Dice el gobierno que la prometida rebaja de impuestos supondrá un aumento del PIB del 0,55% en 2015-2016. Y que no sólo pretende compensar los sacrificios de los ciudadanos, sino fortalecer el crecimiento económico y dinamizar el ahorro y la inversión con un sistema tributario moderno, lo que favorecerá la creación de empleo. ¡Coño, pues para ser tan beneficiosa la bajada de impuestos ya han tardado...! Tan beneficiosa les parece, que entrará en vigor sólo parcialmente en 2015, año de elecciones por cierto, y no se completará hasta 2016.
Así, con el juego de las retenciones a cuenta en la nómina -que no tiene por qué implicar una rebaja final de impuestos-, en Enero de 2015 -probablemente las elecciones serán en 2016-, el personal verá incrementados sus ingresos por la gracia del gobierno e irá a votar alegre y contento. Para cuando haga la declaración del ejercicio 2015, allá por Junio de 2016, y se dé cuenta de si realmente ha sido o no una bajada de impuestos, la papeleta llevará ya medio año en la urna.
De todas formas, habrá que esperar a que mañana publiquen los detalles en la página web del Ministerio de Hacienda, pero de lo que han dicho hasta ahora se deduce que se trata de una simple rebajilla del subidón de impuestos -que además ni siquiera devolverá la situación al escenario impositivo que se encontraron en 2011-, y no de una verdadera reforma fiscal. Se ve que lo de reformistas se queda sólo en su programa y en el espíritu. En esto y en la estructura y organización del Estado y sus poderes.
Porque uno, que trabaja en el sector privado y tiene congelado el salario desde 2009, cuando se complete la rebajilla fiscal, seguirá pagando más de lo que pagaba en 2011. Y si incluimos en el análisis, como debiera hacerse, el efecto del IPC, en la mayor parte de los tramos ni siquiera llega a rebajilla. Recuerden que cuando los tramos impositivos del IRPF no se modifican en la misma medida que el IPC, el simple mantenimiento de los mismos puede suponer una subida efectiva de impuestos para muchos ciudadanos.
Y a todo esto hay que añadir, dicho sea de paso, que en el primer trimestre la deuda pública ha vuelto a subir en casi 30.000 millones de euros, alcanzando los 990.000 millones. Y subiendo.
En fin, que no sé yo por qué están tan contentos de haberse conocido...
De todas formas, habrá que esperar a que mañana publiquen los detalles en la página web del Ministerio de Hacienda, pero de lo que han dicho hasta ahora se deduce que se trata de una simple rebajilla del subidón de impuestos -que además ni siquiera devolverá la situación al escenario impositivo que se encontraron en 2011-, y no de una verdadera reforma fiscal. Se ve que lo de reformistas se queda sólo en su programa y en el espíritu. En esto y en la estructura y organización del Estado y sus poderes.
Porque uno, que trabaja en el sector privado y tiene congelado el salario desde 2009, cuando se complete la rebajilla fiscal, seguirá pagando más de lo que pagaba en 2011. Y si incluimos en el análisis, como debiera hacerse, el efecto del IPC, en la mayor parte de los tramos ni siquiera llega a rebajilla. Recuerden que cuando los tramos impositivos del IRPF no se modifican en la misma medida que el IPC, el simple mantenimiento de los mismos puede suponer una subida efectiva de impuestos para muchos ciudadanos.
Y a todo esto hay que añadir, dicho sea de paso, que en el primer trimestre la deuda pública ha vuelto a subir en casi 30.000 millones de euros, alcanzando los 990.000 millones. Y subiendo.
En fin, que no sé yo por qué están tan contentos de haberse conocido...
2 comentarios:
Don Tato:
Me da gusto leer sus artículos porque no entiendo nada de macroeconomía.
Sólo sé que la luz, el agua, el teléfono, la gasolina, el butano... me salen más caros que antes.
Ponga usted un cortado.
¿Eso significa que te enteras de algo con mis entradas? Si es así, me alegro.
Ahí va ese cortado.
Saludos
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