Sobre el resto de lo que dices, me remito a la información ya aportada: es el poder judicial el que ordena detener a Zelaya y no el nuevo gobierno que, en todo caso, se constituye después. Y de la cronología de los distintos autos judiciales se deduce claramente que nada se justificó con posterioridad. Pero en fin, podemos obviar los hechos y discutir sobre el sexo de los ángeles. ¿La OEA, la UE, los EEUU, la ONU, el FMI...? Sin duda, organismos y organizaciones serias y neutrales donde las haya como han demostrado a lo largo de su historia...

Ahí va ese Beefeater con tónica en copa de balón con mucho hielo y el zumito de medio limón, amigo Rafael.

Como has hecho una excepción conmigo, amigo Manupé, voy a ser generoso y te lo voy a explicar otra vez:

1-. ¿Me puedes explicar qué orden constitucional se ha dejado de garantizar? Según esa Constitución y el Poder Judicial, que es quien puede decirlo, Zelaya había cometido un delito de traición a la patria que lleva aparejada incluso la pérdida de la ciudadanía y, consiguientemente, su destitución como presidente. ¿Dónde está el golpe de Estado?

2-. Léase punto 1

3-. En Agosto, Micheletti convocó elecciones a celebrar el 29 de Noviembre y así se lo hizo saber a la OEA. ¡Que hay que leer más, Manupé!

4-. ¿Que quiera ser reconocido internacionalmente como el presidente legítimo de su país sólo puede deberse a que sabe que su posición no es legítima? Entonces los presidentes de todos los países, que lógicamente aspiran a ser reconocidos como tales por el resto de países, también deben pensar que su posición no es legítima. ¡Vamos hombre! No pretenderás defender tu posición con estos argumentos ¿verdad? Venga, que sabes hacerlo mejor.

5-. A ver si te aclaras, picha. O sea, que mi opinión choca con todos los organismos serios que han condenado la actuación de Micheletti, pero tú mismo admites la posibilidad de que no estén en lo cierto. ...Que no quiere decir que todos estén en lo cierto, dices.

6-. El pueblo no está por encima de la Constitución que el propio pueblo votó. Ni en Honduras ni en España. Si no, vaya cachondeo. O a lo mejor eres de los que opinan, como Rubalbaca, o Montilla, o Mas, que nuestro Tribunal Constitucional no tiene legitimidad para declarar inconstitucional un texto por la única razón de que lo haya aprobado el Parlamento, léase el pueblo español. Y claro, en Honduras el poder judicial, los miembros del Congreso y el ejécito está corrupto. Por cierto, ¿con Zelaya también lo estaba o se volvió corrupto el 28 de Junio?

¡Hala, a más ver!

Juanma dijo...

Qué follón, ¿no? Porme una copita ahora que parece que se está más tranquilo. Vamos a ver el telediario, que habla ZP in the ONU.

Un abrazo.

pilar dijo...

Tato, la mesa del fondo está mu alborotá....ponme una tila. Besos, Pilar

Karol_a dijo...

mmm como está el patio, pues que yo sepa, Zelaya fue el golpista, y lo que no entiendo, es como más de medio Pueblo Hondureño también le apoya.
Ay que lío y cuánto sabes Tato.... no serás tú un expolítico?
:)

Javier Sánchez Menéndez dijo...

nadie conoce a nadie

Er Tato dijo...

¿Que habla ZP en la ONU, Juanma? Será que lee ¿no?

¡Qué va, chiquilla! Si estamos tomando unas copillas de buen rollo, Pilar. Por lo menos yo.

¿Más de medio pueblo hondureño, Karol_a? Seguro que los han contado entre Zelaya y Zapatero...

En efecto, Javier. Nadie conoce a nadie o entre todos la mataron y ella sola se murió.

Besos y unas copitas para el personal que la noche es joven.

Panduro dijo...

Esto sí que ha sido un debate entrando en honduras.

(si es malo, pero es que no me he podido contener)

Er Tato dijo...

Pero si nos hemos quedado en la superficie, Panduro... ;-)

Por cierto, Manupé y Fernando, alguna infomación adicional aquí, aquí, aquí y aquí.

Saludos

Fernando Sánchez Ortiz. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Fernando Sánchez Ortiz. dijo...

A ver si usted se equivoca mucho y bastante, Tato, al creer que se dirige a demócratas —como pueda ser su caso— y no a golpistas convencidos como somos nosotros.
Disfrutamos los golpes de estado sean del signo que sean. Nos ponen los ejércitos desfilando, la prensa amordazada, el corte de comunicaciones y suministros eléctricos, la represión, las detenciones, el ordeno y mando, la matanza. Y la espinita en el hueco donde otros guardan el corazón que nos producía el de Honduras —donde sucedieron y suceden todas estas cosas—, era esa obcecación en negar lo evidente. Al menos hasta el cuatro de este mismo mes, cuando Micheletti declaró a Efe lo que aparece entrecomillado más arriba. Que aquello era un golpe de estado, y que tendrían que acabar por asumirlo como se han asumido tantos otros. Y una cosa es que usted nos rebata a nosotros, que somos golpistas aficionados, y otra es que rebata al mismísimo jefe de estado no electo de Honduras.
No todos los golpes de estado, como no todas las obras de arte, alcanzan el mismo nivel de excelencia. Tenemos, por poner un ejemplo al azar, a Tejero. Un tío que da un golpe de estado y no sólo no detiene al Jefe de Estado, sino que obedece sus órdenes. O tenemos a Chaves: un golpista que convoca elecciones —controladas con lupa por observadores internacionales—, y gana una detrás de otra.
Convendrá con nosotros que estos son golpistas de tercera. Y que lo de Zelaya, no tiene nombre. Un golpista tan torpe que consulta al pueblo sobre la conveniencia o no de cambiar la constitución para que un presidente pueda ser reelegido. Un golpista tan tan necio que realiza esa consulta cuando ya no queda tiempo para ser reelegido, puesto que abandonaba el cargo en enero y la constitución sólo puede cambiarse después.
Así que no nos venga con milongas judiciales —somos más de los tribunales de Stalin o Pol Pot—, para ensalzar la figura del Zelaya golpista. A menos que nos explique —usted o Micheletti— cómo iba a presentarse a la reelección cuando el simple movimiento de translación de la tierra lo volvía imposible.
Nosotros no le pondríamos un pero a la acción de Micheletti —ese recurso impagable (y de lo más legal y democrático, parece ser) de secuestrar y exiliar jefes de estado y de falsificar cartas de renuncia para hacerse con el poder—, sino fuera por esa manía que tiene de no enorgullecerse de sus actos.
Y, oiga, Tato, ya que parece empeñado en hacernos creer que Zelaya es un golpista como nosotros, podría responder, sin enlaces de tribunales cuanto menos dudosos— a dos simples preguntas:
¿Cómo es que Zelaya iba a perpetuarse en el poder si la posibilidad de ser reelegido sólo podía darse cuando no estuviera en el poder?
Y:
Si todo se hizo dentro de la legalidad, ¿cómo es que necesitaron del delito de falsificar una carta de renuncia para nombrar al nuevo presidente?
P.D.: duele que ponga en duda instituciones con tanto prestigio golpista como los EEUU o el FMI. Una cosa es que sean útiles para nuestra argumentación y otra muy distinta hacerles pasar por amigos del Socialismo del siglo XXI o del ALBA. Por ahí no pasamos. Y cualquiera que pase, con la Historia en la mano, sólo puede estar aquejado de enajenación mental transitoria.
P.D.2: De los enlaces que nos brinda —comprenderá que, golpistas como somos, no nos va lo de leer— nos llama especialmente la atención el del escritor que, por obra de libertad digital, aparece investido de una gran autoridad. Nosotros también escribimos, Tato, y además estamos convencidos de que Zapatero es un zombi que cada noche devora el cerebro de un niño español. Lo digo por si puede conseguirnos un hueco en algún periódico hipócritamente fascista de aquí o allá.
P.D.3: disculpe la exagerada extensión. Creemos que lavar el buen nombre del golpista Micheletti lo merece.

Er Tato dijo...

Sin ánimo de convencer a nadie, porque nuestras posturas han quedado ya suficientemente claras, ni de contestar punto por punto a tu comentario -por cierto, ¿no se te entendería mejor si en un asunto tan serio como éste te expresaras sin el continuo uso del sarcasmo?-, intentaré responder a las dos preguntas que me haces, no sin antes dejar claras algunas cuestiones:

1-. Nunca me han gustado las Constituciones que impiden su reforma, y la de Honduras prohíbe explícitamente la reforma de determinados aspectos, como el que nos trae este debate (art. 373 y 374).

2-. No se trataba de debatir si está bien o mal lo que dice la Constitución hondureña, sino si, en base a ella, la instituciones hondureñas actuaron dentro de la legalidad y, por tanto, no deberían calificarse de golpistas.

3-. Como ya dije allá por Junio, lo que debieron hacer fue detener a Zelaya y juzgarlo, no expulsarlo del país. Y ése fue un enorme error que está pagando el nuevo gobierno de Honduras, aunque no deslegitima la cuestión de fondo.

4-. Es muy probable que tardemos bastante tiempo en conocer todos los detalles de lo que ocurrió en aquellos días, suponiendo que lleguemos a conocerlos algún día.

5-. Jamás he llamado golpista a quienes opinan distinto que yo en esta o en otras cuestiones.

En cuanto a la primera pregunta: ¿cómo es que Zelaya iba a perpetuarse en el poder si la posibilidad de ser reelegido sólo podía darse cuando no estuviera en el poder? Es cierto que el propio proceso de reforma contenido en la Constitución impone la aprobación por mayoría de dos tercios del Congreso, tanto del gobierno proponente como del de la siguiente legislatura, pero la respuesta a tu pregunta es evidente. Si Zelaya no respetaba la Constitución en lo referente a las cuestiones que la propia Constitución impedía reformar cometiendo un delito muy grave ¿acaso tenía algún motivo para respetarla en el propio procedimiento de reforma que impone que ésta sea ratificada por la siguiente legislatura? O incluso ¿no podía presentar a las siguientes elecciones a un pelele y presentarse él a las siguientes?

En cuanto a la segunda: si todo se hizo dentro de la legalidad ¿cómo es que necesitaron del delito de falsificar una carta de renuncia para nombrar al nuevo presidente? Das por hecho que la carta es falsa y que fue Micheletti quien la falsificó para poder llegar a la conclusión de que las actuaciones de las instituciones hondureñas fueron ilegales, lo cual no es más que una petición de principio. ¿Qué necesidad tendrían de falsificar una carta y apoyarse en ella para destituir a Zelaya teniendo un montón de autos judiciales y la propia Constitución en los que apoyarse legítimamente, máxime sabiendo que, de ser descubiertos, les restaría legitimidad? ¿O por qué le deponen el 28 de Junio si tenían una carta en la que Zelaya dimitía días antes y que, según indicas, querían hacer pasar por verdadera? ¿Acaso no podía haberla hecho llegar el propio Zelaya viendo la que se le avecinaba para denunciar posteriormente que es falsa y tener algún argumento de deslegitimación del nuevo gobierno provisional? Obviamente, desconozco el objetivo último de esa carta ni si es o no falsa, pero parece claro que la única respuesta posible a su existencia no es necesariamente la que tú expones.

P.D.: Me declaro enajenado mental permanente.

P.D.2: Suelo leer todo tipo de prensa sin más prejuicio que mi sentido común y la convicción de que no existe ningún medio independiente, imparcial y objetivo.

P.D.3: No hay nada que disculpar, Fernando. Además, yo no conozco a Micheletti ni tengo interés alguno en conocerlo, así que puedes lavarlo todo lo que quieras y hasta hacerle un centrifugado antes de plancharlo.

Saludos

Fernando Sánchez Ortiz. dijo...

Dice un refrán castellano que: «Dónde fueres haz lo que vieres». Estoy en tu taberna: me expreso de la misma forma sarcástica que veo utilizar al propietario.

Porque hay que emplear amplias dosis de sarcasmo, cinismo y doble rasero para considerar inconstitucionales los actos de Zelaya, y pretender hacer pasar la actuación anticonstitucional y criminal del gobierno de facto como mera cuestión de formas.

Dice que Zelaya faltó a los artículos 373 y 374 de la constitución de Honduras. Los hechos son que Zelaya convocó una encuesta, una consulta, para sondear al pueblo sobre si esa constitución debía reformarse. Como sabrá, la constitución de Honduras proviene de 1981, después de la dictadura, y su texto está influido por las fuerzas que anteriormente gobernaban. Mucho habría que debatir sobre una constitución cuyos artículos prohíben a la soberanía popular reformarla. Y también habría que hablar sobre si la consulta de Zelaya (que tenía plena autoridad para convocar, según la Ley de Participación Ciudadana de 2006), implica incurrir en los delitos que se le imputan (contra la forma de gobierno, traición a la patria, abuso de autoridad y usurpación de funciones). Sobre lo que hay nada pero nada que decir, es que estos delitos no han sido ni juzgados ni probados ni demostrados.

En los futuribles que presumes sobre las intenciones de Zelaya no vamos a entrar. Más que nada porque creo que, desde los tribunales de la inquisición, la justicia no actúa contra intuiciones que, hasta que no se demuestre lo contrario, son sólo intuiciones. Pero no me negarás, Tato, que hay que ser sarcástico para hablar de justicia y al mismo tiempo juzgar en base a intenciones fabuladas de las que no se tiene prueba.

En lo que sí vamos a entrar es en las formas no adecuadas del nuevo gobierno de Honduras. Mayormente porque esas formas no adecuadas consisten en pasarse la constitución y la ley por el forro.

Al señor presidente se le asalta en su casa. No se le presenta ninguna orden de detención ni se le lee ningún derecho. Se le amenaza y se le apunta con armas de alto calibre. Posteriormente, se le lleva a la fuerza a un avión y se le traslada a Costa Rica, donde se le abandona.

Según la constitución de Honduras:

Art. 68: Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral. Nadie debe ser sometido a torturas, ni penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes.

Art. 71: Toda persona privada de libertad será tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano.

Art. 89: Toda persona es inocente mientras no se haya declarado su responsabilidad por autoridad competente.

Art. 90: Nadie puede ser juzgado sino por juez o Tribunal competente con las formalidades, derechos y garantías que la ley establece.

Art. 94: A nadie se impondrá pena alguna sin haber sido oído y vencido en juicio, y sin que le haya sido impuesta por resolución ejecutoriada de Juez o autoridad competente. En los casos de apremio y otras medidas de igual naturaleza en materia civil o laboral, así como en los de multa o arresto en materia de policía, siempre deberá ser oído el afectado.

Art. 102: Ningún hondureño podrá ser expatriado ni entregado por las autoridades a un Estado extranjero.

Vaya por dios, Tato: Cuánto artículo de la constitución vulnerado una misma mañana. A esto, sin sarcasmo, le llamas actuar «dentro de la legalidad».

Como entra dentro de la legalidad ignorar los artículos 417 y 418 del Código Procesal Penal, que establecen que los altos funcionarios del estado deben ser juzgados ante un Magistrado de la Corte Suprema.

Fernando Sánchez Ortiz. dijo...

Todo es tan legal, tan sumamente legal, tan poco cínico, que el mismo domingo 28, la Corte Suprema hace saber que no ha dictado orden de detención contra el presidente. El Ministerio Público no ha presentado tampoco requerimiento fiscal contra él.

Sólo después, aparece por arte de birlibirloque, un documento de la Corte Suprema, fechado el 26 de junio, que ordena la captura del presidente. Requerimiento que, para más jolgorio, conculca el derecho constitucional a la inviolabilidad del domicilio. Y es lo que pasa cuando las cosas se hacen con prisa, que acaban en fábula kafkiana: procesos judiciales que duran un total de trece horas (con sus documentos remitidos, su reunión de quince magistrados, y la emisión de un documento de detención donde no figura razón alguna para la misma). Procesos judiciales de los que no tiene conocimiento el acusado hasta después de dictada la sentencia y consumados los hechos, y donde el derecho a la defensa brilla por su ausencia.

Y es lo que tiene saltarse a la torera la ley, la lógica y la constitución. Uno le pilla el gusto y ya por la tarde incurre sin pestañear en falsificación de documento público. No soy yo el que da por hecho que la carta es falsa. Es el presidente Zelaya quien lo afirma. Eso y el sentido común. Es evidente que el presidente no renunció a su cargo; si no, no hubiera hecho falta secuestrarlo y expulsarlo ilegalmente del país. Y menos hubiera vuelto para reivindicarlo. La carta, como el documento judicial mágico, responde a un intento de hacer pasar por legal lo que constituye un vil atropello a la legalidad.

Con renuncia falsa o sin ella, el Congreso no tiene potestad para separar al presidente de su cargo mediante decreto legislativo. El Congreso puede improbar administrativamente al poder ejecutivo, pero sólo administrativamente. Lo que de ninguna manera se encuentra entre sus atribuciones, es destituir al presidente electo —recordemos secuestrado y expulsado del país—, representante de la soberanía popular. Y tampoco, si a eso vamos, puede nombrar un nuevo presidente suplantando al pueblo.

Aquí y en Tegucigalpa, cuando el ejército secuestra y expulsa al Jefe del Estado, cuando un grupo de personas usurpa mediante el uso de la fuerza la soberanía popular, se llama golpe de estado.

Si se trata de una cuestión de formas, las formas han sido incumplir la constitución, saltarse la ley y alcanzar el poder de manera delictiva y fraudulenta.

Y esa es, en definitiva, la respuesta al todos contra uno. La maniobra es tan descarada, tan escandalosa, que ni un solo estado se atreve a apoyarla.

Ahora Tato que hay que ser muy sarcástico para dar por probados los delitos por los que —sin juicio, sin pruebas, ni defensa—, el nuevo gobierno ha destituido —sin poder— a Zelaya, y no encontrar en su actuación cuanto menos serios indicios de los mismos. Recordemos: delitos contra la forma de gobierno, traición a la patria, abuso de autoridad y usurpación de funciones.

Vuelvo a disculparme por la extensión, esta vez por partida doble. No volverá a ocurrir. Más que nada porque las molestias que me tomo caerán en saco roto. Razonar es largo, pesado y aburrido. El sarcasmo es más efectista y, sobre todo, harto más divertido.
Un saludo.

Er Tato dijo...

Como ya dije en mi último comentario, Fernando, las posturas de ambos están claras y explicadas, la información está a disposición de quien la quiera leer, y la credibilidad que a cada cual le merezca aquélla es cosa de cada uno.

Saludos

mangeles dijo...

Oñooo Tato...¿y te sabes la Constitución de Honduras?...yo en mi despacho, cuando hago un escrito, grito: "¿cual es el artículo de la indemnidad....cual es el artículo de la seguridad jurídica?"...y algún abogado caritativo me grita el numerito...

Interesante, debate. No dejas de sorprenderme amigo.

Besos

Er Tato dijo...

Claro que no Mangeles, pero me interesó el asunto en su momento y me la leí por curiosidad.

A veces yo también me quedo sorprendido de mí mismo. Y no siempre para bien.

Besos, guapetona.

Zapateiro dijo...

Interesante y enriquecedor debate. Gracias, así da gusto tomar un zumito de naranja por la mañana.

Saludos.