Afirmaba el otro día Pedro Jose que en las pasadas elecciones generales los españoles acudieron a votar bajo la coacción -¡toma ya!-, de unas inquietantes encuestas y que, aunque no ha habido pucherazo, sí ha habido encuestazo. Enmierda, que algo queda.
Si no he entendido mal el argumento central de aquel artículo, el encuestazo no deja de ser una especie de refinamiento del clásico pucherazo en el que, en lugar de meter con descaro la mano en la urna, se usa la mano invisible de la desinformación para manipular al electorado con objeto de que vote en un determinado sentido que, lógicamente, no es el que realmente desea.
Se pregunta el visionario Pedro José que cuántos votantes cambiaron su voto a causa del inminente peligro de que Pablo Iglesias se convirtiera en presidente y de que el país se fuera al carajo. A poco que se analice el argumento empleado para justificar que las elecciones han sido manipuladas, se llegará a la conclusión de que es una absoluta memez.
El aparente razonamiento por el que Pedro José llega a su conclusión es que, si al votante se le informa falsamente de que la opción A es la que va a ganar y decide dejar de votar a la opción A debido a esa información, entonces el votante ha sido manipulado. Pero para que tal silogismo sea consistente, debería cumplirse que el votante, antes de disponer de esa información supuestamente manipulada, tuviera la intención de votar la opción A y que la información de que dicha opción sería ganadora le indujera a votar a otra opción distinta. ¿Se dan cuenta de lo absurdo que resulta concluir que quien tenga la intención de votar la opción A -obviamente, porque quiere que gane-, cambiará su voto cuando le informen de que va a ganar la opción que desea que gane?
Vale, vale, ya sé que Pedro José pretende hilar más fino en su argumento. En concreto, se pregunta sin preguntárselo, cuántos votantes dejaron de votar a Ciudadadnos para hacerlo al PP debido a esa supuesta manipulación de las encuestas, orquestada, cómo no, por el PP. La respuesta a esa pregunta se la dejo a aquellos de ustedes que dispongan de bola de cristal. Porque, ¿de verdad hay argumentos para concluir que el PP se garantizaba más votos procedentes de Ciudadanos o del PSOE haciendo correr el bulo de que ganaría Pablo Iglesias?
En definitiva, si la supuesta desinformación manipuladora no ha hecho que dejen de votar a Pablo quienes deseaban hacerlo, ni parece justificado pensar que haya trasvasado un número significativo de votos de Ciudadanos al PP, ¿dónde está la coacción y el encuestazo?
En fin, que de alguna forma hay que justificar el descenso de Ciudadanos. Ya sabemos que el chivo expiatorio es el mejor amigo del hombre.
Si no he entendido mal el argumento central de aquel artículo, el encuestazo no deja de ser una especie de refinamiento del clásico pucherazo en el que, en lugar de meter con descaro la mano en la urna, se usa la mano invisible de la desinformación para manipular al electorado con objeto de que vote en un determinado sentido que, lógicamente, no es el que realmente desea.
Se pregunta el visionario Pedro José que cuántos votantes cambiaron su voto a causa del inminente peligro de que Pablo Iglesias se convirtiera en presidente y de que el país se fuera al carajo. A poco que se analice el argumento empleado para justificar que las elecciones han sido manipuladas, se llegará a la conclusión de que es una absoluta memez.
El aparente razonamiento por el que Pedro José llega a su conclusión es que, si al votante se le informa falsamente de que la opción A es la que va a ganar y decide dejar de votar a la opción A debido a esa información, entonces el votante ha sido manipulado. Pero para que tal silogismo sea consistente, debería cumplirse que el votante, antes de disponer de esa información supuestamente manipulada, tuviera la intención de votar la opción A y que la información de que dicha opción sería ganadora le indujera a votar a otra opción distinta. ¿Se dan cuenta de lo absurdo que resulta concluir que quien tenga la intención de votar la opción A -obviamente, porque quiere que gane-, cambiará su voto cuando le informen de que va a ganar la opción que desea que gane?
Vale, vale, ya sé que Pedro José pretende hilar más fino en su argumento. En concreto, se pregunta sin preguntárselo, cuántos votantes dejaron de votar a Ciudadadnos para hacerlo al PP debido a esa supuesta manipulación de las encuestas, orquestada, cómo no, por el PP. La respuesta a esa pregunta se la dejo a aquellos de ustedes que dispongan de bola de cristal. Porque, ¿de verdad hay argumentos para concluir que el PP se garantizaba más votos procedentes de Ciudadanos o del PSOE haciendo correr el bulo de que ganaría Pablo Iglesias?
En definitiva, si la supuesta desinformación manipuladora no ha hecho que dejen de votar a Pablo quienes deseaban hacerlo, ni parece justificado pensar que haya trasvasado un número significativo de votos de Ciudadanos al PP, ¿dónde está la coacción y el encuestazo?
En fin, que de alguna forma hay que justificar el descenso de Ciudadanos. Ya sabemos que el chivo expiatorio es el mejor amigo del hombre.
3 comentarios:
Todavía no me ha pedido el CIS que responda a una encuesta. ¡Y lo haría encantado!
De todos modos, cuando me proponen alguna encuesta, siempre miento (o casi, depende de la importancia de la encuesta). Por eso no me creo los resultados.
¿Cuánta gente mintió cuando le preguntaron?
Sólo una vez me llamaron por teléfono para preguntarme sobre el debate de la nación. La señora se identificó y yo le contesté a todo, pero eso, sí, mentí en muchas ocasiones y mi valoración a los políticos y a sus discursos fue siempre la más baja. ¡Por supuesto!
Salu2.
Bueno, pues Pedro J. no está de acuerdo contigo. Según él, la gente no mintió, sino que se manipularon los resultados interesadamente.
De todas formas, y enlazando con la siguiente entrada -la de los libros- y con tu argumento, la situación todavía sería peor, porque si la gente, en general, miente en las encuestas, en esta caso hubiera mentido para decir que leen más libros de los que realmente leen, no para lom contrario, ¿no? ;-)
Saludos
¡Buena pregunta!
Tampoco sé lo que harán los demás. Yo, ya le digo, suelo mentir mucho. ¡Hasta cuando la cajera me pregunta por el código postal!
Salu2 sin explicación.
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