Estar en política supone ciertos privilegios, que no son pocos, y ciertas esclavitudes, que no son tantas. Como ser juez o militar, ejercer la política es una decisión vital que afecta no sólo a quien la toma, sino también a su entorno afectivo más inmediato. Y además es absolutamente voluntaria.
Cuando leí que Rafael Velasco había dimitido en un país donde no dimite ni el tato, pensé que, más allá de los errores que hubiese cometido, esa decisión le ennoblecía a pesar de todo. Cuando leí las causas esgrimidas para su dimisión, desperté del sueño.
4 comentarios:
Desgraciadamente habra dimitido por que su imputacion sera clarisima.Yo creo que la honestidad ya no existe...
Saludos
Bueno, Juan Antonio, no sé si es o no clarísima, pero la Ley Electoral de Andalucía, en su art 6.6.a dice que ser diputado sólo es compatible con "la mera administración del patrimonio personal o familiar. Sin embargo, en ningún caso tendrán esta consideración las actividades privadas cuando el interesado, su cónyuge o persona vinculada a aquél en análoga relación de convivencia afectiva y descendientes menores de edad, conjunta o separadamente, tengan participación superior al 10 % en actividades empresariales o profesionales de toda índole que tengan conciertos, concesiones o contratos con organismos o empresas del sector público estatal, autonómico o local."
Algunos dicen que las subvenciones no son conciertos, ni concesiones ni contratos. Y tienen razón. Son mucho peor.
En todo caso, más allá de la posible ilegalidad, yo me refería en mi entrada a la exigencia de decencia y apariencia de decencia que debe serle exigida a nuestros políticos en general y a nuestros gobernantes en particular.
Saludos
Lo que más me sorprende no es que, donde hay, los políticos metan el cazo, sino que haya tantas empresas subvencionadas.
Saludos.
Lo uno va con lo otro, amigo Juan Carlos. Mientras más grande la cazuela...
Saludos
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