Resulta que hay convocada un huelga de estudiantes y la Junta de Andalucía ha dado instrucciones de que, si nadie asiste a clase, los profesores no pongan faltas de asistencia a los alumnos. Al menos eso nos decía ayer una tutora en una reunión que mantuvimos en el instituto.
Nos contaba nuestra hija que son cuatro o cinco de su clase los que no quieren ir a la huelga, pero que sus compañeros, cachorros de futuros piquetes que sí quieren secundarla -según muchos de ellos, porque ya tienen planes...-, les están presionando para que firmen y no asistan a clase, pues si asistiera algún alumno, a ellos sí les pondrían falta. Por supuesto, todos firmaron y ninguno irá a clase.
Como ven, una muestra más de cómo la actitud de nuestros políticos en general, y del gobierno andaluz en este caso, manipula al personal.
Si en lugar de dar instrucciones para que no se contabilice como falta la inasistencia general, las hubiera dado para que se contabilizase como falta de asistencia a quien falte y la materia que corresponda a ese día se considere impartida aunque la inasistencia sea general, los alumnos se sentirían menos coaccionados por sus "compañeros" y tomarían más libremente su decisión. Además, y no menos importante, quienes decidieran secundar la huelga entenderían que el ejercicio de ese derecho también tiene consecuencias -una falta de asistencia y un esfuerzo extra para recuperar la materia impartida-, y que hay que ejercerlo con responsabilidad.
Es irresponsable transmitir a nuestra juventud que una decisión tan extrema como la huelga son unas vacaciones o una fiesta. Porque después, cuando crezcan y la asunción de responsabilidad por las decisiones tomadas no sea ya opcional, vivirán enfadados con el mundo o morirán defendiendo causas absurdas.
Nos contaba nuestra hija que son cuatro o cinco de su clase los que no quieren ir a la huelga, pero que sus compañeros, cachorros de futuros piquetes que sí quieren secundarla -según muchos de ellos, porque ya tienen planes...-, les están presionando para que firmen y no asistan a clase, pues si asistiera algún alumno, a ellos sí les pondrían falta. Por supuesto, todos firmaron y ninguno irá a clase.
Como ven, una muestra más de cómo la actitud de nuestros políticos en general, y del gobierno andaluz en este caso, manipula al personal.
Si en lugar de dar instrucciones para que no se contabilice como falta la inasistencia general, las hubiera dado para que se contabilizase como falta de asistencia a quien falte y la materia que corresponda a ese día se considere impartida aunque la inasistencia sea general, los alumnos se sentirían menos coaccionados por sus "compañeros" y tomarían más libremente su decisión. Además, y no menos importante, quienes decidieran secundar la huelga entenderían que el ejercicio de ese derecho también tiene consecuencias -una falta de asistencia y un esfuerzo extra para recuperar la materia impartida-, y que hay que ejercerlo con responsabilidad.
Es irresponsable transmitir a nuestra juventud que una decisión tan extrema como la huelga son unas vacaciones o una fiesta. Porque después, cuando crezcan y la asunción de responsabilidad por las decisiones tomadas no sea ya opcional, vivirán enfadados con el mundo o morirán defendiendo causas absurdas.
2 comentarios:
Don Tato:
Ayer trajo uno de mis hijos un panfleto sobre la huelga, firmado por el Colectivo de Juventudes Comunistas. El vocabulario es de los años sesenta, por lo menos, con las modificaciones actuales de "obreros y obreras". Como se gasta mucha tinta, a veces escriben sólo el masculino.
También invitan a los estudiantes a formarse en piquetes.
Tiene usted razón cuando dice que hay que aleccionar a los niños para que hagan huelga responsable, pero, la verdad, para la mayoría de los estudiantes es un día de fiesta para quedarse en la casa.
No obstante, hay que insistir en ello. Si se hace huelga, es para ir a la manifestación, por lo menos. Y hay que enterarse de los motivos. Pero ya le digo, para la mayoría es un día de vacaciones...
Particularmente yo siempre pongo falta y, hasta el momento, ningún padre me ha pedido explicaciones. El asunto es muy claro: su hijo ha faltado y yo se lo comunico. Usted queda enterado y yo me cubro las espaldas ante cualquier responsabilidad. Si usted (el padre) quiere justificar la falta, yo la archivo. Si no me presenta justificante, pues queda consignada como falta sin justificar. Ni se va a detener el mundo ni el niño va a echar a perder su futuro estudiantil...
Cuando yo hago huelga, me descuentan la parte proporcional de mi salario. Cuando no la secundo, voy a trabajar. Y yo soy de los que dan clase aunque sea con un alumno. No adelanto materia porque no soy "malévolo" pero repaso y al final es como si le diera una clase particular intensiva.
En fin...
Salu2.
Sin duda, Dyhego, para los chavales es un día de vacaciones, pero el fondo de mi entrada no es una crítica a esos chavales -a mí tambien me daba alegría perder días de clase-, sino a lo adultos, en este caso al gobierno andaluz, que con sus estrategias partidistas fomentan actitudes que después, cuando esos chavales son adultos, las asumen como normales.
Es más que probable que si la huelga fuera contra ellos en lugar de contra el gobierno central, hubieran tomado medidas para dificultar su ejercicio. Y yo no quiero ni lo uno -fomentar desde el gobierno que los chavales vayan a la huelga-, ni lo otro -poner trabas artificiales para que no ejerzan su derecho-, sino un poco de seriedad y honestidad por parte de los políticos. De todos, que conste.
Saludos
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