En una comparecencia del señor Montoro en el día de ayer de la que, lamentablemente, no he encontrado más que el video mostrado al final, extraído de un diario digital, y unas breves reseñas en las páginas web de La Moncloa y del Ministerio de Hacienda -a día de hoy, ni rastro de la comparecencia completa, a pesar de las quejas del señor Montoro de sentirse un Calimero incomprendido-, afirmaba nuestro ínclito ministro algunas cosas que, siendo ciertas, resultan tan sesgadas y parciales, que no ofrecen ni de lejos una imagen real de la situación.
Dejando al margen el daltonismo del señor Montoro -"...la barra marrón inferior..."-, complementemos algunos de los datos que aporta el pequeño de los Dalton.
Dejando al margen el daltonismo del señor Montoro -"...la barra marrón inferior..."-, complementemos algunos de los datos que aporta el pequeño de los Dalton.
Una primera cuestión para que ustedes puedan interpretar correctamente el primer gráfico que muestra y, de paso, adquirir algo de culturilla macroeconómica. La capacidad -que haya dinero de sobra-, o necesidad de financiación -que haya que pedir prestado-, de un país respecto del resto del mundo dependerá de cuál sea la situación de endeudamiento del sector privado y del sector público de ese país. Si el sector privado ahorra 100 € y el sector público se gasta 100 € más de lo que ingresa, no tiene que pedir prestado al resto del mundo, es decir, su balanza por cuenta corriente y capital -sus intercambios de bienes, servicios y capital con el resto del mundo-, será cero. En la medida en que el sector público se endeude más de lo que ahorra el privado, tendremos que pedir dinero prestado al resto del mundo y la balanza por cuenta corriente y capital será negativa. En caso contrario, prestaremos al resto del mundo y la balanza por cuenta corriente y capital será positiva. Obviamente, hay muchas combinaciones -que el sector privado no ahorre y el sector público sí, que ambos ahorren, que ambos se endeuden...-, arrojando cada una de esas situaciones un resultado distinto sobre la balanza por cuenta corriente y capital.
¿Qué es lo que viene a decir el señor Montoro con el primer gráfico? Pues que como en 2012, lo ahorrado por el sector privado es prácticamente igual al déficit del sector público, el país no se ha endeudado -más de lo que ya lo estaba, le ha faltado añadir-, con el resto del mundo. Bueno, sí, un poquitín, sólo unos 1.700 millones de euros de nada. Por cierto, y para ser precisos, lo que él llama en el vídeo balanza por cuenta corriente es realmente balanza por cuenta corriente y capital, pero vamos, pelillos a la mar.
¿Y qué es lo que resulta criticable de su discurso? Pues que, lejos de reconocer el enorme esfuerzo del sector privado, que desde 2009 dejó de incrementar su deuda para comenzar a ahorrar, destruyendo de paso millones de puestos de trabajo, afirma gozoso y pizpireta que lo que nos está sacando -así, en gerundio-, de la crisis, es la reducción del déficit público en dos puntos de PIB -la famosa barra marrón...-, que es la que facilita que se reduzca la posición financiera de nuestro país. ¡Dos puntos de PIB de ahorro frente al enorme esfuerzo privado! ¡Con dos cojones! Y eso, admitiéndole que no contabilice las ayudas financieras en el déficit, lo cual es mucho admitir porque ni su Intervención General del Estado ni Eurostat excluyen dicha partida del déficit, con lo que el déficit de 2012, lejos de decrecer un 2% de PIB respecto de 2011, ha aumentado más de un punto. ¡Hombre señor Montoro, después se quejará de que sus colegas catedráticos le hagan la pedorreta...!
En cuanto al cuadro que refleja la evolución del consumo público, algunas precisiones. En primer lugar, nuestro ministro refleja únicamente el gasto en salarios y en consumo de las Administraciones Públicas, que representa aproximadamente el 35% del total de gasto público. En segundo lugar, presenta su evolución en términos relativos, lo que oculta a la vista lo importante, a saber, que después de ese titánico esfuerzo de reducción del consumo público -que, insisto, representa sólo el 35% del gasto total-, éste continúa siendo superior al nivel previo a la crisis. En tercer lugar, mientras estamos en niveles de consumo público parecidos a 2007, otras partidas realmente impulsoras del crecimiento a largo plazo, como la inversión pública, se han reducido un 41% respecto a 2011 -frente a poco más del 5% del consumo público-, y casi un 60% respecto de 2007.
Para ilustrar la realidad de una manera distinta a como lo hace el señor Montoro, observen la evolución interanual -tal y como él hace con el consumo público-, de la inversión pública.
Y ahora observen la evolución del gasto total, del consumo público y de la inversión en términos absolutos y a precios corrientes.
Y todo esto con una importrante subida de impuestos, por supuesto. Fíjense en la evolución de los ingresos por impuestos corrientes -IRPF, IVA...-, teniendo en mente la evolución del número de trabajadores.
En cuanto al cuadro que refleja la evolución del consumo público, algunas precisiones. En primer lugar, nuestro ministro refleja únicamente el gasto en salarios y en consumo de las Administraciones Públicas, que representa aproximadamente el 35% del total de gasto público. En segundo lugar, presenta su evolución en términos relativos, lo que oculta a la vista lo importante, a saber, que después de ese titánico esfuerzo de reducción del consumo público -que, insisto, representa sólo el 35% del gasto total-, éste continúa siendo superior al nivel previo a la crisis. En tercer lugar, mientras estamos en niveles de consumo público parecidos a 2007, otras partidas realmente impulsoras del crecimiento a largo plazo, como la inversión pública, se han reducido un 41% respecto a 2011 -frente a poco más del 5% del consumo público-, y casi un 60% respecto de 2007.
Para ilustrar la realidad de una manera distinta a como lo hace el señor Montoro, observen la evolución interanual -tal y como él hace con el consumo público-, de la inversión pública.
Elaboración propia (Fuente: IGAE)
Y ahora observen la evolución del gasto total, del consumo público y de la inversión en términos absolutos y a precios corrientes.
Elaboración propia (Fuente: IGAE)
Y todo esto con una importrante subida de impuestos, por supuesto. Fíjense en la evolución de los ingresos por impuestos corrientes -IRPF, IVA...-, teniendo en mente la evolución del número de trabajadores.
Elaboración propia (Fuente: EPA)
Elaboración propia (Fuente: IGAE)
En fin, como diría el señor Montoro, mírenlas y grábenlas... Y saquen ustedes sus propias conclusiones.
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