Que un partido político solicite a la Junta Electoral que impida a otro partido tener su espacio en la televisión pública para defender sus ideas, no parece una aptitud muy democrática. Aspirar a silenciar al adversario como estrategia para ganar votos es un arma de doble filo. Sobre todo cuando el partido que pretende poner la mordaza, y lo consigue, presume de regenerador de la democracia y obtiene sus votos de entre los ciudadanos a los que les asquea la política de trincheras y guerrrillas.
En fin, si quieren pegarse otro tiro en el pie, allá ellos.
2 comentarios:
¡Juego limpio y democracia ante todo!
Suelen decir todos nuestros bienama2 demócratas...
Salu2, don Tato.
Ya sabes, Dyhego, del dicho al hecho...
Más o menos lo que hablábamos el otro día sobre la coherencia.
Saludos
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