Incapaz de atraer voluntades ajenas a su proyecto de gobierno, a Susana se le nota demasiado que cuando la sacan de los eslóganes, las frases ocurrentes y las buenas intenciones huérfanas de remate, no es más que una política macarra y gris.
Tras la segunda votación perdida se ha puesto nerviosa. Acostumbrada como está a que todos le hagan reverencias, no encaja bien los reveses. Anda diciendo a todo el que quiera escucharla que hay una conspiración de todos contra ella. Que el hecho de que no la voten es surrealista y que roza el ridículo, como si votarla fuera la obligación de la oposición. Que los andaluces no pueden esperar a los intereses partidistas, los mismos por los que ella anticipó las elecciones. Que la gente que la para por la calle no puede esperar. Que nadie lo entiende.
Desde luego, no parece que vaya a ser una legislatura estable, en el supuesto de que finalmente salga elegida presidenta. Cualquier chispa, cualquier mirada torcida por los pasillos, la hará saltar por los aires. Y a ello está contribuyendo la propia Susana, en cuya palabra no confían ya ni los suyos. Ninguneó a IU adelantando las elecciones. Atracó al PP en la constitución de la Mesa del Parlamento. Se choteó de Podemos en la tribuna. Le dio un beso de viuda negra con lengua a Ciudadanos. Fijó ayer mismo la fecha de la próxima votación unilateralmente, sin siquiera consultar con el resto de grupos parlamentarios.
Y después de esos comportamientos le parece surrealista y ridículo que no apoyen su investidura. Lo surrealista sería que se echaran en sus brazos.
No sé si al final, después de las municipales, algún grupo de la oposición suavizará su dignidad, pero si es así, será una legislatura de equilibrios complejos, de bronca y sonajero. Si con mayoría absoluta las más de las veces han mantenido Andalucía al frente por la cola, no quiero ni pensar en cómo gestionarán esa minoría altiva y desdentada.
Para gobernar en ese sinvivir, mejor unas nuevas elecciones.
Tras la segunda votación perdida se ha puesto nerviosa. Acostumbrada como está a que todos le hagan reverencias, no encaja bien los reveses. Anda diciendo a todo el que quiera escucharla que hay una conspiración de todos contra ella. Que el hecho de que no la voten es surrealista y que roza el ridículo, como si votarla fuera la obligación de la oposición. Que los andaluces no pueden esperar a los intereses partidistas, los mismos por los que ella anticipó las elecciones. Que la gente que la para por la calle no puede esperar. Que nadie lo entiende.
Desde luego, no parece que vaya a ser una legislatura estable, en el supuesto de que finalmente salga elegida presidenta. Cualquier chispa, cualquier mirada torcida por los pasillos, la hará saltar por los aires. Y a ello está contribuyendo la propia Susana, en cuya palabra no confían ya ni los suyos. Ninguneó a IU adelantando las elecciones. Atracó al PP en la constitución de la Mesa del Parlamento. Se choteó de Podemos en la tribuna. Le dio un beso de viuda negra con lengua a Ciudadanos. Fijó ayer mismo la fecha de la próxima votación unilateralmente, sin siquiera consultar con el resto de grupos parlamentarios.
Y después de esos comportamientos le parece surrealista y ridículo que no apoyen su investidura. Lo surrealista sería que se echaran en sus brazos.
No sé si al final, después de las municipales, algún grupo de la oposición suavizará su dignidad, pero si es así, será una legislatura de equilibrios complejos, de bronca y sonajero. Si con mayoría absoluta las más de las veces han mantenido Andalucía al frente por la cola, no quiero ni pensar en cómo gestionarán esa minoría altiva y desdentada.
Para gobernar en ese sinvivir, mejor unas nuevas elecciones.
4 comentarios:
Don Tato:
Creo que a Susana se le ha subido el éxito (relativo) a la cabeza y cuando uno va de sobrado (sobrada en este caso) lo normal es que la gente le tome tirria.
La oposición se las va a hacer pasar canutas. Y me parece de perlas. A ver si con tantos dimes y diretes van cayendo líderes a troche y moche.
¡Elecciones a tutiplén!
Salu2 veraniegos.
Ponga usted un vermú blanco. Ahí le dejo un billete.
Buenos días y vamos por partes:
1. De antología esas "buenas intenciones huérfanas de remate".
2. Todos los políticos hablan de la gente que los para por la calle. ¿De verdad la gente para a los políticos por la calle y son parados, además, por gente siempre afín? ¿De verdad van por la calle los políticos? ¿Todo eso de los coches oficiales que van de puerta a puerta es una leyenda -nunca mejor dicho- urbana?
3. Susana quiere o está queriendo dar la vuelta a la tortilla (en el PSOE, de alguna manera o de otra, siempre hay una tortilla. Esa maravilla culinaria es tan importante en el partido como el capullo que siempre lleva una rosa en la mano) para culpar al resto de partidos. Ella es inocente, quiere y no puede porque no la dejan.
4. Sí parece cierto, empero, que el resto de partidos van a esperar los resultados de las municipales. Sus cuentas andarán haciendo y tras esos resultados seguro que alguien favorecerá la investidura de Susana. No creo que lleguemos a repetir elecciones. Las cuentas de un partido siempre son egoístas.
5. Otras antológicas en esta entrada: "legislatura de bronca y sonajero", "minoría altiva y desdentada".
Un abrazo, compadre.
Bueno Dyhego, yo no calificaría el éxito de Susana de relativo. A mí me parece un exitazo sin apliativos que después de la gestión del PSOE-A de las últimas décadas en mi querida tierra, haya ganado las elecciones.
Dicho esto, está gestionando fatal ese éxito. Hizo lo más difícil, ganarlas, seguramente porque eso no dependía enteramente de ella, y la está cagando en lo más fácil, probablemente porque eso sólo depende de ella.
A estas horas ya, mejor un cafelito, ¿no?
Saludos
Muchas gracias por los subrayados, Juanma. Tengo que empezar a recuperar cierto aire literario cuando escribo de política. Que las penas, con pan, son menos penas...
Y sí, soy consciente de que unas nuevas elecciones son poco probables, pero si finalmente hay legislatura, va a ser corta y enconada. Y eso será malo para todos.
Un abrazo
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