domingo, 23 de marzo de 2014

¿Democracia asamblearia? Quita, quita...

Es leer el manifiesto de la denominada "Marcha de la dignidad", y quitársele a uno las ganas de defender la democracia asamblearia, que es al fin y al cabo lo que propugnan: que decida el pueblo a mano alzada en la plaza pública. El mismo pueblo enfermo de sectarismo que vota en Andalucía a la izquierda corrupta o en Valencia a la derecha cleptómana.

¡Que decida el pueblo en la calle, que levanten la mano y voten! A ver, ¿quién quiere que no se pague la deuda? ¿y quiénes que no se recorte el gasto y que se vayan los gobiernos que no hacen lo que creemos que queremos? Venga, levantad vuestras manos, ¿queréis que haya pan, trabajo y techo para todos? ¿Y para todas? Pues hala, hágase la luz y multiplínquense los panes y los peces.

Sin duda, una parte del manifiesto, el que se dedica a describir las consecuencias de las políticas seguidas por los distintos gobiernos de las últimas décadas, es bastante certera: millones de parados, corrupción, desahucios, rescates bancarios con dinero público, universitarios emigrando... Pero no hay que ser un lince para describir la situación. Basta con observar. Así que tampoco es para tanto.

Sin embargo, todas esas precupantes realidades no son más que el resultado de la enfermedad que ha venido padeciendo este país: el paternalismo estatal.

¿Que una empresa o sector no es competitivo y su cierre provocaría miles de despidos? Tiremos de caja y hagámoslo competitivo con las subvenciones que hagan falta. ¿Que el Estado necesita pasta? Dejemos que los Bancos Centrales y la banca comercial creen dinero artificial para prestárselo a manos llenas ¿Que todos quieren que sus hijos tengan un título universitario porque sus padres no pudieron tenerlo? Pongamos una Universidad -o dos, o tres-, en cada provincia y decenas de facultades en cada una de ellas, bajemos el nivel de exigencia académica de todo el sistema educativo y marginemos la Formación Profesional, que es cosa de obreretes, como me dice con cierta guasa un querido amigo.

Que los manifestantes se quejen del resultado de tanto Estado y tanto neoliberalismo, exigiendo precisamente más Estado y demonizando un libre mercado que ni siquiera ha existido, no deja de ser paradójico y una clara muestra de la incapacidad de análisis de unos manifestantes que siguen sin mirarse al espejo. ¿O es que no ha sido suficiente Estado el que se ha endeudado en casi 600.000 millones de euros -¡casi 100 billones de pesetas!-, en los últimos diez años, y subiendo, para que nuestros nietos y los nietos de nuestros nietos paguen toda la fiesta? ¿O es que se puede llamar libre mercado a todo esto?

¿Que la indignación está justificada? Sin ninguna duda, porque hay millones de ciudadanos que las están pasando canutas. ¿Que la solución sea más de lo mismo, o sea, más Estado liberticida e intervencionista? Pues qué quieren que les diga. Vistos los resultados de esa receta, quizás convendría dar alguna oportunidad a la libertad y dejar que el Estado se dedique a lo que se tiene que dedicar: garantizar esa libertad y una igualdad de oportunidades sin trampas ni atajos para todos los ciudadanos.


9 comentarios:

Dyhego dijo...

Me he puesto a ver (a cabrearme con) el telediario cuando hete aquí que aparece el aspirante a actor Güili Toledo, con la voz ronca y el gesto indignado (método Stanislavski) arengando a las masas. ¡Si por poco se me cae el café sobre la barriga y aledaños!
La gente está muy cabreada y harta.
Me duele que en la tele sólo sagan los energúmenos destrozadores. Me indignan los que se suben a los escenarios y los que se colocan los primeros en las manifas.
Todos se empeñan en manipular las protestas de la gente llana que se manifiesta.
Salu2 toledanos, don Tato.

Er Tato dijo...

¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿Los manipuladores o los que se dejan manipular gustosos?

Yo es que nunca he sido muy de masas y esas cosas...

Saludos

Dyhego dijo...

El asunto de manifestarse o no me trae muchos quebraderos de cabeza.
Si no se manifiesta uno, parece como si se le diese la razón al gobierno (de turno). Y si uno, buenamente, se manifiesta, parece como si le dieras respaldo al cien por cien al que convoca la manifestación.
Un dilema, ya le digo.
Según una serie de factores, a veces me uno a la "masa" y a veces no.
Lo que me indigna y me subleva es el aprovechamiento que unos y otros hacen de la buena intención de la gente, Sobre todo el gobierno. Esta última marcha ha sido formada por muchísima gente. El gobierno debería reflexionar y ¿qué hace? Sale una pájara diciendo que la violencia era terrible. Sale otro pájaro y dice que son extremistas.
Que miles de personas hayan hecho a pie tantos kilómetros no merece una reflexión.
¡Hijoputas todos los políticos, hala!
Salu2 indignados, don Tato.

Juanma dijo...

Esta entrada, querido Tato, es de las grandes tuyas. Como casi todas (uno es que es un fan de esta taberna), pero esta me ha gustado especialmente.
El manifiesto es, en fin,es una sarta de obviedades y lugares comunes. Y con ello no le quito la razón, que la tiene a veces, sólo digo que un manifiesto tan simple no es la guinda de esa marcha. Marcha que, por otro lado, yo no me creo. Serán prejuicios míos, no lo niego ni ironizo al reconocerlo, pero tampoco soy de masas, de esto tipos de movimientos o de cualquier otro, de cualquier signo. Sencillamente no me los creo.
Además, en el momento que alguien me dice que nos han robado la libertad yo dejo de escuchar. Con saber que Colón llegó a América en 1492 ya me va bien.

(y una cosita, una duda: ¿tú tienes datos sobre desahucios?, ¿han sido cientos de miles de familias las desahuciadas?)

Un abrazo.

Er Tato dijo...

Hombre, Dyhego, parece razonable admitir que cuando uno acude a una manifestación es bastante improbable que esté de acuerdo con el 100% de lo que plantean los convocantes.

No obstante, estarás conmigo en que, si respaldas con tu presencia a quienes la convocan, también será razonable pensar que estás de acuerdo con el eje central, con la esencia del mensaje de los convocantes.

Esa convocatoria venía precedida por un manifiesto público que, se supone, habrán leído -o debieran haberlo hecho-, los que allí acudieron. Y el eje central de ese manifiesto es claro: que no se pague la deuda del Estado, que se desmonte el sistema capitalista y que se abra un proceso constituyente para cambiar el sistema político.

Sin duda, una aspiración legítima, aunque a mí me parezca una barbaridad.

Pero más allá de lo que a mí me pueda parecer, la pregunta es, si quienes acudieron a esa manifestación entendían ese mensaje y sus consecuencias, y lo compartían. Si es así, nada que objetar. Pero si no es así...

Saludos

Er Tato dijo...

Juanma, aquí tienes información interesante sobre los desahucios consolidando información de distintas fuentes.

Hay que tener en cuenta que un lanzamiento se puede producir por no pagar el arrendamiento o por no pagar la hipoteca, y también que no todos corresponden a vivienda -puede haber naves, tierras y, en general, cualquier bien inmueble-, y dentro de éstas, no todas serán vivienda habitual. En cualquier caso, en el informe realizan esdas distinciones.

Un abrazo

Dyhego dijo...

Don Tato:
Si yo pido permiso para convocar una manifestación (lo ignoro todo sobre legislación al respecto) lo más seguro es que el delegado del gobierno me la autorice pero ¿cuánta gente iría?
No nos queda más remedio que "aprovechar" la convocatoria hecha por algún sindicato o asociación para expresar nuestra protesta. Elegiremos la manifestación que se acerca más a nuestron intereses. Quizás no nos guste ese sindicato, quizás no hayamos leído la convocatoria, quizás ya contamos con que se todos se aprovecharán del éxito o fracaso de la manifestación, etc, etc. Son riesgos que hay que valorar y por eso, algunas veces participo y otras no.
Estoy convencido de que la mayoría de la gente se sumó a la última marcha por puro cabreo. Nada más. Demostrar a este gobierno que están (estamos hartos).
Ya se sabe que, a río revuelto...
Desmantelar todo el cambalache, ojalá se pudiera, y se pudieran mandar a la cárcel a todos los chorizos.
Por soñar, que no quede.
Gracias y salu2.

Er Tato dijo...

Por supuesto, Dyhego, cada cual es muy libre de elegir la forma de manifestar su disconformidad. Faltaría más.

Ahora bien, si alguien se apunta por puro cabreo a una manifestación que defiende un determinado modelo social, económico y político que no comparte, debería asumir que después lo identifiquen con esas ideas. Y tampoco debería quejarse de que manipulen su cabreo, entre otras razones porque él mismo ha decidio ya traficar con él desde el momento en el que lo pone al servicio de una causa en la que no cree para utilizarla como escaparate de de su indignación. Vamos, que en esos supuestos, la utilización es mutua.

Por otro lado, hay quienes confunden la imprescindible intervención de la sociedad civil en el día a día de la política y el sistema democrático -prácticamente inexistente en nuestro país, y así nos va-, con estos espectáculos corales. La ciudadanía debería actuar con algo más de rigor, coherencia y autocrítica, y gritar menos. Entonces, a lo mejor, podríamos demostrar a nuestra clase política que le conviene tomarnos en serio. Por la cuenta que les trae.

¿Desmantelar todo el cambalache? Si te refieres al mismo calambache que quieren desmantelar los del manifiesto para sustituirlo por el suyo, conmigo que no cuenten. ¿Mandar a la carcel a los chorizos? Mejor hoy que mañana. Empecemos por los políticos y similares, pero sigamos por los ciudadanos que no pagan impuestos, o que se aprovechan de subsidios sin necesitarlos, o que usan las becas para irse de vacaciones o cambiar de coche, etc... Seguro que en la manifestación también había de esos.

Venga, ahí va un Beefeater con tónica, mucho hielo y el zumo de medio limón, que es lo que pega a estas horas.

Saludos reivindicativos

Dyhego dijo...

¡Venga ese gintonic, ahora que ya no tengo que conducir! [¿A cuánto lo cobra usted, igual que en el bar del Congreso... ;)]
Lo difícil es salir del círculo vicioso en el que estamos condenador: ¿a quién votamos? ¿Qué partido se comprometerá a reformar la ley electoral?
Pongamos que los nuevos partidos: X, Ciudadanos, Equo o Podemos se comprometen pero ¿quién va a votar a un partido al que intenta arrimarse Jorge Verstrynge?
Es desesperarante.
(Recuerdo que publicó usted unas entradas sobre un partido políto).
Salu2 con ginebra.