viernes, 11 de abril de 2014

De la lengua y el sexo...

"Y le digo de expertos porque quiero recordarle que no hay ninguna experta...", le dijo la señora Soraya Rodríguez esta semana a su tocaya en el Congreso. Toda una pregunta parlamentaria simulada para poder recriminar en sede parlamentaria a la Vicepresidenta un machismo radical que no se cree ni ella.

Confundir género con sexo, género gramatical con género natural, en un afán de parecer el más progre de entre los progres de las derechas y las izquierdas, no deja de ser una muestra más de la falta de personalidad de quienes caen en tamaña gilipollez, que son muchos. Muchísimos. Demasiados.

Hay quienes piensan que el lenguaje es machista, y que cambiarlo ayuda a solucionar el problema. Olvidan que sólo las personas pueden serlo -machistas, racistas, xenófobas...-, y que cambiar el lenguaje sólo facilita un parapeto facilón a quienes realmente lo son para dejar de parecerlo. A los otros, a quienes no lo somos, nos basta con nuestro comportamiento diario y una sonrisa burlona cuando escuchamos o leemos tanta sandez.

Y si no, recuerden a ese consumidor masivo de lenguaje políticamente correcto, tan comunista él, refiriéndose entre risas a una delegada de Educación como "la de las tetas gordas". Y que conste que a mí, esa expresión no me pareció machista, sino una grosería inoportuna. Pero claro, a quien defiende el compañeras y compañeros como símbolo de feminismo, cabe exigirle un mínimo de coherencia. Aunque sólo sea en el lenguaje.


4 comentarios:

Dyhego dijo...

Don Tato:
Creo que la mayoría de remedios que se proponen para corregir la desigualdad entre hombres y mujeres son palabrería hueca, ideas absurdas, teorías faltas de rigor, etc, etc.
Una de ellas es el famoso "ciudadanos/ciudadanas",que no sólo es inútil, innecesario y estúpido sino, y sobre todo, carente de rigor lingüístico.
En fin, como de tontos estamos ya servidos, ponga usted un carajillo y un milhojas.
Salu2 preprocesionales.

Er Tato dijo...

Ahí va ese carajillo y ese milhojas...

Saludos de viernes de Dolores

Juanma dijo...

Para pensar que estamos sobre el lenguaje necesitamos acudir a un pensamiento que, obviamente, está articulado lingüísticamente. Un círculo vicioso o, sin más, una pérdida de tiempo. El lenguaje ya estaba aquí cuando llegamos y seguirá estando cuando, con algo de suerte, seamos poco más que un buen recuerdo para algunos. No necesita ni demanda, el lenguaje, nuestra ayuda o nuestro impulso de principiantes que sólo pasamos por aquí un rato. El lenguaje, sigo, tiene vida propia y capaz de adaptarse a la realidad conforme esta se va modificando: ese es el camino y no el contrario.
En fin, un carajo para quien tenga semejante caraja y un carajillo también para mí para sumarme a los contertulios. Se ve que las contertulias pasan de largo cuando asoman la nariz por la taberna, andarán buscando alguna cruz de guía...

Abrazos.

Er Tato dijo...

¿Un carajillo? Bueno, venga.

La verdad es que con el título de la entrada esperaba más concurrencia. Aunque sólo fuera entrar y salir, un metisaca, vamos. Se ve que la lengua y el sexo ya no es lo que era...

Un abrazo de derbi mañanero