Resulta que la agencia IDEA, que se dedica, entre otras tareas, a avalar a los empresarios para que los bancos que no creen en la viabilidad de sus negocios les presten dinero con la garantía de que, si el empresario se arruina, la Junta de Andalucía pagará ese préstamo, vio ejecutado en 2013 el 93,6% de los avales concedidos, unos 83 millones de euros, casi 14 mil millones de pesetas. ¿Alguien es capaz de calcular cuántas becas o ayudas a la dependencia se puede pagar con ese dinero?
Dicho de otra forma, el 93,6% de las empresas que pedía préstamos a los bancos y que eran denegados salvo que alguien solvente los respaldara con avales, dejó de pagarlos. No parece que sea la gestión de riesgos uno de los puntos fuertes de la Junta de Andalucía. Hasta el punto de que la Cámara de Cuentas les llega a decir en su informe:
"A la vista del alto índice de ejecuciones, se insta a la agencia IDEA a que revise los procedimientos de análisis técnico que efectúa para el otorgamiento de estas garantías de manera que se incida más estrictamente sobre el análisis empresarial de la viabilidad e idoneidad de los proyectos y ello redunde en una disminución de las ejecuciones de aval por fallidos"
Suena un poco a cachondeo, porque todos sabemos a estas alturas de la película cuáles son los procedimientos de análisis técnico que usa la administración andaluza para favorecer a algunos con el dinero de todos.
Y a pesar de todo, hay quienes siguen hablando de banca pública como solución a la salvación y regeneración de nuestro tejido productivo. Una banca pública que utilice criterios laxos para conceder los créditos que la banca privada, más rigurosa, deniega.
¿Para qué quieren una banca pública si con que avalen a quienes ellos consideran que se merecen un crédito, la banca privada se lo concederá encantado y sobre la marcha? Total, invita el contribuyente.
3 comentarios:
¡Qué asco!
Como se suele decir: "con la ayuda de mi vecino, mató mi tío un cochino..."
Salu2, don Tato.
Bueno, Tracy, tanto como asco...
Y sí, Dyhego, se trata de esa manía tonta de los políticos de sustituir al individuo por sistema, cuando lo necesita y cuando no. Llevan algún que otro siglo haciéndolo, lo que pasa es que, por desgracia, apenas llevamos unos años con arcadas.
Saludos a los dos
Publicar un comentario