Ayer tuvo lugar el primer acto de una obra de teatro con un guión, que no por esperado, dejó de sorprender. Verlo en directo fue todo un espectáculo. Triste, pero espectáculo al fin.
Todos se negaron a responder a las preguntas de los representantes de los ciudadanos alegando que son inocentes pero, que al estar imputados en un proceso penal, las respuestas podrían perjudicarles. ¿Cómo, siendo inocentes, podría perjudicarles la verdad? ¡Ah, ahora caigo...!
También amenazaron con demandar al Parlamento si alguna de las preguntas afectaban a su honor y se quejaron del daño a su imagen. ¡Como si la deshonra no tuviera nada que ver con ser un sinvergüenza, sino sólo con el hecho de que se sepa...!
Todos se negaron a responder a las preguntas de los representantes de los ciudadanos alegando que son inocentes pero, que al estar imputados en un proceso penal, las respuestas podrían perjudicarles. ¿Cómo, siendo inocentes, podría perjudicarles la verdad? ¡Ah, ahora caigo...!
También amenazaron con demandar al Parlamento si alguna de las preguntas afectaban a su honor y se quejaron del daño a su imagen. ¡Como si la deshonra no tuviera nada que ver con ser un sinvergüenza, sino sólo con el hecho de que se sepa...!
También dijeron que aquello era un juicio político pero, ¿qué otro tipo de juicio puede hacerse en un Parlamento? Y el PSOE se negó a preguntar para respetar el derecho de los comparecientes a no responder. ¿Acaso preguntar vulnera el derecho de la otra parte a guardar silencio? ¿O es que no sabían qué preguntar, después de que se viera en las imágenes cómo se fundía la representante del PSOE en un efusivo abrazo seguido de un par de besos -uno por mejilla, que diría el genial Sabina...-, con el primero de los comparecientes?
Alguno se daba golpes de pecho y se quejaba amargamente de que estaba sufriendo una persecución política. Incluso pidió amparo al presidente de la Comisión de investigación porque alguna pregunta le había ofendido. Y fue el mismo al que habían trincado con el carrito de los helados recaudando dinero para políticos a cambio de regalar subvenciones con el dinero de nuestros impuestos.
En fin, que hoy más. Y seguramente peor. Por cierto, el hermano del expresidente andaluz Rodríguez de la Borbolla -el premio se lo quedan ustedes...-, no asistirá por no haber recibido la notificación. ¿Es que este chiquillo no lee los periódicos, ni nadie le ha podido contar que lo esperaban hoy en el Parlamento? ¿Es o no es un cachondeo?
2 comentarios:
Pues hoy no ha sido mucho más, pero sí mejor. Ha valido la pena ver cómo se le mudaba la cara a Antonio Rivas, que comenzó exigiendo a sus señorías propiedad en el uso de la terminología administrativa respecto de los expedientes y terminó reflexionando sobre el significado de la palabra "cuñado" a la pregunta de cuántos de tales de los suyos había beneficiado. También mereció la pena ver el careto del tipo que le asistía que, según Rivas, ni está pagado por la Junta, ni por el PSOE ni por él mismo hasta que esto acabe y según lo que le quede. Si estuviera en su lugar…pues vamos, que casi tendría la misma cara, Tato.
Además, habló la muda del PSOE. Eso sí, para protestar por las preguntas sobre si su partido había usado el dinero de los ERE para financiarse. ¡Señor presidente de la comisión, esas preguntas hay que hacerlas por escrito!
Me perdí a Guerrero, uno de los cuatro sinvergüenzas, por la siesta. Pero he visto que, al fin, el PSOE ha decidido dejar de lado las preguntas escritas y ejercer su prerrogativa oral… ¿O fue al revés?.
¿Y las gafas blancas de Guerrero? ¡Qué me dices de esas gafas!. De verdad, Tato, creo que van a ser la sensación de la temporada.
PD: Perdona, macho. Me he alargado más que todos los que han comparecido hasta ahora.
Coño, a mí me ha pasado como a ti con lo de las gafas blancas.
Ha sido ponerse las gafas, decir que le gustan el Marlboro y los gintonics, y echarme a reir cuando afirmó a continuación que él no era ningún putero...
Saludos
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