Primero le llaman indecente en vivo y en directo. Después, cuando a pesar de la ofensa, les ofrece hablar para llegar a acuerdos, responden con un rotundo y permanente no. Ahora, cuando decide no pelear un primer asalto que tiene perdido de antemano y reservarse para el resto del combate, le llaman cobarde, antisistema y trilero. ¿Pero qué esperaban?
Si es un indecente, no pensaban votarle y Pedro Sánchez aspira a formar gobierno, ¿por qué les molesta que se retire de la pelea, aunque sea momentáneamente? Se presenta Sánchez, gana y a gobernar con los niños meones. Se lo ha puesto a huevo. ¿O no? Pues vista la reacción del señor Sánchez y sus palmeros mancos, va a ser que no. Ahora tienen la oportunidad de liderar el proceso de investidura. ¿Y qué hacen? Lloriquean, les tiemblan las piernas, culpan de no se sabe muy bien qué al adversario que de momento ya no puede serlo y se miran desconcertados unos a otros preguntándose cómo coño se han estampado contra el espejo sin poder atravesarlo. ¿Y este sinsustancia quiere presidir el país? El problema es que cuando baja la marea, se puede ver quiénes no llevaban bañador.
La verdad es que Pedro Sánchez el intermitente y la nueva fauna del hemiciclo están consiguiendo que Rajoy empiece a caerme bien. Aunque sólo sea por comparación.
La verdad es que Pedro Sánchez el intermitente y la nueva fauna del hemiciclo están consiguiendo que Rajoy empiece a caerme bien. Aunque sólo sea por comparación.