viernes, 9 de junio de 2017

De donde no hay... (LXXIII)

La presidenta andaluza ha decidido que la enseñanza universitaria sea gratuita para todo aquel estudiante que apruebe. Que simplemente apruebe. Asignatura aprobada, asignatura gratis. Con nuestros impuestos, claro. Atrás quedó el premio al estudiante que obtenía Matrícula de Honor. A partir de ahora, tendrá la misma recompensa el aprobadillo raspado que la excelencia. Bueno, no, el aprobadillo deberá pagar un 1% de la matrícula, pero no por falta de ganas de Susana para igualar por abajo, sino por culpa de Rajoy. Curiosa manera de fomentar el esfuerzo. Y todo ello con independencia de la capacidad económica del alumno. Curiosa forma de redistribuir la renta. Como el engañabobos de los libros gratuitos de la Junta de Andalucía.

Y mientras se dedican varias decenas de millones de euros a esta nueva ocurrencia del gobierno andaluz, algunas decenas de miles de jóvenes andaluces se quedan todos los años sin poder cursar un módulo de formación profesional. Ante el superávit de titulados universitarios y el déficit de titulados medios, incentivemos a los primeros y castiguemos a los segundos, debió pensar Susana. ¿O era el revés?


2 comentarios:

Elisa dijo...

Cuánta razón. Esta ocurrencia de nuestra Susana también me recordó a cuando Zapatero decidió repartir ordenadores entre los chiquillos de primaria. De eso un día escribiré yo un poquito más largo, pero la conclusión fue que entre los que no lo habían cargado, a los que se le había partido la pantalla y los que habían desconfigurado el sistema, yo opté por decirles que no los trajeran a clase, prefería usar los de nuestra aula de informática, bien mantenidos por nuestro Coordinador Tic. El problema es que se nos están quedando obsoletos, no hay manera de actualizarlos y, por supuesto, ya no hay un duro para reemplazarlos. Que a un señor socialista se le ocurriera que, en lugar de velar por el uso compartido de un bien imprescindible para la educación, era mejor hacer regalos como un Rey Mago para mí siempre fue incomprensible (bueno, mentira, lo comprendo perfectamente, eso debe ser "micropopulismo". Sin hablar de la "leyenda urbana" de que en cualquier mercadillo se encontraban algunos de los regalitos a un precio estupendo.

Er Tato dijo...

Bueno Elisa, es lo que hay. El voto es el voto, y lo que queda es el mensaje. Ordenadores para todos, aunque no existan ni contenidos ni un ecosistema educativo adaptados a esa herramienta. Matrícula universitaria gratuita para todos los que aprueben, aunque nuestros jóvenes que no quieren ser ingenieros, médicos o historiadores, sino mecánicos, auxiliares de clínica o ayudantes de laboratorio se queden sin plazas para estudiar por miles, debe ser que a los socialistas ya les parece poca cosa eso de la formación profesional. Y libros gratis, aunque realmente sean prestados.

Besos