No una, ni dos, sino tres veces cae Anson, Luís María, en la tentación de reprochar a los sindicatos y partidos políticos que no se financien mediante las cuotas voluntarias de sus afiliados. Como sí lo hace la Iglesia católica, añade. Y aquí es donde pierde toda la razón. Una, dos y tres veces.
En fin, no sé si enviarle otro correo electrónico, porque me da en la nariz que no los lee. Y si los lee, no se entera. Y si se entera, los ignora. Y si los ignora, es como si no los leyera. ¡Coño, esto me recuerda aquella vieja rumbita del Sabina!