Es posible que lo que ahora voy a contar no le interese apenas a nadie, pero yo lo cuento.
Resulta que hasta hace bien poco, para ejercer de abogado bastaba con una licenciatura de 5 años -en algunas Universidades la licenciatura era de 4 años-, y después colegiarse. Y ya está. Tras el plan Bolonia, han metido en cuatro años la misma materia de esos cinco años de licenciatura y le han cambiado el nombre por graduado en Derecho.
¿Y creen ustedes que tras obtener la titulación basta con colegiarse y ejercer como antes? Pues no. Tras graduarse hay que hacer un máster universitario de Acceso a la Abogacía de año y medio y que cuesta una media de 6.000 euros. Es decir, han convertido una carrera de cinco años -cuatro en algunos casos-, en otra de cinco años y medio.
¿Y entonces, tras ese máster ya puede uno colegiarse y ejercer? Pues tampoco. Después hay que superar un examen estatal que se convoca una vez al año y, una vez superado, si sigues vivo, ya puedes colegiarte y ejercer. Y ojo con suspenderlo, porque se convoca -cuando se convoque- sólo una vez al año.
Pues bien, resulta que la primera hornada de graduados
masterizados ya está en la calle. Literalmente en la calle. Porque ni se ha realizado aún examen estatal alguno ni, lo que es peor, hay fecha para realizarlo, por lo que no pueden ejercer la abogacía. A eso se le llama jugar con la ilusión y el esfuerzo de nuestros jóvenes.
En fin, que este gobierno en general, y el
ministro Gallardón en particular, sigue cubriéndose de gloria.
Por cierto, se ha creado una plataforma denominada Abogados sin Toga para reclamar al ministro Gallardón que suprima este examen. Lo digo por
si quieren apoyarla.