sábado, 6 de julio de 2013

¡Ay, esta España invertebrada...!

Ya lo dijeron hace muchos años, allá por 1.978, nuestros constituyentes en el art. 139.2 de nuestra Carta Magna: "Ninguna autoridad podrá adoptar medidas que directa o indirectamente obstaculicen la libertad de circulación y establecimiento de las personas y la libre circulación de bienes en todo el territorio español". Vamos, lo que vulgarmente se viene conociendo como unidad de mercado.

Pero aunque no lo hubieran escrito ellos, lo dice el más elemental sentido común si es que de generar riqueza y bienestar se tratara, que pareciera que no. Y también lo dice la Unión Europea desde sus tímidos inicios con la CECA allá por los años cincuenta, hasta el punto de que fue el germen de lo que hoy es, aunque ya no sepamos muy bien ni qué pretende ser. Y todos los economistas, aunque no sé si esto último es realmente una garantía...

A lo que iba, que nuestro gobierno ha aprobado un Proyecto de Ley de Garantía de Unidad de Mercado para evitar que, por ejemplo, una empresa de transporte de pasajeros que quiera establecer una línea Madrid-Badajoz tenga que solicitar las correspondientes licencias, y no sé cuántas cosas más, a la Comunidad de Madrid, a la de Castilla-La Mancha y a la de Extremadura. ¡Ya era hora! Porque mientras la Unión Europea se dedicaba con ahínco a romper barreras de mercado entre los distintos países europeos -mientras las elevaba con más ahínco aún en sus fronteras exteriores, todo hay que decirlo-, nosotros nos dedicábamos a hacer el gilipollas fragmentando nuestro mercado interior y, de paso, perdiendo competitividad, encareciendo productos, perjudicando al consumidor y cebando la burocracia.

Pero no se crean que esto se iba a quedar así, no. Resulta que las Comunidaes Autónomas no están de acuerdo porque, dicen, invaden sus competencias. Al carajo la Constitución, al carajo el bienestar de los ciudadanos, al carajo el sentido común, al carajo los economistas -no se quejen, que ahora se lo he puesto a huevo a ustedes...-, y al carajo una de las columnas vertebrales de la Unión Europea. Al carajo todo, pero las (in)competencias que no se las toquen. ¡Faltaría más...!

Y es que aquella "España invertebrada" de Ortega de principios del XX pareciera escrita esta misma mañana...

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