miércoles, 26 de marzo de 2014

Cuestión de órganos...

Dicen los nacionalistas catalanes que el Tribunal Constitucional es un órgano político. Acabáramos... Se habrán secado el seso para concluir tamaña obviedad.

Nuestra Constitución, y todas las que en el mundo han sido, es una ley política, la ley política por excelencia. Una ley que define los principios por los que debe regirse el Estado y la organización política e institucional sobre la que debe girar su funcionamiento. El Tribunal Constitucional, creado por la propia Constitución, es un órgano político, que reproduce la composición política de nuestro Parlamento y que se dedica a interpretar una ley política. Ni siquiera forma parte del Poder Judicial. Seguramente, el día que explicaron esto en clase de Derecho Constitucional estarían muy ocupados intentando cuadrar las balanzas fiscales. 

Dicho esto, pareciera que lo de menos sean los fundamentos jurídicos de la sentencia, y que el solo hecho de que esta sentencia haya sido dictada por un órgano político la deslegitimara jurídicamente. En fin, seguimos con los argumentos ad hominem, los únicos que enarbolan quienes no tienen otros, exhibiendo así, de paso y sin el más mínimo rubor, una ignorancia real o impostada, que no se sabe cuál es peor. Sobre todo porque si la sentencia hubiera sido favorable a los intereses de los nacionalistas, que el Tribunal Constitucional sea un órgano político les hubiera parecido irrelevante. Como así ha ocurrido en otras ocasiones.

Y vaya por delante que, como llevo diciendo desde hace años, estoy a favor de permitir la consulta en Cataluña.


2 comentarios:

Dyhego dijo...

Dice usted bien, don Tato:
El Tribunal Constitucional avaló leyes de la Generalidad Catalana que rompían la igualdad lingüística de los españoles al "exigir" el catalán en las oposiciones de enseñanza en dicha comunidad, de tal modo que un catalán se podía presentar en Murcia sin ningún problema pero un murciano que no tuviera un título de la escuela de idiomas en dicho idioma no podía presentar allí.
En ese caso, el TC sí era competente, sabio, correcto, justo, etc, etc.
¡Ojó! Que no digo yo que no se aprenda catalán para trabajar allí, pero no es justo que se te exija desde el principio. Lo lógico es que cuando uno viva en Cataluña, de forma natural y paulatina, acabará entendiéndose en dicho idioma.
Pero claro, lo que usted dice: ad hominem.
Salu2 homíni2.

Er Tato dijo...

Bueno, Dyhego, ya sabemos que ésa es la naturaleza del nacionalista.

Saludos fabulosos (de fábula...)