jueves, 7 de febrero de 2013

A grandes males... extraños remedios

Tras leer la última propuesta de UPyD para regenerar la democracia, he recordado un comentario que hice a vuela pluma hace un par de semanas en una de las entradas de la taberna. Y como viene al caso, pues lo convierto en entrada tal cual quedó allí escrito, que para eso la taberna es mía.

"...ayer hablando con mi mujer comentábamos qué ocurriría si se demostrara que Rajoy está pringado en uno u otro sentido y tuviera que dimitir. Y me sorprendí a mí mismo, un republicano de pro, pensando en que el príncipe sería una buena alternativa de emergencia. Es joven, está preparado, no se ha señalado políticamente en ningún sentido... Además, podría ser elegido por el Parlamento como presidente del gobierno para que forme un gobierno de consenso hasta que salgamos de ésta, y posteriormente iniciar un nuevo proceso constituyente, con una nueva Constitución y una nueva etapa.

¿Por qué pensé en esto? Porque si dimitiera Rajoy, ¿qué político actual, del PP o del PSOE, podría generar el suficiente consenso político como para formar un gobierno durarero y tendría la capacidad de sacarnos de ésta? Todos sabemos la respuesta.
"

En fin, que ante un panorama tan desolador, habrá que hacer algo excepcional... Además, a lo mejor así, de paso, acabamos con la monarquía casi sin enterarnos.


7 comentarios:

Juanma dijo...

No sé si está la respuesta en la propuesta de UPyD (que he leído por encima), pero digo yo que, así, lo que sucedería sería darle un sentido que ahora no tiene a la Monarquía y no acabar con ella, ¿no?

Abrazos y una copita de algo que me agujeree el estómago, haga usté er favó.

Er Tato dijo...

No Juanma. Si el príncipe se convirtiera en presidente del gobierno, tendría que dejar de ser príncipe, al menos durante su mandato como presidente, y convertirse en un ciudadano normal. Su padre anda ya algo gagá, y sin heredero momentáneo, a lo mejor la monarquía se muere sola. Por otro lado, en un nuevo proceso constituyente habría que incluir, sí o sí, un debate sobre República y Monarquía.

Todo esto es, evidentemente, política ficción, pero como está la cosa necesitamos soluciones contundentes para generar algo de optimismo y esperanza al personal.

Abrazos y un Arenas pal chiquillo

Anónimo dijo...

Una tontería más de las tuyas.

Juanma dijo...

Ok. Entendido.

Ay! Con el gustazo que da leer el "Cantar de Mío Cid" o el "Lazarillo de Tormes"...ay!!

Er Tato dijo...

Bueno Juanma, yo soy más del Lazarillo...

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

En unos días recordaremos los 32 años de la solución Armada, no sé si la recuerdas. Sí, esa que pensó el Borbón con su ex-tutor y ex-secretario Alfonso Armada, su compañero de promoción Cortina, Miláns del Bosch y un guardia civil de opereta llamado Tejero.
¿Crees de verdad que esa sería solución, ahora de la mano del Borboncito? Deja la bebida Tato, al menos la fuerte.
Un abrazo

Er Tato dijo...

Claro que la recuerdo Rafael. Al día siguiente tenía un examen de Filosofía de COU y lo llevaba fatal. Aplazaron el examen y me vino de puta madre.

En cuanto a lo del borboncito, quizás no me explicado bien. La solución no vendría de la mano de la monarquía, sino de la democracia. Lo elegiría, en su caso, el Parlamento. De todas formas, ¿se te ocurre alguien mejor para dirigir provisionalmente el país? A lo mejor le gusta y se presenta después a las elecciones, y acabamos así con la monarquía. Y está el país como para dejar las bebidas fuertes, Rafael... ;-)

Un abrazo