¡Valiente gilipollez! Cuando uno se adentra en la noticia, lo que realmente dice la OCDE es que los deberes escolares acentúan la brecha entre los alumnos que pertenecen a familias más desfavorecidas y los que pertenecen a familias de nivel socioeconómico medio y alto, porque estos últimos disponen de ayuda para hacerlos.
Resulta que no son los deberes los que producen esa desigualdad, sino el nivel económico o educativo de las familias. ¡Pues como en casi todo...! Si no pusieran deberes, los más ricos podrían ir a clases particulares que los más pobres no se pueden pagar. ¿O vamos a prohibir las clases particulares?
La solución es simple: una enseñanza pública de calidad y en cantidad. Por ejemplo, se podría incrementar la jornada laboral de los maestros de las 1.200-1.300 horas anuales hasta las 1.700-1.800 horas anuales de cualquier trabajador del sector privado. Y se podrían abrir los colegios por la tarde para dar apoyo a los alumnos de esas familias que no pueden ayudar a sus hijos con los deberes. Y se podrían contratar a más profesores...
Esa obsesión de igualar por debajo es una de las causas de gran parte de los problemas que padecemos en este país. Todos nacemos con una mochila social y biológica que no elegimos, que no depende de nosotros. Nacemos en el país, en la ciudad y en la familia en que nacemos. Y somos altos o feos o inteligentes o antipáticos porque nos tocó ese número en un sorteo en el tampoco pudimos comprar el boleto. A partir de ahí, una sociedad decente debería, empleando al Estado como instrumento, contribuir a paliar las diferencias provocadas por la mochila social, igualar razonablemente las oportunidades de los ciudadanos. Si el Estado moderno no sirve para eso, entonces no sirve.
Cuestión bien distinta es pretender que las personas seamos iguales con independencia de nuestra mochila biológica. Porque no lo somos. Si a nadie se le ocurre que el Estado deba garantizar que un señor feo y bajito sea modelo de pasarela, ¿por qué habría de garantizar que alguien tenga una carrera universitaria al margen de su capacidad? Eliminar el esfuerzo individual de la ecuación es un camino que sólo conduce al fracaso colectivo. Algunos ricos llegan lejos, a pesar de ser ricos. Y algunos pobres también.
De estas cosas ya hablábamos por aquí hace muchos años. Y por aquí. A los que no hemos nacido en una familia rica nos toca esforzarnos más. Qué le vamos a hacer...