Años atrás nos visitaban con cierta asiduidad, como exploradores precavidos. Al principio, tímidamente, huyendo cuando nuestra cercanía les parecía amenazante. Después, con cierto descaro. Hasta que este año han decidido que el limonero de nuestro jardín era una buena opción para construir su hogar. Fíjense como posa coqueta para la foto. Y hasta sonríe. Ahora son los pequeños de la familia.
Bemoles
Hace 21 horas
1 comentario:
Se nota que no se sienten amenaza2.
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