Debo reconocer que nunca había oído hablar de él. Ni siquiera sé qué canta y cómo. Tampoco me interesa. Pero lo de este país es para hacérselo mirar. Más censura. Y otra vez el PP.
Dice un concejal del PP que no es de recibo que un teatro municipal que pagan todos los ciudadanos dé cabida a esa actuación. Y digo yo, ¿por qué se erigen nuestro políticos, una vez más, en intérpretes de lo que deben o no pensar y hacer los ciudadanos? ¿por qué no dejan que sean esos mismos ciudadanos que pagan el teatro municipal, y su sueldo, quienes decidan, acudiendo o no a la actuación, si es no de recibo?
Dice un concejal del PP que no es de recibo que un teatro municipal que pagan todos los ciudadanos dé cabida a esa actuación. Y digo yo, ¿por qué se erigen nuestro políticos, una vez más, en intérpretes de lo que deben o no pensar y hacer los ciudadanos? ¿por qué no dejan que sean esos mismos ciudadanos que pagan el teatro municipal, y su sueldo, quienes decidan, acudiendo o no a la actuación, si es no de recibo?
2 comentarios:
Una noche de insomnio escuché en una cadena de radio (española, de ámbito nacional, por cierto) al susodicho en una entrevista. Es un personajillo de voz meliflua, falsa y pretenciosamente intelectual y sin nada interesante que decir. Escuché una canción suya pero no le presté atención a la letra. Su canto es de esos que no hay por donde cogerlos porque su ritmo es monótono, irreproducible y anodino. Su abuelita y su mamá le han inflado el ego de tal forma que el niño, ya carracuco, se lo ha creído.
Me resulta incoherente, falso, hipócrita y asqueroso que se aproveche de los medios españoles para intentar sacarse unas perrillas y hacerse famosillo. Si es coherente debería cantar en el Liceo o en el Palacio de la Música Catalana que, como su nombre indica, sólo es apto para música catalana.
Resultan patéticas sus sesudas reflexiones (seguramente no da para más) porque habla como si la distancia física entre Cataluña y el resto de España fuese de 10.000 kilómetros o como si la distancia cultural entre Cataluña y la de las distintas tierras españolas fuese la misma que nos separa de una de esas tribus de Papúa-Guinea que acaban de ser conocidas. ¿Se puede ser más memo?
Y por último, en este caso, sí veo bien la censura porque no me parece bien que alguien que se dedica a insultar acabe cobrando y actuando en el mismo sitio que critica. Yo no invito a un enemigo a mi casa y menos aún lo invito a una cerveza. ¡Faltaría más!
Dejando al margen la opinión que nos pueda merecer este personaje - ni siquiera me ha picado la curiosidad de buscar en google una canción suya, con el careto de la foto he tenido bastante-, a mí la censura institucional, por principio, siempre me parecerá puro totalitarismo.
Yo no necesito que nadie me diga a quién puedo ir a ver o a quien no. Y si al político de turno le pareció bien contratarlo antes de que dijera lo que piensa -se supone que por su "calidad" artística o por el interés de sus vecinos en escucharlo cantar-, lo que me parece patético y totalitario es que, tras saber lo que piensa, decida que su faceta artística, antes suficientemente atractiva como para decidir contratarlo, pase a un segundo plano.
En cuanto a lo de cobrar, desconozco las condiciones en las que iba a actuar, pero imagino que lo haría cobrando de las entradas vendidas, en cuyo caso serían los ciudadanos los que decidieran ir o no ir, sentirse o no ofendidos, sin que el político de turno tenga por qué decidir por ellos. Y si iba a actuar a costa del Ayuntamiento, a costa de los impuestos de los gijoneses, lo que deberían hacer es correr a gorrazos a su alcalde por malgastar su dinero, se llame Alberto Pla el actuante o don Plácido Domingo.
Saludos
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