Quizás algunos somos raritos, pero yo compraba El Mundo los domingos, además de porque me gusta, porque era de los pocos que no me obligaba a adquirir por cojones los suplementos. A mí sólo me interesaba leer el periódico tranquilamente mientras desayunaba. Y sólo quería pagar por lo que me interesaba leer. Desde el pasado 10 de Mayo ha pasado de costar 1,40 euros a costar 2,80 euros, sin opción a adquirir sólo el periódico. Desde el pasado 10 de Mayo tienen un lector menos en papel.
Seguramente les dará igual. A lo mejor sólo han perdido uno y han ganado miles. Pero me extrañaría. Fundamentalmente porque antes, quien tuviera interés en leer los suplementos, podía adquirirlos pagándolos ¿pero cuántos de los que sólo desean leer el periódico estarán dispuestos a pagar el doble por él? Si han tomado esa decisión es porque creen que serán muchos. Ellos sabrán. Aunque dice el nuevo director que otro de sus objetivos es potenciar el formato digital del periódico. A lo mejor pretende hacerlo perdiendo a sus lectores en papel.
Así es, o debiera ser, el libre mercado. Quien ofrece sus productos y servicios decide cómo comercializarlos. Quien los necesita, decide cómo y a quién se los compra.