lunes, 15 de abril de 2013

¡Sorpresa...!

Por una vez estoy de acuerdo con Rubalcaba: a nuestro país le hace falta una reforma fiscal en profundidad.

Pero sólo en eso. Porque la reforma no debería perseguir ni una recaudación adicional de 40.000 millones -más bien mantenerla o reducirla y reasignar las cargas-, ni endurecer unos impuestos -los de patrimonio, donaciones y sucesiones-, que ni siquiera deberían existir por manifiestamente injustos.

De todas formas, a ver si me sorprenden y son valientes e imaginativos. Simplificar los impuestos directos unificándolos en uno: un impuesto sobre la renta de las personas físicas comprensivo de todos. Eliminar el impuesto de sociedades y los relacionados con el patrimonio. Gravar los flujos de renta sin distinguir su naturaleza, no los stock de riqueza.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajaja. Un surtidito de payasadas tus recetas, jajaja. ¡Qué gran payaso eres, Tato!

Er Tato dijo...

Pena de país... y de paisanos.