sábado, 5 de marzo de 2016

Hágase la luz...

A veces, muchas veces, demasiadas veces, la ignorancia de nuestros políticos cuando no el ansia de aparentar que protegen a los más débiles, les hacen tomar decisiones que se revuelven contra los pretendidos beneficiados como un boomerang.

Aquel fantástico, a la par que poco leído por lo que se ve -y por lo que no se ve-, ensayo de Frédéric Bastiat denominado precisamente "Lo que se ve y lo que no se ve", cuya lectura ha sido ya recomendada en varias ocasiones por esta taberna, debiera ser libro de cabecera para cualquier político que aspire a organizar la economía a golpe de leyes arbitrarias y aparentemente solidarias. Y también para cualquier ciudadano que aspire reconocer la mercancía averiada antes de adquirirla con ingenuo entusiasmo.

Viene esto a cuento de lo que la alcaldesa de Barcelona pretende hacer con los precios de alquiler de vivienda y, de paso, con la libertad de sus parroquianos: controlarlos. Lo que se ve, que no suban los precios, y lo que no se ve, agravamiento de los desequilibrios que se pretenden solucionar. Y como hay quienes lo explican mejor que yo, ahí llevan un análisis de lo que no se ve. Para que vean.


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