domingo, 25 de noviembre de 2012

Dame PAC y llámame tonto...

Leyendo ayer esta entrevista al presidente de ASAJA en la que afirmaba ser una persona muy liberal y que no le daba miedo ni competir ni el libre mercado, me acordé de esta entrada de la taberna de hace ya casi tres años.

Probablemente la Política Agraria Común (PAC), junto con la arancelaria, sea una de las políticas más intervencionistas de las que existen en el mundo. Quizás sea por eso que Mariano Rajoy, ese liberal de verdad, está que trina porque quieren reducir el presupuesto europeo. Y quizás sea por eso también que las organizaciones agrícolas -y también las ganaderas-, incluida ASAJA con su liberal presidente a la cabeza, consideran inadmisible un recorte en el presupuesto de la PAC. Dame PAC y llámame liberal. O como diría un castizo, dame pan y llámame tonto.

Cuando un producto es demandado por los consumidores no necesita subvenciones para subsistir. Y si los consumidores no lo demandan, ¿qué sentido tiene subvencionarlo? Estos liberales de quita y pon argumentan que la subvención es para pagar las exigencias laborales, de calidad y medioambientales de Europa, que harían a nuestros productos poco competitivos respecto de los de otros países no europeos que no están sometidos a esos costes.

Pero si el consumidor estuviera dispuesto a pagar ese sobrecoste para garantizarse la calidad de esos productos, no tendrían sentido esas subvenciones. Y si no estuviera dispuesto a pagarlo, tampoco. Sin embargo, nuestros políticos han decidido, unilateralmente y al margen de los ciudadanos, que éstos sí están dispuestos a pagar ese sobrecoste, y se lo imponen coactivamente a través de los impuestos que financian esas subvenciones.



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