lunes, 23 de abril de 2007

Parasitando la palabra ajena......con perdón.

Uno de los blogs que suelo visitar con cierta frecuencia es el de un cura. Enrique Monasterio es su nombre y "Pensar por libre" su blog.

No recuerdo muy bien cómo llegué hasta allí. Es posible que fuera en una de esas carreras de saltos que se mete uno de vez en cuando entre pecho y espalda cuando encuentra un blog que le gusta, curiosea entre los enlaces que recomienda su autor para ver de qué pie cojea, y un blog te lleva a otro y a otro y a otro......en eternas bifurcaciones que parecen no tener fin. Tampoco final.

En uno de esos saltos me topé con una magnífica historia que me impactó: "El eclipse nuestro de cada día". Hice un comentario en su blog sobre esta historia, nos cruzamos un par de correos y desde entonces, cuando creo que puedo aportar algo, casi siempre en sentido crítico, lo hago. Algunos de sus artículos tienen un corte estrictamente religioso, pero otros son geniales.

En muchas ocasiones, andando uno seco de ideas y tiempo para mantener una cierta actividad en la taberna que la haga medianamente atractiva, me sorprendo haciendo comentarios en otros blog con una fluidez y un entusiasmo que para mi blog querría. Esto me llevó a incluir en el margen izquierdo, en un ataque de egocentrismo sin fundamento, enlaces a mis comentarios realizados en otros blog.

Hoy pensaba hacer lo mismo con un comentario a un artículo de Enrique titulado "La guerra de las palabras", pero he querido dar un paso más en mi desvergonzado intento de enriquecer mi blog a costa de las ideas ajenas. He decidido incluir aquí una parte de su artículo y añadir a continuación el comentario que pensaba hacer en su blog. Quede clara pues la autoría del artículo (http://pensarporlibre.blogspot.com/) y la del comentario. Vayan también por delante mis disculpas por el morro que le he echado al asunto
Jorge, que hoy celebra su santo, me escribe para pedirme opinión sobre algunos problemas que se le presentan con sus alumnos en un Instituto de Valencia.

Su mail es largo, lúcido y lleno de buen humor; pero repite tres veces la misma frase: “como usted trabaja en la enseñanza privada…” Y yo me pregunto por qué aceptamos pacíficamente esta expresión.

Enseñanza… ¿”privada”?

¿Cuál es el problema? Que la mentalidad estatalista y totalitaria hace estragos también en el lenguaje. ¿Por qué no llamamos a las cosas por su nombre?:

—¿Enseñanza “pública”? No. mejor estatal.
—¿Enseñanza privada? Tampoco: digamos libre.
—¿Y concertada? Ni en broma. Un “concierto” a la fuerza es un desconcierto. Llamémosla intervenida.

¿A que ahora se entiende todo mucho mejor? Sí, eso es lo malo: que se entiende.

¿Y no podemos hablar de enseñanza privada? Por supuesto: es la que imparten los padres a los hijos o los profes particulares a sus alumnos.

Juan Ramón Jiménez invocaba a su inteligencia para que le diera el nombre exacto de la cosa… A la mía le gusta pensar por libre y piensa así. Y vosotros, ¿qué pensáis?

Me temo que una vez más vamos a discrepar, mi querido Enrique, pero ya que me invitas a opinar.....

Como bien sabes, todos los adjetivos que pospones al sustantivo "enseñanza" sólo hacen referencia al origen de su financiación. En ese sentido, el apelativo de "público" hace referencia a que los fondos con que se financian son de origen público o estatal, como muy bien los calificas.

Sin embargo, cuando hablas de enseñanza privada te desvías del verdadero sentido de esa expresión, la financiación privada de la actividad, para hacer un juicio de valor: enseñanza libre. No enseñanza para pudientes, sino libre. Y tienes razón. A diferencia de la pública, la enseñanza privada es libre de reservar el derecho de admisión sólo a quienes puedan pagarla. Es libre de orientar sus enseñanzas a imagen y semejanza de sus propietarios o según convenga al negocio. Es libre de decidir si quiere o no inmigrantes en sus aulas. Es libre de adoctrinar a sus alumnos en el sentido que considere conveniente. Por cierto, si la asignatura de religión no tuviera que "ofertarse" obligatoriamente en los centros "públicos", tampoco sería necesario buscar asignaturas alternativas para cubrir su hueco a los alumnos que no opten por ella y algunas horas se ganarían para materias académicas, que buena falta les hace a nuestros chavales.

Y finalmente identificas enseñanza concertada con intervenida. La "intervención", en el sentido que entiendo en tu texto, implica una injerencia en la gestión. La existencia de centros de enseñanza concertados es producto de un acuerdo, un "concierto", entre un centro privado y el Estado. Es la voluntad y la conveniencia de las partes las que impulsan ese acuerdo. Si a un centro privado le interesa por diferentes razones que una parte de sus plazas sean pseudopúblicas, que sean pagadas con dinero de todos, no parece que el necesario control que el Estado debe ejercer sobre el correcto empleo de sus dineros se pueda denominar intervencionismo. Es entendible que el centro que reciba ese dinero no desee ser controlado en el empleo que hace del mismo y en las condiciones pactadas para recibirlo, pero seguramente sus propietarios no opinen lo mismo respecto del capital que han aportado. Entonces ¿por qué a la obligación que tiene el Estado de velar por el buen uso del dinero público se le llama erróneamente "intervencionismo" y al control que de sus recursos hacen los propietarios de los centros privados se le llama "adecuada gestión de su empresa"?

Por lo tanto, en mi opinión, no parece que hayas estado demasiado acertado llamando a cada cosa por su nombre. A veces, la realidad es muy tozuda. Quizás se note demasiado mi convicción de que la enseñanza pública, aunque pase por uno de sus peores momentos y sea manifiestamente mejorable, es uno de los instrumentos más potentes para garantizar la igualdad de oportunidades.

15 comentarios:

Reyes dijo...

Yo también confío en la enseñanza pública, considero que es la única manera de tratar a todos por igual, aunque, como bien dices, pase por un delicado momento.
Estudié en la privada, y aparte de fracasar estrepitósamente, sufrí el trato discriminatorio por ser "concertada".
Y lo de la asignatura de Religión tiene mucho que contar, me pregunto que le dirán a chavales entre 14 y 15 años acerca de homsexualidad o anticonceptivos, para eso, es mejor una alternativa.

el aguaó dijo...

Lo primero: me alegro muchísimo de tu vuelta querido Tato.

Después de este encabezamiento tan necesario te cuento: el otro día, mientras comíamos, mi 'cuñao' y yo estuvimos hablando de la medicina en España, lo necesaria que era la Seguridad Social y la calidad que poseía, ya que es uno de los mejores sistemas de medicina del mundo. Comentando la diferencia entre las clínicas privadas y la sanidad pública, saltamos hacia la educación, comparando la pública y la privada, y coincidimos en las ventajas de la primera, por muchos elementos y características, entre las que destacaba la preparación de los profesores o, como bien decíis, el nivel igualado o al mismo "rasero" de todos.

Un fuerte abrazo.

Ludwig Constantine dijo...

Esta vez vuelvo a coincidir contigo. La enseñanza pública (como la sanidad) es claramente mejorable, pero aún es más necesaria. Y además, por varios motivos, como bien señala arriba el aguaó, de mayor nivel. En el tema de la asignatura de religión ( que ya que estamos con la precisión lingüística debería denominarse "doctrina católica", puesto que es la única que se enseña en dicha asignatura) me parece que al ser un país laico, independientemente del número de católicos que tenga, no debería ser de ninguna manera obligatoria. Y por último, quería hacer mención de esa característica tan clerical de moldear el lenguaje y las connotaciones de la forma que crean conveniente.

Isaac García Expósito dijo...

Es la primera vez que intervengo en este blog y espero que no sea la última. Desde luego, Tato, pareces mi antagonista. Sólo me queda que nos hayamos conocido, pero me da en la nariz que eres mayor que yo. O eso creo.

Creo que deslizas algunas peticiones de principio en tus argumentaciones, por ejemplo: necesitas demostrar que la enseñanza pública sea más barata que la privada. O que la primera sea gratis. Los únicos que hacen las cosas gratis son los cristianos. Entre otras cosas porque enseñar al que no sabe es una obra de misericordia. Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, digo que los ataques a la enseñanza católica no son de ahora: ya lo intentó Juliano. Lo que pasa es que los paganos son más listos que nuestros progres y por eso protestaron (ver por ejemplo al historiador Amiano Marcelino). Fin de la digresión.

Igualmente me parece un poco maniqueo eso de que la enseñanza privada sea para ricos y la pública para pobres. Si eso fuera así, es gracias a los modelos ¿progresistas?, ya declarados por Rousseau a nivel teórico, o en las dictaduras comunistas a nivel práctico. En Cuba se estudiaba o estudia materialismo histórico que para el que no lo sepa, se sigue considerando una ciencia (eso fue una de las fallas que aprovechó Popper para destrozarlo). Sobre los efectos del marxismo científico no tienen nada más que preguntarle a Lysenko.

Y respecto a este punto, también queda por resolver otra cuestión: ¿quién ha dicho que la educación tiene que ser gratis?.

Por otro lado y mientras que no se demuestre lo contrario, los acuerdos entre partes no aseguran la justicia de los pactos. Tampoco estaría mal de recordar que las ayudas vienen de los impuestos, sacados represivamente a la población. Es decir, que la cosa es mucho más difícil. Más a más en un Estado de mayoría católica. Pero lo cierto y verdad es que el método de prebendas y subvenciones acaban en la intervención. Y es ahí donde el Estado se mete con un fin claro el control de los ciudadanos, hurtando el derecho fundamental de los padres a educar a sus hijos (otra cosa es la dejación de funciones que hacen los padres de sus deberes para con los hijos. Ese es otro tema). Yo estoy esperando a ver que hacen los colegios católicos concertados con la asignatura Educación para la Ciudadanía (¿mande?).

Lo que si está claro es que la educación pública es una mierda, no sólo por sus contenidos sino por el modelo que lo sostiene. Se ha perdido el concepto de mérito y autoridad. El PSOE ha conseguido cargarse algo bueno que teníamos.

Por último, ¿es mejorable la enseñanza pública?. Lo dudo. Pero lo que si tengo claro es que hay que cambiar el modelo de subvenciones por el cheque escolar.

Er Tato dijo...

Bienvenido San Isidoro. También yo espero que no sea la última vez que me visitas. Como ya digo en el prólogo y el subtítulo de mi blog, éste es un espacio para discrepar y contigo la discrepancia está asegurada.

He echado un visazo a tu blog y, desde luego, somos bastante antagónicos, así que los posibles debates serán sin duda enriquecedores. Y sí, te llevo algunos años. Tantos como 13.

Comencemos con algunas cuestiones de orden, pues construyes parte de tu argumentación sobre la base de que soy marxista. Quede claro desde el principio que creo en el capitalismo y que el materialismo histórico y su ser social como generador de la conciencia individual me parecen una memez. Todavía hay quien no es capaz de entender que se puede ser de izquierdas y creer en las fuerzas del mercado, que se puede ser liberal y creer en la necesidad de un Estado que permita equilibrar algunas cuestiones. Yo también reconozco que soy incapaz de entender cómo se puede creer en Jesucristo y ser de derechas.

Una vez aclarada mi posición, no encuentro en mi texto nada de lo que se pueda inferir que para soportar mis argumentos sea necesario demostrar que la enseñanza pública sea más barata que la privada o que la primera sea gratis. Ni mi postura necesita de esa demostración, ni mi formación me permitiría afirmar ninguna de esas dos barbaridades. Tampoco creo atacar a la enseñanza privada en general, ni a la católica en particular. Como liberal, admito su existencia e incluso la aplaudo, pero lo que no admito es que una de sus cualidades, tal y como pretendía sintetizar Enrique en una sóla palabra, sea la de ser libre. Por otro lado, te has pasado de frenada con la afirmación de que los únicos que hacen las cosas gratis son los cristianos.

Así mismo, no he calificado a la enseñanza privada como enseñanza para ricos, sino para pudientes. Me parece tan obvio el hecho de que a la enseñanza privada sólo acceden los que pueden pagarla y a la pública los que creen en ella o los que no pueden pagar la privada, que no debiera requerir más explicación.

Por otra parte, preguntas ¿quién ha dicho que la educación tiene que ser gratis? Seguramente a mis padres les hubiera hecho mucha gracia esta pregunta hace 25 años. Te aseguro que a mí no tanta. Con todos mis respetos, me parece simplemente una inmoralidad llegar a plantearla. Por cierto, a lo largo de tu comentario usas indistintamente el término educación y enseñanza, y estoy convencido de que sabes que no son lo mismo.

También afirmas que los acuerdos entre partes no aseguran la justicia de los mismos. Siempre que el objeto de los acuerdos sea lícito, debería bastar la voluntad de las partes para afirmar que son justos. Es una cuestión básica en Derecho.

Entiendo que a los que les sobra el dinero opinen que los impuestos son injustos, que son fruto del Estado represor y que quien quiera bienestar social que se lo pague de su bolsillo. Simplemente no lo comparto. Soy muy crítico con el uso que se le da a mis impuestos e incluso con la presión y estructura impositiva de este país, pero considero que con las adecuadas correcciones, es un modelo aceptable para construir una sociedad más justa.

Saludos

Isaac García Expósito dijo...

Estimado Tato:

Ponme otro trago en tu taberna.

No pienso que seas marxista, pero sí que has realizado algunas peticiones de principio en tu argumentación. Además, algunos de tus argumentos son usados por los progres. Y por lo que te he leído creo que no se te puede enmarcar en esa basura intelectual.

¿Pudientes no es sinónimo de rico?, vale, lo he simplificado, o más bien he concretado, porque ¿quién es pudiente?. Es un término demasiado vago. Y ahora un dato material, no del mundo de las ideas: mira los colegios con mayores listas de espera. En Sevilla hay uno que no es de los más baratos: el San Francisco de Paula. Y no sólo van los ricos (esto muestra que se huye de lo público).

Creo que deberíamos tener en cuenta las preferencias familiares: hay algunos que prefieren dedicar la mayor parte de sus recursos en colegios y otros en planes de pensiones. De todas formas la Filosofía del Lenguaje me da grima: no me gusta perder el tiempo en mirar el dedo que apunta al cielo.

¿Por qué es una inmoralidad plantear que la enseñanza no tiene que ser gratis?. Bajemos al mundo material y no al de las ideas (¡Platón sigues venciendo!). La enseñanza no es gratis. Se paga con los impuestos. Yo diría, aun a riesgo de equivocarme, que es más cara que la privada.

Por otro lado me reitero en lo dicho anteriormente: la educación de los hijos es un derecho inalienable de los padres (derecho al que están renunciando por la comodidad). Y son ellos los que eligen. De ahí que el cheque escolar (si se quiere ayudar con subvenciones) sea una posible solución. No la óptima, seguro, pero mejor que lo que tenemos ahora, también.

Por otro lado, no me he pasado de frenada. Voy a la historia: la educación y la enseñanza como vocación, es cristiana a todas todas. Igual que su generalización. ¿Muchas veces se ha ensuciado?: la Iglesia está formada por hombres. Si fuéramos dioses entonces no habría problemas.

Por último: yo no pongo en dudas que se pueda ser de izquierdas y liberal. Pero lo que sí me tienes que matizar es si sigues un liberalismo ideológico o económico.

Y lo de derechas y el cristianismo si que es un arcano. Precisamente cuando siempre se ha acusado de eso al cristianismo. Hasta Feuerbach se molestó en acusarnos de conservadores. Seguro que saldrá el tema más de una vez y podremos debatir sobre ello.

Para terminar, pienso que me he expresado mal: no eres mi antagonista, o yo el tuyo (hay que tener en cuenta el mos maiorum), sino más bien mi antisimétrico.

Er Tato dijo...

Pues ahí va una Cruzcampo fresquita con una de jamón, faltaría más. A ésta invito yo. Las siguientes las pagas, que veo que andas bien de "pasta".

Voy a intentar simplificar un poco mi discurso y ser algo más contundente en mis posiciones,
por aquello de no caer en la retórica y evitar que la estética del lenguaje prime sobre el contenido. Así podremos debatir sobre el fondo del asunto y no sobre lo que cada uno quiso decir o lo que el otro interpretó.

Respondiendo a tu primera pregunta, un pudiente es el que se puede gastar entre 500 y 600 euros al mes en el colegio de sus dos hijos ¿es suficientemente concreto el concepto? Y hablando de falacias, que existan listas de espera en un centro privado sólo implica que la demanda es mayor que la oferta, no que la oferta sea asequible para la mayoría de los ciudadanos.

Por otro lado, no he realizado las peticiones de principio que afirmas y, por tanto, no he incurrido en ninguna falacia. ¿Por qué? Porque creo exactamente lo contrario que me adjudicas. La enseñanza pública, en términos medios, es más cara que la privada y no es gratis. Es más cara porque, por su función social, debe suministrarse allí donde no es rentable y porque su gestión con criterios alejados de la empresa privada la hace menos eficiente en términos puramente económicos, que no sociales. El símil del transporte público e incluso de las telecomunicaciones es muy ilustrativo al respecto. Y tampoco es gratis, obviamente, lo que no implica que no deba ser gratis para sus usuarios en el sentido de no tener que hacer un desembolso específico para obtenerla, como bien público que es y debería seguir siendo.

Aclarado pues, o eso espero, lo que pretendo decir cuando hablo de enseñanza gratuita, creo entender de tu discurso que lo que desearías es que cada cual se pague la enseñanza que desea con el aumento de renta disponible que se crearía en las familias al pagar menos impuestos, una vez que aquella no deba ser financiada por el Estado. Extrapolando ese discurso, al privatizar la sanidad o el transporte público, las familias obtendrían recursos económicos adicionales, procedentes de los menores impuestos pagados, que podrían utilizar libremente en lo que considerasen oportuno. Nada nuevo bajo el sol. Neoliberalismo puro y duro. ¿Y qué pasaría con aquellas familias que no pagan impuestos por sus bajos o nulos ingresos?¿O con aquellas en que, aun pagándolos, el aumento de renta disponible resultante de dejar de pagarlos no pudiera cubrir el coste de esos servicios? ¡Ah, se siente....!¿no? Por eso es una inmoralidad plantear que la enseñanza no tiene que ser gratis.

Analicemos ahora si te has pasado de frenada o simplemente se te olvidó frenar. Sin querer caer en la filosofía del lenguaje que tanta grima te da (a mí también), ese símil automovilístico lo usé para referirme a tu afirmación de que "los únicos que hacen las cosas gratis son los cristianos" (sic). Nada que ver con la referencia que haces ahora a la vocación cristiana.

Hablemos del liberalismo. Me pides que matice si el mío es ideológico o económico. Me parece algo pobre, intelectualmente hablando, hacer esa dicotomía. Asumo el liberalismo social, el derecho a la individualidad y a la no intromisión del Estado en los comportamientos privados sin más límite que el respeto al derecho ajeno. Asumo el liberalismo económico sólo a partir de la consolidación de un Estado racionalmente protector y, en todo caso, bastante más pequeño del que tenemos actualmente.

Entremos ahora en el asunto del cristianismo y la posición política. Para empezar, ser católico y de derechas es absolutamente normal. Creer en lo que hizo y dijo Jesucristo y ser de derechas es incompatible. La aparente contradicción de esas dos proposiciones queda subsanada si te digo que, en mi opinión, la Iglesia lleva mucho tiempo alejada de Jesucristo. Cuando en mi anterior respuesta me mostré incapaz de entender cómo se puede creer en Jesucristo y ser de derechas, no huí de los términos "cristiano" o "católico" por casualidad.

Siempre me ha resultado curioso cómo los "progres", en su sentido peyorativo, creen tener el monopolio de la conciencia social y los católicos el de la entrega desinteresada y las normas morales incontestables.

Un cordial saludo

Isaac García Expósito dijo...

Estimado Tato, esta pago yo, pero te digo que estoy más tieso que las mojamas, aunque todavía me llega para cervecita y bacalao del Jota.

1º.- No quería hacer un argumento demagógico con el tema del San Francisco de Paula. Seguramente me habré expresado mal. Lo que quería decir es que cada uno invierte el dinero en lo que quiere: unos en educación y otros en gambas. Y además que la intervención del Estado lo único que ha traído es una degradación de la enseñanza pública y un aumento de precios en la privada. Ojo, no una mejora de la calidad, porque al fin y a la postre, los planes de enseñanza los pone el Estado.

2º.- Vamos por partes. Yo en esto me guío por el principio de subsidiariedad, promulgado por el Papa Pío XI en la Encíclica Quadragesimo Anno, y recordado por Juan Pablo II en la Centesimus annus: "Como no se puede quitar a los individuos y dar a la comunidad lo que ellos pueden realizar con su propio esfuerzo e industria, así tampoco es justo, constituyéndose un grave perjuicio y perturbación de recto orden, quitar a las comunidades menores e inferiores lo que ellas pueden hacer y proporcionar y dárselo a uña sociedad mayor y más elevada, ya que toda acción de la sociedad, por su propia fuerza y naturaleza, debe prestar ayuda a los miembros del cuerpo social, pero sin destruirlos y absorberlos" (Q.A.79; p.93).

Por otro lado, lo peor que hay para los pobres, y eso sí es inmoral, son los impuestos. Porque eso es quitarle a muchos para distribuirlo a voluntad del Poder. Que yo sepa, los ricos no pagan un duro: siempre buscan los medios para no hacerlo. Los pobres no pagan porque no tienen nada. ¿Quién paga entonces?: los de siempre. La bajada de impuestos sólo beneficia a los que los pagan. Por eso la bajada de impuestos favorece a los que menos tienen, no a los que más. Creo que en esto estamos de acuerdo.

Respecto al transporte, que quieres que te diga. El transporte público es deficitario. ¿Por qué no quitarlo y que la gente invierta su dinero en lo que quiera?. Yo estoy seguro de una cosa: que tú y yo sabemos distribuir el dinero de mejor forma a como lo hace el Estado. Porque los políticos y funcionarios también trabajan para sus intereses.

Yo no quiero sanidad totalmente privada, pero tampoco quiero lo que hay ahora. Un sistema mixto estaría bien.

Volviendo al tema principal de la enseñanza, ¿por qué no se puede tratar en términos de productividad?. En España hay una mentira que circula sin que nadie la destape, y es que todo el mundo sirve para estudiar, y eso es falso. En España todo el mundo tiene derecho a un título. Una cosa es que nadie, valiendo para ello, se quede sin estudiar por motivos económicos y otra que todo el mundo salga con el título de licenciado. Por otro lado, lo que yo he dicho es que se sustituyan las subvenciones, que acaban comprando las voluntades, por el cheque escolar. Con esto se ayudaría a los menos pudientes, como tú dices, y por otro lado salvaguardaría la libertad familiar.

Para terminar con este punto. Yo precisamente no tengo ningún miedo al tema de las familias menos desfavorecidas, entre otras cosas porque como católico confieso que todos somos criaturas divinas. No tengo miedo porque llevamos 2.000 años ayudando a los demás, desde que San Pablo pedía dinero para la Iglesia de Jerusalén. Y como dice San Pablo, uno de los motivos del trabajo es ayudar al que no puede hacerlo.

3º.- La distinción entre liberalismo ideológico o económico está hecha a sabiendas. ¿Por qué?. Pues porque a nivel teórico el liberalismo cae irremediablemente en el relativismo. Y eso es erróneo, porque para que haya libertad tiene que haber antes verdad. Es la Verdad la que soporta la libertad, y no al revés. Yo me considero liberal, porque creo que la libertad de mercado es un óptimo local, permítaseme la metáfora matemática, no como la solución óptima, absoluta. Esa sólo está en manos de Dios. Además yo lo matizo con el principio de subsidiariedad, como he dicho. Por otro lado, para que el liberalismo económico funcione tiene que estar unido a una moral que evite la tendencia al mal presente en el hombre. La libertad es muy frágil, y el ansia de riquezas muy corruptora.
Por otro lado creo que el atributo protector del sujeto, Estado es contradictorio: el Estado tiende a controlar al ciudadano. Además el Estado no es mi padre. Ni creo que sea el tuyo. El Estado tiene dos funciones básicas: administrar la justicia, mediante los jueces, y la violencia, con la policía. Si te das cuentas, las dos funciones en España son muy deficientes. Y además están muy desprestigiadas. Pero esto es otro tema.

4º.- Sobre lo de Jesucristo y la Iglesia, qué quieres que te diga. Que repites el viejo adagio de distinguir entre Cristo y la Iglesia, cosa absurda. A la Iglesia la fundó Cristo. A Pedro lo nombró su Vicario Cristo. Y la Iglesia Católica es la misma Iglesia de los apóstoles. Hay continuidad, no ruptura. Para darse cuenta de esto sólo hay que leer los Evangelios y estudiar Historia. La Iglesia siempre ha sido jerárquica: te remito al Nuevo Testamento, pero también a la Carta a los Corintios, de San Clemente Romano y a los escritos de San Ireneo de Lyon y de San Ignacio de Antioquia. Pero este tema es muy largo de discutir. Quizás habría que dedicarle un post. Me pondré a escribir sobre esto.

Er Tato dijo...

Estimado San Isidoro (quién me iba a decir a mí que iba a encabezar una misiva de esa guisa):

Esos sitios que frecuentas para "cervecear" no son muy adecuados para una persona de orden como tú. Ten cuidado a ver si te van a contagiar alguna "enfermedad" de progres. Y hablando de bacalao, este fin de semana preparé uno al pil-pil para chuparse los dedos.

Como está claro que cada uno ha expuesto y razonado sus posturas, no parece que lo que podamos ya añadir pueda cambiar en exceso la percepción que de nuestras posiciones se pueda llevar el que asome por aquí y, sin embargo, eternizar el debate seguramente resultaría pesado y repetitivo. Así que, por mi parte, con los comentarios finales que sobre tu respuesta haré a continuación, daré por finalizado este interesante cambio de impresiones. Ello no obsta para que tú continúes con los comentarios que consideres oportunos y que siempre serán bienvenidos. Vayamos al lío, siguiendo escrupulosamente el orden propuesto por ti.

La intervención del Estado en la enseñanza ha permitido el acceso a la enseñanza media y universitaria a muchos ciudadanos que, de otra forma, no hubiesen podido hacerlo. Y aquí tienes a uno. Defender la causalidad entre enseñanza de acceso universal y degradación del nivel académico es pura demagogia. Por otro lado, en muchos casos la gente no puede elegir en qué gastarse la mayor parte de su dinero. Algunos datos objetivos, que sé que te gustan tanto (fuente: INE): el 20% de los ciudadanos de este país son pobres (viven por debajo de 6.278 € por unidad de consumo) y el 50% de los asalariados tienen salarios medios brutos inferiores a los 15.000 €/año.

En lo del principio de subsidiariedad, la encíclica y el Papa Pío XI reconozco que me has dejado con las patas colgando. Podría comentar largamente, desde un punto de vista puramente económico, el texto que transcribes, pero me limitaré a hacer algún breve comentario al respecto más adelante.

En el siguiente asunto, lamento defraudarte, pero a diferencia de lo que tú piensas, no estamos de acuerdo. Lo peor que hay para los pobres no son los impuestos, porque reciben vía transferencias y servicios públicos más de lo que pagan. Cierto que es la amplia clase media económica del país quien soporta una parte importante del coste del Estado del Bienestar ¿Y qué? Yo formo parte de esa clase media y no me importa, si bien es cierto que soy partidario tanto de una corrección importante del tamaño actual del Estado, como de la introducción de controles y condiciones de acceso más estrictas a sus beneficios, de manera que no se incentive el "gorroneo" a costa del erario. Y en cuanto a los ricos, más datos (fuente: AEAT): un 20% de la recaudación proviene del Impuesto de Sociedades, un 33% de IRPF, un 44% de impuestos indirectos y el 3% restante de impuestos menores y tasas. A poco que se conozca la estructura impositiva de este país, no se puede afirmar que los ricos no pagan impuestos. Otra cuestión diferente es que debieran pagar más.

Vayamos a otra cuestión. El transporte público es deficitario porque tiene que mantener líneas que el sector privado no cubre por no ser rentables. ¿Penalizamos a los ciudadanos por residir en áreas alejadas o con baja densidad de población?¿Cómo se iban a fijar las poblaciones en los entornos rurales? Y tres cuartos de lo mismo con la Sanidad. Todo ello sin perjuicio de que sea imprescindible aumentar la eficacia del gasto público.

Volvamos a la enseñanza. Esta vez estamos bastante de acuerdo en dos cuestiones: que nadie debe quedarse sin la oportunidad de estudiar por motivos económicos y que no todos tienen aptitudes para estudiar. En lo del cheque escolar como sistema para salvaguardar la libertad familiar y ayudar a los menos pudientes ya no estamos tan de acuerdo. Las propias características de la provisión de bienes públicos (no rivalidad, imposibilidad de exclusión,...), asunto demasiado técnico para tratar aquí (si estás interesado, puedo recomendarte bibliografía), hacen prácticamente inviable esa especie de mecanismo de devolución de los servicios no usados que planteas.

También dices que no tienes ningún miedo al asunto de las familias desfavorecidas. Sin ánimo de ofender, seguramente ellas sí deban tener cierto miedo de los que piensan como tú. Si yo fuera una de ellas, preferiría no tener que depender de la caridad individual, que las criaturas, aunque seamos divinas (y no de la muerte...), tenemos necesidades terrenales. Y algunas hasta tienen el vicio de querer comer todos los días....

En cuanto a tu posición como liberal, por lo que te he entendido, no eres liberal en lo
social y eres liberal en lo económico, pero siguiendo ese curioso principio de subsidiariedad. El problema es que ese principio tiene unos contornos tan poco definidos que, en la práctica, sirve para un roto y para un descosido. Se puede respetar tanto en un Estado totalmente liberal, como en un Estado marxista. Para encajarlo en el primer caso, bastaría con afirmar que las sociedades inferiores podrían suministrar parte de los bienes públicos del Estado, y si no lo hacen no es por imposibilidad material, por lo que el Estado no debería intervenir ¿quién es el guapo que es capaz de demostrar lo contrario?. Y para encajarlo en el segundo, bastaría con afirmar que las sociedades inferiores, aunque pueden suministrar los denominados bienes públicos, como la experiencia demuestra que no están dispuestas a hacerlo, debe crearse un Estado benefactor que vele por el bienestar individual. En medio de esos dos extremos, encajamos lo que haga falta.

Y finalmente, el asunto de Jesucristo versus Iglesia. Vaya por delante mi absoluto respeto por todo tipo de creencias y religiones, siempre que ellas me respeten a mí como individuo. No soy un experto en estas cuestiones, pues mi acercamiento a ellas sólo dura lo que tarda en llegar el desencanto por sus mensajes y actitudes. Si tú dices que la Iglesia actual refleja fielmente la doctrina de Jesucristo, siendo como eres un experto en estas lides, no me queda entonces más que creerte y reconocer mi más profunda decepción por no ser Jesucristo quien yo pensaba que era.

Un cordial saludo

Isaac García Expósito dijo...

Mira yo también acabo. Por lo que he leído en tu respuesta, o no me has entendido, o no me he hecho entender o has tomado el rábano por las hojas.

- Perdona, yo no he establecido el principio de causalidad entre universalidad de la enseñanza y su efecto, además si lo hubiese hecho, tendrás que demostrar que es demagógico ¿no?. De todas formas son dos fenómenos que han ido unidos. Si todo el mundo tiene derecho a estudiar y no se mantiene un nivel, tú me contarás como se compagina eso.
- Lo de las familias sí me ha cabreado, porque me haces decir algo que no ha salido de mis dedos. Además has cercenado la referencia a San Pablo. Parece que yo no tengo miedo porque estoy forrado y eso no es lo que he dicho. No tengo miedo porque la única que da la cara en estas cosas es la Iglesia (y la Iglesia son todos los católicos, del Papa hasta el último laico). Por otro lado, parece que quieres decir que yo estoy instalado en la vida muelle; todo lo contrario, si digo lo que digo es porque no tengo un duro.
- El dato de la AEAT no dice nada. Sólo informa de la procedencia de los impuestos, pero no de quién los paga. Entre otras cosas porque los que tienen más pasta lo hacen a través del impuesto de sociedades. Pero no todos los que pagan el impuesto de sociedades son los más ricos. Lo siento pero ese dato lo tienes que desmenuzar más.
- ¿lo del cheque escolar es inviable?. Pero, ¿no hay países que lo tienen?. Esa propuesta ya estuvo a punto de ser aprobada al inicio de la Democracia.
- Respecto al liberalismo, ¿qué tiene que ver lo social?. Me refiero al liberalismo moral.
- Haces algunos razonamientos sorprendentes: para no penalizar a los que viven lejos, lo haces con los que viven cerca. En Inglaterra el billete del autobús depende del trayecto que hagas. Nadie tiene la culpa de que yo viva lejos o cerca. ¿Por qué me tiene que pagar a mí alguien el que yo viva lejos de donde yo me vaya a desplazar?.
- El principio de subsidiariedad es imposible de aplicar en un Estado Marxista. No se como lo puedes aplicar.
- También los judíos se sintieron decepcionados y lo abandonaron, como viene en el Evangelio de San Juan. Jesucristo no vino a imponer un orden social. Él es verdadero Dios y verdadero hombre.

Y yo también acabo.

Isaac García Expósito dijo...

¡Ah!, se me olvidaba:

"Algunos datos objetivos, que sé que te gustan tanto (fuente: INE): el 20% de los ciudadanos de este país son pobres (viven por debajo de 6.278 € por unidad de consumo) y el 50% de los asalariados tienen salarios medios brutos inferiores a los 15.000 €/año.".
Uno: ¿en una pareja, cuántos trabajan uno o dos?. ¿Me estás diciendo que los que ganan menos de 15.000 € viven solos?. Es que las estadísticas las carga el diablo...

Segundo: Según tus datos no ha solucionado ningún problema la presión fiscal elevada, entonces ¿qué estás defendiendo?.

Vale.

Er Tato dijo...

Estimado San Isidoro:

Dije que no iba a continuar el debate porque creía que lo fundamental ya estaba dicho. El
contenido y el tono de tu primera respuesta a mi último comentario me lo confirman. No obstante, dado que según tu última respuesta pareces necesitar alguna aclaración, vamos a ello.

Es cierto que algunas veces las estadísticas juegan malas pasadas. De todos es conocida la anécdota de que si dos tienen un pollo, pero uno se lo come entero, la estadística dirá que cada uno se comió medio pollo sin hacerle mucho caso al que se muere de hambre. Pero no es éste el caso, ni es mi estilo.

Respecto del primer dato, que el 20% de los ciudadanos de este país es pobre por vivir por debajo de 6.278 € por unidad de consumo, debes saber que el concepto "unidad de consumo" para obtener ese indicador está definido ponderando pesos de la unidad familiar. Se toman los ingresos de la familia y se divide por el número de miembros de manera ponderada, dándole peso 1 al primer adulto, 0,5 a cada uno de los adultos restantes y 0,3 para los menores de 14 años. Quizás te viniera bien una atenta lectura del Estudio descriptivo de la pobreza en España http://www.ine.es/daco/daco42/
sociales/pobreza.pdf

Respecto del segundo dato, he dicho lo que tú mismo transcribes. No entiendo qué pretendes con esas preguntas retóricas, cuando lo que he dicho está negro sobre blanco. En cualquier caso, por si no fueran retóricas, te confirmo que desconozco cuántos de esos asalariados viven en una familia con más de un trabajador, aunque intuyo por tu reacción que tú sí debes saberlo.

Por último, los impuestos, elevados o no que ése es otro debate, sirven para muchas cosas. Un ejemplo concreto lo tienes en la página 13 del documento sobre la pobreza al que hice referencia antes. La tasa de pobreza total pasa del 41,3% antes de las transferencias, realizadas gracias a la redistribución de la renta que permiten los impuestos, al 19,9%. Y en la población de 65 años o más, pasa del ¡¡84,9%! al ¡¡29,6%!!. Casi "ná".

Un cordial saludo (no es bueno perder las buenas maneras....)

Anónimo dijo...

A tí no se te ha ocurrido pensar que si todos los padres que llevan sus hijos a colegios privados, (y que por lo tanto pagan dos veces la educación de sus hijos, una a través de los impuestos y otra directamente en el colegio, y que como esos colegios no reciben ayuda estatal, en el fondo están pagando la educación de sus hijos en el colegio y de los hijos de otros a través de sus impuestos), si esos padres decía, decidieran llevar sus hijos a colegios públicos 1) no habría plazas suficientes y 2) habría menos dinero por alumno, es decir, la parte de los presupuestos para la enseñanza tendría que aumentar.

Los inmigrantes en muchos casos son católicos y buscan colegios católicos y en estos colegios son admitidos. Probablemente los musulmanes no querrán que sus hijos vayan a colegios católicos. Esto es una ocurrencia mia, no tengo datos.

En algunos colegios de titularidad privada organizan sistemas de becas de modo que los padres con mayores ingresos voluntariamente aporten más dinero para alumnos hijos de padres con menos ingresos económicos. Les mueve un espíritu cristiano.

Los colegios concertados tienen que hacer auténticos malabarismos para que les salgan las cuentas si quieren dar una educación de calidad, que por cierto, es lo que todos los alumnos de todos los colegios deberían recibir.

A estas alturas de la película pensar, como decía José Luis Rodríguez a sus hijas, que ser de derechas significa no preocuparse de los demás... me parece una simplificación muy grande. Que yo sepa, no está prohibido ser solidario y de derechas. A parte de que tú mismo eres de izquierdas y no te identificas con toda la gente de izquierdas, mas bien intentas pensar por libre y buscar lo justo. Pues a lo mejor a los demás nos puede ocurrir lo mismo y a veces votamos "lo menos malo", aunque no nos convenza.

Yo soy partidaria de que en la educación haya más iniciativa privada, que surjan colegios de distintos modos de pensar, fomentar la existencia de los antiguos maestros y no estos pobres profesores que van a clase a defenderse de las fieras e intentar que la hora transcurra sin incidentes. Más libertad a la hora de enseñar, no meter a los alumnos en moldes fijos. Cuanta más riqueza y variedad, mejor.

¿Cómo financiar esto? no lo sé, supongo que es caro, pero ¿acaso no lo merece? Mucho más que pagar una televisión pública, que por mi, si deja de existir no perdemos nada.

Son otras visiones del mismo tema. Es mi opinión.

Er Tato dijo...

Estimada Isabel:

Quizás, en mi afán por defender la necesidad de una enseñanza pública o, al menos, financiada con dinero público, no he dejado suficientemente claro que la existencia de la enseñanza privada me parece, no sólo positiva, sino imprescindible para el desarrollo de las libertades individuales. Yo no abomino de ella y me parecería adecuado que el Estado pusiera las menos trabas posibles a su desarrollo, que no a su financiación obviamente.

Por otro lado, claro que sé que hay ciudadanos sujetos a una doble "imposición", pero eso no cambia mi convicción de que debe existir una enseñanza pública con un mínimo de calidad para garantizar una igualdad de oportunidades razonable. Quien decide voluntariamente pagar un centro privado, lo hace porque considera que es lo más adecuado para la educación de sus hijos, pero no nos engañemos, también lo hace porque puede. Y seguramente puede porque se lo ha currado o porque ha tenido suerte en la vida. O ambas cosas.

Así mismo, si todos los alumnos de centros privados decidieran ir a los públicos, es obvio que se colapsaría el sistema, exactamente igual que a la inversa. No sé muy bien qué quieres decir con esto. La creación de la oferta educativa, tanto de un tipo como de otro, es el resultado de un proceso de adecuación constante y progresivo a la demanda (como en cualquier otro bien o servicio) y no de golpes de timón, pero no veo qué relación tiene esto con la bondad o no de la existencia de un sistema público de enseñanza, una vez aclarada mi postura respecto de la enseñanza privada.

En cuanto a la generosidad de algunos padres con más recursos para con otros, con objeto de que los hijos de estos últimos puedan acudir a un centro privado, poco tengo que decir, salvo que me parece muy loable.

Finalmente, en lo de la televisión pública estamos totalmente de acuerdo.

Saludos

Anónimo dijo...

Me gustaría encontrar una fórmula para tratarte tan educadamente cómo tú lo haces conmigo, pero confieso que lo de Tato... no me inspira. Aún así...

Estimado Tato,

Lo que yo digo es que entiendo que es bueno que haya impuestos y que los que ganen más colaboren con más, pero no entiendo, en el caso de la educación por ejemplo, que no se beneficien también los que llevan a sus hijos a colegios privados.

Quiero decir, que si se asignara un importe por niño, vamos a poner, el padre podría decidir pagar por su cuenta un poco más para llevarle a un colegio en el que cree que la educación va a ser más conforme con su forma de pensar. Es que siempre pensamos que son los ricos los únicos que quieren llevar a sus hijos a colegios más caros, para diferenciarse del resto o algo así, pero las cosas no siempre son así.

Hay gente con pocos ingresos que, por su modo de pensar y de valorar la educación hacen el esfuerzo económico y se privan de otras cosas por llevar a sus hijos a mejores colegios, y esos deberían de poder ir a esos colegios con la ayuda pública. Esto les desahogaría un poco.

Y hay gente con ingresos más altos y un número de hijos más alto también a los que habría que darles también su parte proporcional por hijo. Porque no es sólo importante lo que uno gana, sino la gente que tiene a su cargo.

Por eso, en realidad me parece que el "concierto" de los colegios concertados es casi de justicia.

No estoy de acuerdo en eso que dices de que el que lleva sus hijos a un colegio de pago es porque puede... en algunos casos es porque puede prescindir de vacaciones, porque puede prescindir de cambiar de coche, porque puede prescindir de salir al cine y al teatro... Yo tengo una amiga que hasta que no se puso a trabajar no fué al cine, porque sus padres no se lo podían permitir si querían darles la mejor educación. Cuando me lo contó me dejó anonadada.