viernes, 7 de febrero de 2014

Las lecciones de democracia del indigente Tardá...

Sobre mi posición respecto del derecho a decidir de Cataluña ya me he retratado en varias ocasiones. Y quede claro que la mía no es una posición jurídica -la Constitución dice sobre el sujeto del derecho a decidir lo que dice, y poco se puede añadir-, sino una convicción personal.

Pero hoy no quería reiterar lo ya dicho, sino subrayar la indigencia intelectual de algunos independentistas. Se puede tener el convencimiento, no sólo jurídico -que ése, de momento, es indiscutible-, sino también personal y democrático, como la tiene el señor Margallo y muchos millones de españoles, de que quienes tienen que decidir la separación de Cataluña de España deben ser todos los españoles. O se puede tener la convicción de que el derecho a decidir corresponde al conjunto de ciudadanos que aspiran a separarse del resto del Estado.

Cualquiera de esas posiciones es respetable si se defiende pacífica y democráticamente, pero lo que resulta verdaderamente patético es defender ambas simultáneamente dependiendo de si juegas en casa o fuera de casa. Y eso es lo que hizo ayer el inefable Tardá en la Comisión de Asuntos Exteriores cuando el ministro Margallo le preguntó si estaría dispuesto a reconocer a Tarragona el derecho a escindirse de una hipotética República Catalana. Y claro, dijo que no.






6 comentarios:

Dyhego dijo...

¿Dónde está el famoso "seny"?
Salu2, don Tato.

Er Tato dijo...

Típicos tópicos, tópicos típicos...

Saludos

helena gutiérrez dijo...

Lo dicho, una cosa es predicar y otra dar trigo, que decimos por aquí.


Zapateiro dijo...

Y lo que dice el pueblo lo digo yo.

Er Tato dijo...

Bienvenida a la taberna, Helena. No recuerdo haberte visto por aquí, así que a la primera, como ya es costumbre, invita la casa.

Saludos

Er Tato dijo...

Y lo que dice el pueblo lo digo yo... porque ya procuraré yo que el pueblo diga lo que a mí me interese.

Besos